Asteroide 477, año 4080, sede de C.A.A.I.
Albert
Luego de haber visto a mi padre frente a mí sentí un gran sueño al que no puede resistirme, quedé en profundo estado de sueño que parecía más al estar muerto, al despertar estaba en otra habitación que era mucho más acogedora, una cama suave en donde acostarse y más muebles como un escritorio con plantas y a lado de la cama un espejo, decidí levantarme pues no sentía dolor alguno pero al intentarlo mis movimientos fueron torpes y tontos similares a los de un bebé que está aprendiendo a caminar, por suerte había una silla móvil en la cuál con mucho esfuerzo logré sentarme, decidí ver que tan graves eran mis heridas en aquel espejo pues para no poder moverme debían ser graves.
Nada me pudo haber preparado para lo que vi en ese espejo, mi cara y mi cuerpo no eran lo que alguna vez fui aquel el Albert que todos conocían se fue para no regresar jamás, intenté llorar, pero mis ojos robóticos no tenían lagrimas artificiales, la agonía de no poder llorar es algo que no le deseo a nadie, mi cuerpo entero era de un mineral que no podía reconocer pero sin duda alguna no era lo que esperaba ver en el espejo.
Hubo mucha polémica y controversia entre los directivos de la C.A.A.I. tras mi transformación, pues no era nada más que un proyecto que nunca había sido revisado ni aprobado ya que era una locura quitarle la humanidad a un ser y trasplantar su cerebro a otro cuerpo inmortal, era algo que iba en contra de todo principio moral existente, pero la culpa de un padre al no poder proteger a su hijo sumado a una descabellada idea y vaga esperanza de salvar lo único que le quedaba de Familia pudo más que cualquier regla, ley o norma que la sociedad establecía.
Mi Padre fue condenado a reclusión indefinida y ya que ahora era un robot y se habían invertido cantidades exorbitantes en los cambios que se me realizaron, la C.A.A.I. optó por convertirme en parte de un proyecto secreto con fines bélicos para formar super soldados que pudieran vengar el daño causado en Clyser hace unos años, las pruebas comenzaron de inmediato y sin mi consentimiento pero eso era de esperarse dada a la situación en la que me encontraba, ya no era yo un ser humano sino una IA humanizada dentro de un arma letal.
Perdí la cuenta de cuántas veces modificaron lo que ahora era mi nuevo cuerpo, lo único que notaba era que cada vez era más fuerte y letal a tal punto que la C.A.A.I. certificó que ya estaba listo para ir a mi primera misión y que además sería probado en ella y si fallaba declararían el proyecto inviable y se desharían de mí como lo hicieron con mi padre. Mi misión era ir al planeta Barb-aresh y descubrir la forma en la que lograron teletransportarse de manera directa a Clyser, encontrar a quienes eran las principales autoridades del planeta y asesinarlos.
Me dieron 10 minutos para leer el informe de mi misión y luego me condujeron a la nave que me llevaría al planeta, todo el planeta Barb-aresh estaba cubierto por un campo de fuerza impenetrable para las naves más poderosas de nuestra flota pues eran demasiado grandes como para pasar desapercibidas y nuestras naves mas pequeñas no poseían el arsenal suficiente para ingresar a pelear por lo que iría en una pequeña nave de reconocimiento que era lo suficientemente pequeña como para no ser detectado por el escudo pero tan vulnerable como un ave frente a un cazador, la entrada al planeta fue casi un rotundo fracaso ya que en el ingreso de la atmósfera chocamos con una fragata vigía y no tuve más elección que limpiarla de todo ser viviente, tardé alrededor de dos horas en desolar la nave y la usé para dirigirme a una ciudad que parecía ser la más grande.
La sed de venganza consumió mi ser a tal punto de que ingresé al panel central para deshabilitar a la IA de conducción y activé la autodestrucción, marqué curso justo al centro de la ciudad y me dispuse a escapar una pequeña nave de provisiones que se encontraba en el hangar de la fragata pues sabía que la explosión del motor de antimateria sería devastadora y que destruiría a la ciudad casi en su totalidad. Logré copiar los datos de navegación que estaban en el panel de control de la fragata y después de desencriptarlos pude obtener un mapa detallado de todo el planeta con sus bases resaltadas con colores diferentes.
Decidí atacar una de las bases que tenía como finalidad el estudio de tecnología por lo que supuse que era el lugar en el que se encontraría la respuesta a la teletransportación de las naves, al llegar me asombró no ver ninguna protección en su exterior e incluso no habían guardias custodiando la entrada por lo que entré sigilosamente y coloqué un artefacto de P.E (Pulso Electromagnético) para deshabilitar todo el sistema de cámaras que aún funcionaban con energía eléctrica, creí que sería pan comido hasta que el pasillo se selló y unas luces rojas se encendieron acompañadas de una alarma, en lo único que pensaba era ¿Será este mí fin?...