~Lucas~
Luego de entrar a la oficina del director, este nos preguntó nuestro nombre y curso, encontró nuestros expedientes y se nos quedó mirando por un largo rato, esperando quizás una explicación.
—Bien, ya que al parecer ninguno va a hablar, ambos estarán suspendidos por una semana y es un castigo leve considerando lo que hicieron.
Lo miré sorprendido, ciertamente era poco, pero no podía ser suspendido, no por culpa del imbécil a mi lado.
—Director, me parece que tiene razón, pero este —dije señalando al castaño a mi lado, del cual aún no sabía su nombre— estaba molestando a una compañera, tuve que ayudarla
— ¿A golpes? —El director suspiró y se dirigió al castaño, esta vez revisando una lista—. Joven... Sangster, ¿podría explicarme lo que dice Olsen?
Cuando él iba a responder se escucharon tres toques en la puerta, el director frunció el ceño y se dirigió a abrirla.
Miré intrigado a Lucy y Rachel quienes se encontraban de pie en el umbral de esta.
—Señoritas Castillar, ¿qué hacen aquí?
—Di-director, deje que sea yo quien explique las cosas. Lucas solo me defendió al ver a Dyl... A Sangster sobre mí, no merece un castigo. —Me sorprendió que viniera hasta aquí para decir eso.
— ¿Es eso cierto, Sangster?
—Sí, pero fue un accidente, no pretendía violarla si es lo que piensan —dijo añadiendo una mueca de asco—. Estábamos discutiendo, me enfadé, le dije algunas cosas que le enfadaron también —miró a Lucy de forma desagradable, y esta se la regresó cargada de odio —, hubo jalones y por accidente caí sobre ella, es todo. —El tono que usó daba a entender que le valía mierda este asunto.
Lucy apretó las manos en puños, y su expresión era terrible, parecía que en cualquier momento saltaría sobre el chico para golpearlo. Y este último no se quedaba atrás.
No entiendo nada.
—De acuerdo —dijo el pelirrojo sobándose la nariz, parecía cansado, tenía unas enormes ojeras —, no estoy de humor para esto. Aun así tendrán un castigo, no debieron llegar a los golpes. Se quedarán lo que resta de semana, que serían tres días a partir de hoy, limpiando la cancha y ya váyanse antes de que me arrepienta.
Todos asentimos y salimos de allí.
—Lo siento mucho, Lucas. —se disculpó Lucy, seguido me abrazó, casi estrujándome, a lo que me limité a darle palmaditas en la espalda—. Por mí te castigaron, aunque te agradezco que me hayas ayudado, eres muy bueno. —La separé lentamente y ella me miró con una sonrisa.
—Descuida, no es nada. Sea cual sea el motivo, no debió solucionarlo de esa manera. Debo irme, Eli debe estar esperándome.
Ella frunció el ceño ligeramente.
—Ya debe haberse ido, salimos hace un rato. Además, ¿no tienes que ir al castigo?
—Cierto, pero debo ir a avisarle, no quiero que se quede esperándome de nuevo y se enfade conmigo —dije más para mí que para ella.
Ella me miró de forma extraña, como si tratara de descifrar el significado de mis palabras.
— ¿Te acompaño? Yo también voy de salida. —Asentí y ella me siguió muy de cerca.
En uno de los bancos de madera cercanos a la puerta estaba Eli, parecía absorto observando el cielo, a su lado estaban los chicos conversando entre ellos. Me acerqué sigilosamente al rubio y soplé ligeramente en su oreja. Lo sentí sobresaltarse y se volteó sorprendido.
— ¡Lucas! Me asustaste, tonto. —Eli me sonrió para luego mirar a mi costado y fruncir el ceño—. ¿Qué paso?, ¿qué te dijeron? —Luis y Kevin también esperaban mi respuesta.
—Gracias a Lucy, que fue a declarar —dije mientras señalaba a la rubia a mi lado—, rebajaron mi castigo a solo limpiar la cancha por tres días a partir de hoy.
—Me alegra que no te suspendieran, entonces... ¿debes quedarte, no?
Asentí.
—Bueno, Lucas, gracias por lo de hoy, pero ya debemos irnos. Nuevamente, lo siento, nos vemos mañana. —Lucy me sonrió y me dio un rápido beso en la mejilla para luego retirarse con Rachel, quien agitó la mano levemente en mi dirección.
Le devolví el gesto y miré a Eli quien seguía con el ceño fruncido, toqué su frente tratando de suavizarlo.
—Debo cumplir con el castigo, te visitaré en la noche si es que no llego molido.
Eli asintió.
—Lucas, parece que esta vez te salvaste pero no vuelvas a pelear así, ¿de acuerdo? Me diste un buen susto —dijo Luis sonriéndole y dándole un leve golpe en el hombro.
—Es cierto, sabía que debías golpear fuerte pero no que pelearas así —añadió Kevin, soltando una carcajada.
—Prometo no meterme en problemas de nuevo... A menos que sea sumamente necesario —les contesté, guiñándoles un ojo.
Los chicos asintieron sonriendo y se levantaron para irse.
—Eli, recuerda que debes ayudarme en física. —Kevin miró al rubio con un gracioso puchero, mientras juntaba sus manos en forma de súplica.
—Chicos, ustedes adelántense, debo decirle algo a Eli, será rápido —Ellos asintieron y se alejaron.
Miré entonces al rubio, tomé su barbilla delicadamente y junté nuestros labios de manera suave, quería besarle.
Sus mejillas se sonrojaron, mientras él colocaba sus brazos alrededor de mi cuello y me pegaba a su cuerpo. Caí sentado en el banco y seguimos besándonos lentamente.
Hasta que escuchamos una leve tos y nos separamos de inmediato.
—Vine a buscarte para cumplir nuestro castigo pero no pensé que estuvieras "ocupado". Mis disculpas. —El castaño, Sangster, nos miraba burlonamente con las manos en los bolsillos.
No me había percatado de su presencia en ningún momento, estábamos muy enfocados en nuestra "burbuja". De todas maneras, me daba igual que él nos viera o no.
Miré de reojo cómo Eli se había puesto rojo como un tomate, no pude evitar soltar una leve risita al verlo así.
—Ya voy para allá, espérame en la cancha, aún sigo "ocupado" —le contesté tranquilo.