- ¡Por fin terminamos! ¿Lista para cerrar? - la voz de Alison me saca de mi eterno aturdimiento.
Últimamente solo hacia eso, vivir en un letargo constante.
Vivir por vivir.
Mi dia se conforma en despertar, comer, ir a trabajar, comer, seguir trabajando, llegar a casa, seguir comiendo, ver la tele, leer un libro y dormir, para despertar nuevamente y volver al mismo ciclo. Día tras día.
No piensen que me estoy quejando. Simplemente que mi vida se ha vuelto tan normal como cualquier otra, y se ha vuelto aburrida.
- ¿Terminas aqui, y me adelanto a cerrar todo?
-Claro...- apago y desconecto el computador. Alison es mi compañera de trabajo. Linda y muy buena compañera, no puedo decir que sea mi amiga, pero nuestro trato es amistoso. Esta semana tuvimos el turno de la tarde y estoy desesperada por llegar a mi casa para continuar con mi ciclo de vida.
Terminamos de cerrar y apagar todo en la tienda. Salimos por la puerta trasera y empezamos a caminar en dirección a la parada del metro. Por la temporada navideña nuestro turno se había extendido hasta las 11 pm y ya se empieza a sentir la soledad en las calles.
Caminamos en silencio a paso apresurado. Estar dos mujeres solas a esta hora por la calle, es un peligro potencial.
- ¿Ya tienes listas tus compras navideñas? – pregunto como una forma de quitar ese silencio incomodo que teníamos la mayoría de las noches.
- Todavía no...Me faltan algunos regalos, pero no los puedo comprar hasta que nos paguen la próxima semana... ¿y tú?
- Igual, estoy esperando a que nos paguen. Lo único que espero es que no esté una locura la próxima semana.
- Igual yo
Luego de esa pequeña charla continuamos en silencio concentradas en caminar.
A dos calles de la parada un estruendo metálico nos detiene en mitad de la calle
- ¿Qué fue eso?- susurra Alison.
- No lo se...pero será mejor que nos apresuremos...
Tratando de ocultar mi nerviosismo, la tomo del brazo y apresuramos el paso, el frio es cada vez más intenso.
Pasos fuertes se escuchan tras nosotras, por lo que nos apresuramos, casi corriendo.
Los pasos se escuchan cada vez más cerca. Tiro de Alison hacia un callejón, y nos escondemos en la oscuridad. Los pasos se detienen. Me asomo por el callejón para poder ver quién nos persigue.
La calle se encuentra oscura, solo iluminada en algunas partes por la tenue luz de los faroles, pero podía distinguir a un hombre joven, no mucho mayor que yo, tal vez estaba entre los 30 años, alto, espalda ancha, vestido todo de negro, pantalón de cuero y una chaqueta, no distinguía claramente su rostro.
Se escuchan más pasos acercándose. Un grupo de hombres vestidos de la misma forma se reúnen con él. Hablan demasiado bajo y por sus gestos deduzco que se dan instrucciones. Al terminar se dispersan.
Escucho como sus pasos se alejan y desaparecen. Tomo el brazo de una Alison muy nerviosa y salimos del callejón.
Caminamos apresuradamente, mirando para todos lados por si nos estaban persiguiendo.
- ¿Qui...quienes eran?- susurra Alison tartamudeando
- Eran unos hombres vestidos de negro, parecía que buscaban algo, pero no lo sé...será mejor llegar a la parada y no meternos en su camino...- trato de sonar lo más segura posible para que Alison se tranquilice.
Nunca mas iba a decir, ni siquiera pensar que mi vida es aburrida.
¿Han escuchado que cuando se tiene un accidente, el cerebro trabaja tan rápido, que parece como si todo fuera a cámara lenta?
Un segundo después de empezar a caminar, somos empujadas. Veo como mis pies se desprenden de la calle y mi cuerpo golpea contra la pared dejándome aturdida por unos segundos
Abro los ojos y lo veo. El mismo hombre de la calle parado de espaldas frente a nosotras mirando tensamente a su alrededor
- No se muevan...- su voz autoritaria y segura me mantiene quieta.
Regreso a ver a Alison que está tumbada inconsciente contra la pared.
- Ali...
- Shh... Ella está bien solo esta inconsciente por el golpe...ahora no te muevas y no digas nada
Me quedo callada tratando de ver lo que pasa. El silencio nos envuelve completamente y cada vez el frio es más intenso. Tal vez moriría congelada antes de que este hombre me haga algo.
El silencio continúa y mi impaciencia empieza a crecer.
- Qu.... - Un sonido lejano me interrumpe.
Un sonido cada vez más fuerte, como si algo o alguien se estuviera arrastrando.
Miro al hombre frente a mí. Su mirada va en todas direcciones, pero yo no puedo ver nada. La oscuridad es total solo interrumpida por el faro que nos ilumina.
El hombre cambia de posición como si fuera a atacar. Los sonidos se hacen más fuertes a nuestro alrededor. Sea lo que sea son demasiados. Esta iba a ser una pelea que no ganaríamos.
Como si me hubiera leído la mente, me levanta del suelo dejándome en pie apoyada contra la pared. Se dirige hacia Alison y la carga como si llevara una pluma y no una persona.
- Sígueme...- dice nuevamente con esa voz autoritaria.
Lo sigo por la calle pero los sonidos no se alejan, al contrario, parecen cada vez más cerca.
Camino lo más rápido que puedo, pero el dolor de un tobillo lastimado no me deja seguirle el paso.
Regresa a verme y camina hacia mí. Me toma del brazo y lo pone alrededor de su cuello, luego pone su brazo libre alrededor de mi cintura y me agarra con fuerza casi alzándome para que camine sin asentar demasiado el pie.
Es realmente fuerte.
Caminamos más rápido y nos metemos en un callejón. Los sonidos no disminuyen y se hacen cada vez más fuertes. Me deja apoyada contra la pared y baja a mi amiga al piso.
- Quédate aquí, pase lo que pase o escuches lo que escuches, no salgas hasta que yo venga por ustedes ¿entendido?- dice en voz baja mientras acomoda a mi amiga en el piso contra la pared.