"Rutina de Besos"

Capítulo 5

Cuando estuve frente a Lucas, sentí un escalofrío al ver su mirada.

—¿Qué sucede? —le pregunté algo nervioso.

—¿Qué estabas hablando con ese? —me preguntó mientras asesinaba a Chris con la mirada.

—Nada, es solo que... Él va a estudiar en nuestro instituto, es sobrino del director y... solo quiere hacer amigos, supongo —contesté.

—Ya veo, está bien. —Miró por última vez a Chris y se giró dándome la espalda—. Quiero irme.

—¿Eh? ¿Pero por qué?

—Me aburrí, ¿vienes?

Suspiré. Parece un niño pequeño haciendo berrinche.

—No puede ser en serio —solté muy bajito. —Vamos al baño un momento —le propuse de inmediato.

Me miró confundido. Lo tomé del brazo y lo arrastré conmigo al baño después de decirles a los chicos que ya veníamos. Una vez en el baño entramos en uno de los cubículos, por suerte este era lo suficientemente grande para entrar los dos.

—¿Por qué estamos aquí? —cuestionó Lucas

—¿Por qué estás tan molesto? No he hecho nada malo—Lo miré fijamente a los ojos.

—No lo estoy.

Rodé los ojos.

—Lucas, sé perfectamente cuando estás molesto, ahora habla —Él soltó un pesado suspiro.

—Lo siento, es solo que ese chico te estaba mirando de una manera extraña que no me gustó para nada y luego tú te fuiste a hablar con él y no sé... Me molestó un poco.

Negué lentamente al escucharlo, un tanto sorprendido por sus pensamientos. Finalmente lo miré con una sonrisa en mi rostro y le di un rápido beso en los labios.

—¿Ahora quién es el celoso?

Él me miró sorprendido y luego asintió.

—Sí, estoy celoso. Ese tipo no me da buena espina, así que no te acerques mucho a él.

Solté una risita.

—Suenas como si fueras mi novio —le expuse —. Chris no me ha hecho nada malo, así que cálmate. Estaré bien, no te preocupes por él. ¿Podemos volver con nuestros amigos y divertirnos?

—No

¿Y ahora qué?

—¿Por qué?

—Porque quiero besarte.

Me tomó desprevenido por la cintura y estampó sus labios contra los míos, empezando un brusco beso que correspondí luego de unos segundos.

—Si te hace algo malo, cualquier cosa, me dices y lo golpeo —me indicó después de separarnos para tomar aire.

—No quiero que vayas a la cárcel por mi culpa, así que olvida eso —pinche su frente con mi dedo para que dejara de decir tonterías y le sonreí.

Asintió, un tanto reacio, para después corresponder mi sonrisa y continuar besándome pero esta vez con delicadeza.

Apresó mis labios con suavidad entre los suyos para después introducir su lengua en mi boca, acariciando la mía en el proceso, a lo que solté un pequeño jadeo, avergonzándome.

Un tanto incomodo por la posición y el lugar, decidí separarnos para volver con nuestros amigos.

Lucas tomó mis mejillas, acariciándolas de forma lenta.

—Tal vez sí debería ser tu novio —expresó serio, mirándome fijamente.

Me sonrojé de pies a cabeza y mi corazón latió desbocado.

—¿Qué-qué estás diciendo?

Sus ojos me observaron de manera extraña, me tomó de la mano y salimos del baño.

El resto del día transcurrió con normalidad, aunque las palabras de Lucas permanecieron en mi mente. Este se divirtió y aparentemente olvidó la presencia del rubio. Chris siguió mirándome de vez en cuando, sonriendo de forma cómica cuando nuestros ojos se encontraban, traté de ignorarlo lo más que pude.

Cuando el lugar estaba a punto de cerrar, salimos del boliche y fuimos directo a casa.

—🍁—

Lucas y yo corríamos por los pasillos, se nos había hecho realmente tarde. Cada quien entró en su salón y por mi parte recibí un buen regaño de parte del profesor.

Me senté exhausto y casi se me sale un grito al ver a Chris justo a mi lado. ¿Qué demonios hace este aquí?

—Hola, Eli —me saludó con una sonrisa.

¿Eli? ¡Qué confianzudo!

—Hola, ¿qué haces aquí? —le pregunté mientras sacaba mi cuaderno.

—Te dije que estudiaría aquí, me tocó en tu salón. ¿No te alegra? —dijo con una sonrisita.

Me encogí de hombros.

—Oye, dime la verdad, ¿el pelinegro del boliche es tu novio, cierto?

Sentí mis mejillas calentarse, ¡este idiota!

—No, no lo es.

—¿Seguro?

—Creo que sabría si Lucas es mi novio o no.

—¡Conque Lucas! Entonces quiere decir que sí tengo oportunidad. Espero nos llevemos muy bien, Eli.

Fruncí el ceño y asentí.

La clase continuó y Chris se la pasó preguntándome cosas sobre mí y sobre el plantel, a lo que yo respondía a regañadientes y en susurros para que el profesor no nos regañara.

Terminó la clase por fin y me dirigí a la puerta.

—Espera, Eli, ¿puedo comer contigo? No conozco mucha gente, prometo que me portaré bien. —dijo el rubio y puso ojos de cachorrito, a lo que suspiré y asentí.

Puso una sonrisa de oreja a oreja y caminé con él siguiéndome.

Por el pasillo vi a Lucas viniendo hacia mí y me tensé recordando quién estaba conmigo. Cuando llegó a mi lado, miró fríamente a Chris y luego me miró molesto.

—¿Qué haces con él? —masculló molesto.

—Eli y yo somos amigos. Justo ahora íbamos a comer juntos. —Le sonrió el chico.

Oh, a este chico no le importa nada.

—¿Ah sí? —preguntó Lucas y me miró esperando mi respuesta.

Asentí tímidamente.

—Chris es nuevo, así que puede acompañarnos mientras se adapta al instituto.

Lucas refunfuñó un poco, pero asintió y comenzó a caminar.

Suspiré aliviado, nos encontramos con Kevin y Luis ya sentados comiendo. Presenté al rubio con mis amigos, al principio no hablaron mucho, pero a los pocos minutos ya estaban los tres riendo a carcajadas.

—No puedo creerlo, ¡estás loco! —exclamó Kevin y siguió riendo.

—Lo sé, lo sé... —Chris sacudió su cabello y siguió contando sus divertidas anécdotas en su anterior escuela, donde al parecer le encantaba hacer travesuras.




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