Núcleo de Evolución

El aire estaba impregnado con el olor a polvo mágico y metal quemado. Yinzo y Yanaki se recostaron unos segundos contra una de las paredes destrozadas del laboratorio. Ambos respiraban agitadamente, con sus uniformes escolares llenos de rasgaduras y manchas oscuras de la pelea reciente.

—¿Estamos vivos? —preguntó Yanaki con una sonrisa entre jadeos.

—Técnicamente... sí —respondió Yinzo, levantando el pulgar mientras dejaba caer la pistola roja sobre su regazo.

Frente a ellos, los restos de los cuatro Kinamal se deshacían lentamente en polvo oscuro. Solo uno había dejado atrás un extraño núcleo brillante, negro con pulsaciones violáceas.

Yinzo se inclinó con curiosidad, recogiendo el núcleo con su guante. Al instante, un anuncio flotante apareció frente a ambos, proyectado en el aire como una notificación digital:

> “¡Núcleo negro analizado! Iniciando proceso de evolución de arma...”

“Condición especial desbloqueada: sincronicidad mágica parcial. Arma nivel 1 → Nivel 2”

La pistola roja de Yinzo comenzó a brillar intensamente. Su estructura se extendió, los grabados se hicieron más complejos y una especie de cristal flotante se incrustó en el centro del cañón. Parecía más pesada, pero al mismo tiempo más poderosa.

—¿Eso fue... una evolución? —preguntó Yanaki, observando con asombro.

—No tengo idea de cómo pasó, pero si eso lo causó el núcleo, tal vez... —Yinzo miró hacia su propia arma, impresionado por la transformación.

—¡Oye, espera! ¡Eso quiere decir que tú ya tienes una mejora y yo no! ¡No es justo! —protestó Yanaki medio en broma, medio en serio.

Ambos rieron, aliviando por un momento la tensión. Pero sabían que no era momento de relajarse demasiado.

Aún había mucho por descubrir en ese misterioso laboratorio, y si lo que acababan de ver era solo el inicio… entonces el verdadero poder de sus armas y de ese mundo apenas comenzaba a revelarse.