ᴍᴇ ᴅᴜᴇʟᴇs

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 32 ᴍᴏʀᴀ

Mora nació el 16 de Julio, con dos kilos novecientos gramos y 47 centímetros.
Es perfecta.
Es hermosa.
Es nuestra.
Todo el dolor del parto se fue cuando ella nació. Estaba en mi pecho y parecía como si me mirara, sus pequeños ojitos hacían contacto con los míos y yo no lo podía creer aún. Era irreal. Mi bebé había nacido.
—Valentino ¿quieres cortar el cordón umbilical de tu hija?—el doctor le preguntó a éste reciente padre, que no podía hablar de la emoción que inundaba su mente. Nos miraba más enamorado que nunca. Yo le dije que si, que lo hiciera. Se acercó, le dieron las tijeras especiales y lo cortó. Se acercó a mi rostro, me besó, seguía demasiado conmovido.
—Gracias amor, me acabas de hacer el hombre más feliz del universo. Te amo tanto. Hola pequeña, soy Valentino, tu papá. Eres hermosa y perfecta, como tu mamá. Siempre te cuidaré, te amo chiquita.—y besó su pequeña cabeza. El momento no podía ser más perfecto. Vinieron las enfermeras y se la llevaron para limpiarla, cambiarla y darle sus primeras vacunas. 
—Papá debes venir con nosotras. Éste procedimiento se realiza con el padre presente.—le dijeron las enfermeras a Val, él no quería irse de mi lado, pero tenía que hacerlo.
Yo me sentía débil, sentía como si un tren hubiese pasado por mi cuerpo, literalmente. Estaba mareada, por momentos me costaba respirar. El doctor Del Río estaba terminando su trabajo, extrajo la placenta, tuve un pequeño desgarro asique suturó algunos puntos y le pregunté para quedarme tranquila.
—Doctor, no me siento muy bien.
—Clara es normal, acabas de sacar un ser humano por tu cuerpo. Sentirás malestar, mareos, pero quédate tranquila. Ya estoy terminando y podrás ir a tu habitación a descansar. Has hecho un increíble trabajo, no hizo falta transfusión.
Entendí. Que todo el malestar es normal. Soy mamá primeriza, no tengo experiencia.
Me llevaron a mi habitación, en la sala toda la familia estaba emocionada y ansiosa por ver a la nueva integrante, pero todavía no la habían traído.
—Mi héroe, te amo hermana.—Vera estaba llorando desde que entré al quirófano, la emoción se había apoderado de ella sin poder controlarlo.
—Tu sobrina es una princesa. No puedo esperar a que la conozcas.—murmuré, el cansancio que tenía era elevado. Los abuelos me felicitaron, estaban orgullosos y entré a la habitación, las enfermeras me ayudaron a acomodarme.
—Clara te dejaremos descansar, estamos a disposición tuya, todo lo que necesitas hacer es presionar el botón y estaremos aquí de inmediato.—les agradecí, era un alivio para mí saberlo.
Quedé sola. Pensaba en todo lo que acababa de ocurrir, no parecía real. Tenemos una hija. Nuestro gran, enorme sueño es realidad. Estoy tan agradecida por ésta oportunidad, de seguir viva, de haber podido dar vida. El amor es poderoso, Valentino y yo nos amamos demasiado y el resultado es Mora, ella es nuestro milagro. Nuestra vida acaba de cambiar y estoy más que lista para cuidar de mi beba, verla crecer sana, estar en cada una de las etapas de su vida, compartirlas con ella y de mi mano siempre él, mi niño bello, el que me derritió con su sonrisa el día que lo conocí y quién me ayudó a sobrevivir al peor momento de mi vida. 
Gracias, no puedo pedir más.
No puedo ser más feliz.
Unas lágrimas escaparon de mis ojos, pero eran lágrimas de felicidad y amor.
De pronto se abrió la puerta. La imagen que vi quedará siempre en mi corazón.
Mi bello esposo cargando a nuestra hija. La sonrisa en su rostro brillaba más que nunca.
—Amor, los estaba esperando.—colocó a la pequeña en mi pecho, ella estaba dormida, es tan hermosa.
—Hola bonita ¿cómo te sientes?
—Estoy bien, ahora que llegaron estoy mejor. No te negaré que estoy cansada. Pero mi corazón desborda de amor. 
—Eres increíble. Si antes lo pensaba, ahora aún más. Poder presenciar el nacimiento de nuestra hija fue demasiado, muero de amor por tí. Te amo tanto.—besó mis labios suavemente y justo en ese instante la bebé despertó, hacía unos sonidos que me derretían, es tan pequeña. Abrió su boca y comenzó a quejarse. Ohh ¿Y eso?
—Clari creo que tiene hambre. ¿Podrás amamantarla? Yo te ayudo cariño.—me senté con mucho esfuerzo, corrí mi camisón, Val me ayudó a acomodar a Mora y como si todo fuese mágico, ella comenzó a succionar, dolía, pero no me importaba. Tenía sus ojos bien abiertos y me miraba fijamente, su pequeña manito se apoyó en mi pecho, parecía que me acariciaba. Era muy tierno.
—Hola amor, tu mami está aprendiendo a ser mamá, por favor tenme paciencia. Haré mi mejor esfuerzo. Aquí está tu papá, él me ayudará a lograrlo. Quiero que sepas que para nosotros eres un milagro, eres el resultado de un sueño y viniste a demostrarnos que cuando los deseas demasiado, los sueños se hacen realidad. Eres perfecta, deseo más que nada que tengas la sonrisa de tu papá, es lo más hermoso en mi vida, me enamora su sonrisa. Soy muy feliz. Tengo a mi lado al hombre de mi vida, a quien amo con locura y ahora tú, que viniste a completar nuestra familia. Te amo Mora y algún día te contaré por qué te llamas así.—ella se había dormido en mi pecho, le pedí a Val que la acune para que no tenga gases y duerma tranquila.
—Te amo.—fue todo lo que Valentino pudo decir, la emoción le provocó un nudo en la garganta y no podía ni hablar.
Mi amor, yo te amo más.

Estuvimos por dos días en el hospital, recuperándome y aprendiendo a ser mamá, puedo asegurar que es el mejor estado que hay. Cuidar de ese pequeño ser que depende de tí hasta para lo más básico. Y confieso que verlo a Val en su rol de papá me parece lo más sexy que he visto.
—Pero qué papá más hermoso eres. Te ves increíble cuidándola. Cuando crezca sus amigas le dirán que su papá es un bombón y las dos nos pondremos celosas.—reí con ganas, él llevó sus manos a su cintura, rió pícaramente y dijo haciéndose el seductor.
—Nena soy sólo tuyo... ¡Ya cállate! Acá la única que se ve increíble eres tú preciosa.—se acercó a besarme y justo en ese momento entra el doctor, se tapó su boca divertido.
—Tú no mires Mora, pero así empieza todo. Por un beso cómo ese estás tú aquí.—reimos todos a la vez, el doctor es muy gracioso.—Chicos ya tienen el alta, pueden irse a casa y terminar tu recuperación allá. En siete días debes volver para que quite tus puntos Clara, sé que no es divertido, pero si necesario. Si surge algo en ésta semana no duden en llamarme, estaré aquí en el hospital. Cuídense, son una hermosa familia.



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En el texto hay: basada en hechos reales

Editado: 16.04.2022

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