ᴍᴇ ᴅᴜᴇʟᴇs

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 15 ᴘᴇʀᴅᴏ́ɴ

Volví a abrir mis ojos. A mi lado estaba Nuria mi enfermera. Me miró y sonrió.

—Señorita Clara, qué bueno que despertó. Le traeré su comida.

—Muchas gracias Nuria. ¿Dónde está Valentino?

—El señor salió hace media hora, dijo que iba de compras y enseguida regresaba.

Me alivié. Me incorporé, Nuria me ayudó a ir al baño, necesitaba bañarme, había estado acostada casi tres días. Ya bañada y sintiéndome mejor, me senté en la cama, me trajo mi bandeja con la comida y traté, juro que traté. Lo poco que pude llevarme a la boca lo vomité con una rapidez increíble. Ella me limpió y acomodó todo.

—Tranquila Clara, voy a traerte otra cosa. Quizás un caldo sea más liviano.

—Gracias Nuria, eres un ángel.

Agradezco mucho tenerla. Entre ella y mi príncipe, estoy tan a gusto y cuidada. Gracias a la vida por tenerlos. Cuando uno se siente mal y depende tanto de alguien más, es fundamental que sean de confianza, porque es un camino con muchos obstáculos.

Otra vez volví a dormirme. Lo único positivo es que cuando desperté, mi bello Val estaba a mi lado.

—Amor ¿Cómo estás? Me contó Nuria lo que sucedió.

—Hola cielo. Ahora que te veo estoy mejor. Tengo sed.

—Cuanto me alegro que te encuentres mejor. Ya te alcanzo.— había instalado un mini fridge en la habitación para cuando yo necesitara beber en cualquier momento del día.

—Aquí tienes cariño. Tienes visitas. ¿Los puedo hacer pasar?

—¿Es en serio? Si, por favor.— no podía creerlo, me emocioné cuando me dijo que estaban ahí. De pronto la puerta se abrió despacio y la ví. Mi mamita hermosa. Me miró asustada, le extendí mis brazos para que se acerque.

—Mi niña ¿qué te sucede? Te ves muy mal. Ohh te extrañé tanto cariño, tanto, tanto.

—Mamita de mi corazón, tu abrazo es todo lo que está bien, te extrañé demasiado.— lloramos cómo niñas, Val se emocionó, lo ví secarse las lágrimas. De pronto me sentí mejor, su abrazo me dió fuerzas.

—Papá acércate, quiero abrazarte.— el abrazo de mi papá era cálido, se sentía bien, era otro hombre importante en mi vida y lo amo demasiado. Cuando nos calmamos, se sentaron en unos sillones, al lado de la cama. Valentino se sentó a mi lado.

—Clari ¿ qué te ocurre?

—Mamá, papá, tienen que ser fuertes, tengo cáncer, estoy en tratamiento.— ellos me miraron, pude percibir como el corazón de mi madre se rompía en mil pedazos, miraron a Valentino y apretaron fuerte mis manos.

—¿Cómo ha pasado ésto? Cuéntanos por favor.

—Antes que contarles todo quiero que sepan que éste caballero a mi lado es el responsable de que yo pueda estar así de bien. Me cuidó desde el primer momento con tanto amor, hemos pasado momentos durísimos y él nunca dejó de ayudarme y estar cuando más lo necesito.— él estaba conmovido por mis palabras, me miraba emocionado, agachó la mirada, porque no conocía bien a mis padres y sintió pudor. —Comencé a sentirme mal, tuve algunos episodios extraños, Valentino me llevó a ver al doctor y ahí descubrieron todo. Pero él jamás se apartó, me demostró que su amor hacia mí es verdadero, hemos pasado momentos difíciles...

—Has pasado amor. Acá la fortaleza es tuya.

—No te confundas, sin tí no tendría la fuerza necesaria. Eres todo para mí. Mamá, papá va a ser un tratamiento largo, pero tenemos Fe, saldré adelante.— la expresión en el rostro de mis padres era de terror absoluto.

Mamá lloraba, mi papá no salía de su asombro. Es que fue difícil haberme dejado ir. Ahora es más difícil reencontrarnos y con semejante noticia.

—Mamá ¿Te encuentras bien?

—Si cariño. Estoy asimilando todo ésto. Que vives aquí, que tienes un amoroso novio, que estás enferma, que necesitas ayuda y lo más importante, estoy asimilando que podemos volver a verte. No sabíamos cuando iba a ocurrir y vivíamos desesperados.— mi papá la consoló amablemente, estaban conmovidos. Se puso de pie, se acercó a Valentino, quien enseguida se incorporó. Nunca vi a mi padre tan serio.

—Valentino, hijo, no me va a alcanzar la vida para agradecerte. A pesar de las circunstancias en las que nos reunimos con Clara, ella vive en una lujosa casa, no le falta nada y lo más importante, tiene amor verdadero. Tú pareces un buen hombre, dispuesto a acompañarla y cuidarla. Gracias muchacho, con el alma te lo digo.— los dos se abrazaron fuerte ante el llanto mío y de mi mamá, Val estaba emocionado.

—Le agradezco sus palabras. Y puede quedarse tranquilo, amo a Clari con mi vida, voy a asegurarme de que nunca le falte nada, ella es mi prioridad. Gracias por venir a estar con ella, los necesitaba.— me conmovia presenciar que mis padres aceptaban a Val como mi novio, me hizo bien todo ésto y fue su idea, siempre pensando en lo mejor para mí, mi niño bello. Necesitaba saber un poco de mi vida pasada.

—Mamita hace muy poco lo ví a Iván.

—Hija ¿es en serio? ¿Cómo pudo encontrarte?

—Tranquila mami, tu lo conoces y sabes bien que no parece miembro de esa detestable familia, es un chico respetuoso y amable. Se puso feliz de verme, hablamos mucho. Prometió no dar mi paradero. ¿Cómo está todo allá?

—Si tú lo dices, creeré en tí. Y por allá todo es más difícil desde que te fuiste. Nuestras vidas se dividen entre la tristeza de no tenerte, pero la alegría de que estés viva. Al miserable lo odian todos y no tiene mínima chance de salir. No ésta vez. Hija ¿tú crees que todo lo que te está sucediendo es por culpa suya y de todo lo que te hizo sufrir?

—Los entiendo. Yo me sentí muy rara apenas me mudé aquí. Pero las personas son muy cálidas y amistosas. Valentino fue el primero en socializar conmigo y mira dónde estamos. Quédate tranquila mami, no pienses así. Ésto pasó porque tenía que pasarme. Si yo hubiese podido elegir, no lo hubiese hecho.

—Valentino, cuéntanos sobre tí, queremos conocerte.— las palabras de mi madre lo sorprendieron, pero a pesar de conocerlos recientemente, abrió su corazón con ellos.



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En el texto hay: basada en hechos reales

Editado: 16.04.2022

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