ᴍᴇ ᴅᴜᴇʟᴇs

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 31 sᴇᴍᴀɴᴀs

Era momento de tomar decisiones importantes. Llamé al doctor Paolinni.
—Buen día doctor, soy Clara. ¿Puedo robarle un momento?
—¡Clara, qué alegría escucharte! Si, por supuesto, dime.
—Quiero contarle que estoy embarazada. Lo supimos hace muy poco. Necesito que me diga cómo tengo que proseguir.
—¡Muchas felicidades para tí y Valentino! Qué hermosa noticia. Bueno, te comento, tu embarazo va a ser monitoreado por tres especialistas. Un obstetra, un médico clínico y yo. Te recomiendo que vengas a verme, yo voy a reunir tu equipo médico y cuando vengas a la consulta, los conocerás. Vamos a hacer los primeros chequeos y constatar que tu bebé esté bien. Así sabremos si llevas un embarazo de alto riesgo o no. Quédate tranquila que estarás muy bien cuidada. Te veo en el consultorio.—el doctor siempre me dejaba tranquila. Pedí la consulta con la secretaria y fuí a comentarle a Val. Quién está tan ansioso, que no sé cómo lograré llegar a cabo mi embarazo con sus excesivos cuidados.
Lo comprendo, antes se preocupaba por mí, ahora le agregamos nuestro bebé. Asique está todo el día pendiente de mí. Lo amo tanto.

Una semana después fuimos a la consulta. Entramos al consultorio del doctor Paolinni y había otros dos doctores con él.
—Buen día chicos. Clara, te ves radiante. Quiero presentarles a los doctores que cuidarán tu embarazo conmigo. Él es el doctor Laureano Márquez, el doctor clínico y el es el doctor Sergio Del Río, tu obstetra.—saludamos a los doctores, nos presentamos y entre todos armaron el plan de cuidados prenatales.
—Chicos, imagino que deben estar muy ansiosos. Clara te invito a que te recuestes en ésta camilla, Valentino tu ponte a su lado y sostén su mano.—nos dijo el doctor Del Río. Hicimos lo que nos pidió. El se sentó a mi lado, escribió en el monitor de una gran máquina, nos miró y dijo tranquilamente
—Voy a hacer tu primer ecografía. Vamos a conocer a éste pequeño. ¿Están listos?
No podíamos creerlo, estábamos extasiados, no solo listos. El doctor puso un gel transparente frío en mi abdomen, apoyó un aparato suave y lo comenzó a mover. De pronto sonrió y nos miró.
—Mami y papi, acá estoy, soy su bebé.—Val y yo no podíamos dejar de llorar, era demasiado hermoso poder vivir juntos ese momento. Era como un premio, nuestro premio. Íbamos a tener un bebé, ahí estaba frente a nuestros ojos. Dentro mío.
—Escuchen atentos.—dijo el doctor y seguidamente se escucharon los latidos de su pequeño corazón. Nuestra emoción era desbordante.—Quiero que se queden tranquilos, su bebé está perfecto. Tiene nueve semanas de vida, la cantidad de líquido es precisa y para su tiempo de gestación, todo es correcto. Felicidades, van a ser papás de un hermoso bebé.
—Doctor, gracias, gracias por éste momento. No podemos más de felicidad.—logró decir Val porque yo no podía hablar.
Los doctores nos entregaron la planificación prenatal y salimos felices del hospital. 
Hoy todo era hermoso. Todo brillaba.
Nos dirigimos a Connor muy felices. Al llegar les mostramos a Vera y Álex las imágenes, los futuros tíos estaban babeando con su sobrino. Me acerqué a Vera.
—¿Estás bien con todo ésto? 
—Clari, por supuesto. Estoy tan feliz como si fuera mío. Amo el título de tía que van a darme. Los amo a ustedes con locura.
—Se que éste bebé tendrá a la mejor tía. Quiero que recuerdes siempre lo que voy a decirte, un día tú serás la persona más importante en su vida. Recuérdalo.
—No, porque su mamá lo será. Porque ustedes serán los padres más maravillosos del universo.—nos abrazamos, emocionadas de compartir éste precioso momento. Los chicos nos miraban de cerca y no querían interrumpirnos.


Una noche fresca de marzo, estábamos con Val mirando una película en nuestro living, él con su mano siempre en mi vientre, era su lugar favorito. Ya se notaba bastante. Me atrevería a decir que de un día para otro, salió de golpe la barriga hacia afuera.
En eso Vera abrió la puerta de golpe, estaba evidentemente llorando, subió las escaleras corriendo, Álex entró un minuto después. Nos alarmamos por la situación.
—¿Qué sucede? ¿Qué pasa con Vera?—pregunté temerosa de la respuesta. Álex se sentó frente nuestro.
—Estuvimos viendo un especialista. Le hicieron varias pruebas y hoy nos confirmaron que Vera es estéril. No será capaz de concebir.—ohh por Dios, no podía ser cierto.
—Ohh Álex, lo siento tanto hermano. Tranquilo, vamos a estar siempre con ustedes y atravesaremos juntos éste momento difícil.—Álex le dió una sonrisa triste a Val. Yo me paré. Caminé hacia las escaleras.
—Amor... Quizás...
—Es mi hermana y mi mejor amiga, me necesita.—subí y fui hasta la habitación de ellos, golpeé pero no esperé a que me deje entrar, sabía que no lo haría. Entré de todas formas y ahí estaba. Tirada en su cama, ahogando su dolor en los almohadones. Me acerqué, me senté a su lado, acaricié su cabello.
—Vera...—ella sintió mi presencia y se abrazó a mi vientre. Lloraba como una niña. Me veía a mi misma un tiempo atrás, llorando sin consuelo y me rompí en pedazos, reconozco el dolor cuando lo tengo frente a mí y Vera está sufriendo mucho.
—Clari, éste bebé será tan amado. 
—Lo sé, lo sé cariño.
—Nunca podré saber lo que se siente por dentro, pero permíteme estar cerca para poder vivirlo plenamente.
—Por supuesto que sí. Pero no estés tan triste, hay otras maneras y aparte la vida da muchas vueltas, nunca se sabe lo que ocurrirá.—ella levantó la vista, sus hermosos ojos color cielo estaban rojos, su ceño se frunció y su rostro mostró confusión.
—Deja de hablar así. Mi sobrino necesita a sus dos padres, no quiero que vuelvas a decirlo.
—Perdoname. No sé. Hablo sin pensar mucho. Mi bella Vera, siempre tan dulce y dispuesta a dar una mano o quedarte por horas a cuidarme, no estés mal, me pones demasiado triste. Vamos con los chicos, a distraerte y mirar la película que eligió Val.—dije rodando los ojos.
—¿Él eligió Son como niños? ¿Qué pasa con mi hermano? La paternidad lo enloqueció...—las dos reimos por la situación, nos abrazamos, ella besó dulcemente mi abdomen y fuimos al living con nuestros bellos esposos.
Val al ver llegar a su hermana, la abrazó fuerte, se fundieron en ese abrazo tan necesario para ambos, ellos que comparten la misma sangre y hace tiempo atrás tuvieron que despedirse de su amada hermana, el dolor los consuela, no hacían falta palabras de aliento. Ella sabe que él siempre estará y él sabe que ella estará ahí para él. Los lazos familiares son difíciles de romper o lastimar. 
—Vera mañana tenemos ecografía de control y probablemente sepamos el sexo del bebé. ¿Quieres acompañarnos?
—¿Es en serio? ¿Puedo ir con ustedes?—asentimos.
—Ya quiero saber qué es. Tu hermano lleva veinte apodos diferentes, ya necesito llamarlo por su nombre.
—¡Hey! Los apodos son muy originales.
—No amor, algunos no. El último que te escuché decirle fue Bolita.—y todos rompimos en carcajadas.
—¿Pensaron nombres?—preguntó Álex besando a Vera en la frente.
—Si, tenemos los nombres pensados. Si es niña se llamará Mora y si es niño se llamará Marko.—me emocioné al decirlos. Si era niña llevaría el nombre de mi alma gemela, mi amiga hermosa que no logró sobrevivir.
Terminamos la noche hablando de muchas cosas, tratando de sacar a los chicos de la tristeza de enterarse que no iban a poder ser padres, sentir lo hermoso que es sentir crecer vida en tu interior. Pero... La vida da muchas oportunidades...



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En el texto hay: basada en hechos reales

Editado: 16.04.2022

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