Rubí, la Elegida

Capítulo 12. LA ORGANIZACIÓN SECRETA

 


 

Gracias a la desconocida que ha aparecido, sigo respirando, aunque estoy herida. Me quito la mano del cuello para ver cuanta sangre hay y me doy cuenta que no tengo, la mano esta limpia, una cosa muy extraña, me levanto, me siento como nueva, me acerco a la persona que hay enfrente de mi.


 

—Muchas gracias por salvarme la vida, pero quien eres?—digo mientras me ofrece la mano para saludar. Es una chica de unos 25 años, de color, con el pelo negro y largo con una trenza y va vestida con un mono negro de cuero, parece salida de una película de caza vampiros.


 

—Hola, soy Zoe, pasaba por aquí, oí gritos y vine a ver que pasaba.—dice como si lo que ha pasado fuera lo mas normal del mundo.


 

—Si, pero como has luchado y la has matado ha sido increíble.—digo fascinada.


 

—Ya, te digo un secreto? Soy una cazadora de criaturas de una organización secreta, pero no se lo cuentes a nadie, si no, tendré que matarte.—dice Zoe en broma, pero algo me dice que es verdad.


 

—Gracias otra vez, pero, me tengo que marchar, mis amigas estarán preocupadas.—digo de repente con muchas ganas de ir con ellas.


 

—Si tranquila, yo te acerco en coche, donde vas?—pregunta mientras andamos hacia la salida de la nave.


 

—A la universidad d’Angelous—digo subiendo en el copiloto del coche, es un Seat Leon de última generación de color negro.


 

—¿A si? ¿Que estas estudiando?—pregunta interesada.


 

—Si, es mi segundo curso, estudio literatura, para el día de mañana poder ser una escritora famosa o por lo menos ese es mi sueño.—digo feliz de que alguien se interese por mi, aunque la acabo de conocer, ya me cae genial.


 

—Un sueño muy bonito, espero que se te haga realidad, encantada de haberte conocido, ten cuidado.—dice cuando llegamos a mi destino.


 

—Muchas gracias por todo—digo bajando del coche y despidiéndome con la mano.


 

Entro rápidamente a la universidad y me dirijo al baño donde me habían dejado inconsciente para buscar mi bolso que no llevaba ya encima, justo lo encuentro tirado en el suelo del cubículo donde estaba hace unas horas la profesora Collins hablando con Cameron. Lo abro y busco el teléfono móvil para llamar a mis amigas, pero veo que tengo mas de 10 llamadas perdidas de ellas, ya son mas de las 6 pm de la tarde, le doy a llamar a Amy y después de varios tonos descuelga.


 

Amy: Rubí, estas bien? Donde estas? Llevamos 3 horas buscándote.


 

Rubí: Si, estoy bien, estoy en el baño de la universidad, donde estáis vosotras??


 

Amy: Estamos en la cafetería de enfrente, donde vinimos para mi cumpleaños, pero que ha pasado?


 

Rubí: Tranquila, ahora voy y os cuento, hasta ahora.


 

Cuelgo y guardo mi móvil en el bolso, me dirijo a clase a recoger mi mochila y la dejo en la habitación y me voy a donde me había dicho Amy que estaban. Entro y las veo en el mismo lugar donde estuvimos la otra vez, me dirijo hacia ellas y veo que esta también Dylan. En cuanto lo veo me empieza a entrar unas ganas de llorar inmensas, pero las dejo dentro encerradas, no quiero llorar, ahora no. Me siento y veo que se quedan todos mirando, debo de tener una pinta horrible.


 

—Estas bien? Que ha pasado? Tienes una pinta terrible—dicen las chicas a la vez.


 

—Si, bueno…es que… la profesora de literatura era un vampiro, me secuestró y cuando estaba a punto de matarme, apareció Zoe y me salvó—digo aun temblando.


 

—Que dices?? Pero estas bien??—dice Dylan preocupado.


 

—Eso parece.—digo recordando que se me curó solo la herida del cuello.


 

—Que quieres decir?—pregunta Amy confundida.


 

—Pues que estaba herida, me mordió en el cuello, me puse la mano para no desangrarme, pero cuando la quite, ya no tenia nada, muy extraño todo.—digo tocando el cuello aun desconcertada.


 

—En serio? —dice Natalie sorprendida.


 

—Las hadas y los oráculos no pueden hacer eso, si que es raro! pero quien es Zoe?—pregunta al fin Kayla.


 

—A si! es una chica


 

que pasaba por allí, me oyó y entró a rescatarme, me dijo que es una cazadora de criaturas, menos mal que apareció, si no, no estaría ahora con vosotros.—digo mientras bebo mi coca cola.


 

—¿Una cazadora de criaturas? Y estaba sola?—dice Natalie muy seria.


 

—Si, estaba sola, porque?—pregunto confundida.


 

—Es que he oído hablar de los cazadores de criaturas, suelen ir acompañados y son de una secta.—dice Natalie pensativa.


 

—Si, no te fíes, algo me dice que no es trigo limpio.—dice Kayla arisca.


 

—Chicas, no os preocupéis, me salvó la vida, no seáis tan desconfiadas.—digo intentando que se tranquilicen. Miro a Dylan que no ha dicho nada y esta pensativo.


 

—¿Dylan, que pasa? —le pregunto intrigada por saber lo que pasa por su cabeza.


 

—Primero, las chicas tienen razón, aunque te haya salvado no puedes fiarte, a veces las apariencias engañan y segundo, ya sé porque dejaste de sangrar de repente.—dice Dylan, dejándome perpleja.


 

—¿Sabes porque deje de sangrar? —pregunto incrédula.


 

—Si, porque eres mitad ángel y tienen el poder de la curación y aunque no sepas usar tus poderes, tu cuerpo se curo solo para salvarte.—dice Dylan terminando así la conversación y dejándome atónita.


 

—¿De verdad? ¿Como tú, cuando me salvaste en el accidente de coche?—digo fascinada de que me haya curado sola.


 

—Si—Afirma Dylan con una sonrisa y un guiño de ojo. Por un momento imagino que estamos solos y me acaloro.


 




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