Sacrificio [yo soy fuego]

Capítulo 4

Staffordshire.

Darleen.

Después de estar tanto tiempo encerrada decidí salir a caminar por los rincones del castillo, conozco la estructura de como es por dentro y de cómo es por fuera, siempre tenía esa pequeña manía de entrar a la habitación secreta de la oficina de Charlie para obtener cualquier información sobre cualquier otra cosa que estuviera relacionada con el exterior del castillo en el que me crecí y por desgracia o por alguna señal divina encontré la estructura del castillo de la familia de Jaden y la estudie a la perfección —de la mayoría de los castillos—, se en donde se encuentran todas y cada una de las habitaciones secretas y cuáles son los pasadizos hasta las habitación de cada miembro de esta familia pero también se dónde está la entrada a las catacumbas del castillo y a los rincones más oscuros de este misterios y falso castillo familiar lleno de paz.

Con mi mirada recorrí las paredes observando los retratos colgados, en todos y cada uno de ellos son de Alana y Jaden o con sus padres. Son bastante diferentes a los que tenemos en el castillo con todas esas caras series y algunas rabietas de mi parte. Nunca me ha gustado que me retraten y eso jamás cambiara, pero tengo más cuadros que cualquier princesa en su reino. Su fanatismo por dejar marcada mi belleza natural en pinturas comienza a ser un gran dolor de cabeza. Charlie nunca dejo de hacerme pinturas en cada una de mis etapas de crecimiento y hasta el día de hoy sigue haciéndolo. Tal vez, el amor de él como padre no es igual al amor de otros, pero para mí ya es demasiado sofocante tener que llamarlo padre.

No diré que odio mi don de poder entrar en las mentes de los demás y leer sus pensamientos antes de que los digan en voz alta, pero tampoco diré que es el mejor del mundo por qué puedo escuchar los pensamientos de todos e incluso los míos al mismo tiempo que los de los demás. Debería ser una condena entrar dentro de sus cabezas y leer lo que piensan; para mí ya es un trabajo demasiado complicado y abrumador. No tengo deseos de saber lo que piensan todo el tiempo.

—¿Cuánto tiempo más me seguirás? —me detuve mientras Alana salía de su escondite.

—Lo siento —se disculpó.

—¿Hay algo que me quieras decir, Alana? —mi voz es tranquila e incluso melodiosa si así lo queremos decir. No me gusta, pero no puedo hacer nada con ella.

—¿Quiero saber quiénes son Kirtash y Jaxon?

Intente ignorar el hecho de que de mí pecho quisiera brotar un gruñido de advertencia y que se alejara. Alana siempre ha sido linda y atenta conmigo, le tengo afecto. Pero no puedo hacer nada contra mi instinto de quererla matar. No es fácil para alguien como yo escoger a quien dejar vivir y a quien quitarle la vida cuando sus deseos van en contra de su naturaleza.

Me gire colocando con mi mejor cara antes de responderle.

—¿Cómo sabes de ellos?

Alana intento vacilar, pero no se resistió a la serenidad de mi voz cuando se lo pregunte.

—Te escuche murmurar sus nombres en latín o mejor conocida como lengua muerta la noche que perdiste el conocimiento —dijo con sinceridad.

Claro. Había olvidado que aprendí cualquier tipo de lengua en mi infancia menos la del amor, y la paz.

—Creí que aún no te enseñaban esa clase de lenguas.

—Mi padre siempre dice que es mejor aprenderlo antes que olvidarlo después de no haberlo aprendido.

Charlie una vez me dijo lo mismo y después se lo dijo a Abbey.

Esta demasiado claro que Charlie no es un gran padre, pero tampoco ha hecho tan mal su trabajo.

—Tú padre es sabio y sabe lo que dice sobre todo cuando eres su princesa y la mujer que hace que sus ojos se iluminen de orgullo, querida.

—¿Entonces si me dirás quiénes son? —insistió disimula menté.

—Lo haré, pero será después de que recupere mi espada y pueda llevarte a que los conozcas, quizás se lleven bien ya que son de la misma edad, ¿qué te parece eso?

El café de su mirada se ilumino después de que esas palabras salieran de mi boca. Yo tampoco sabía que decía para ser exacta conmigo misma, pero de cierta forma yo también necesitaba verlos, abrazarlos y sentirlos junto a mí, pero no termino de comprender por qué razón lo hacía simplemente lo sentí dentro de mí y ya está. Es como si una necesidad siguiera creciendo dentro de mí, consumiéndome y dejándome sin muchas opciones.

🩸🖤🦇

El tiempo paso demasiado lento. Estuve caminando por todos los rincones posibles para terminar de matar aún más el tiempo que me abrazaba con tanta lentitud. En estos momentos no es mi mejor aliado y tampoco lo quisiera tener de enemigo; pero si quisiera que no fueran tan lento como hasta el momento de ahora, solo que pasara rápido y me dirá menos tiempo de pensar las cosas y más para poder actuar.

—Al fin te encuentro —la voz de Jaden me hizo detenerme y querer buscar su mirada.

—¿Me estabas buscando? —me gire para verlo directamente a los ojos.

—Sí. Tenemos que hablar de algo.

Por la seriedad de su tono de voz ya se a lo que se refiere.

—Entonces habla.

Jaden camino hasta colocarse frente a mí, su cabeza sigue siendo una gran maraña de enredos y demás cosas, pero deje que él usara sus propios términos para decirme eso tan importante que tiene que decirme.

—Se que ahora mismo no quieres saber nada de tú hogar, pero creo que es necesario que tengas en cuenta que eres la princesa más fuerte y temida de todos los reinos. —Eso sonó bastante halagador hasta para mí misma—. El reino de tus padres se sumergirá en una guerra con la legión de los ángeles y con la de los lycans, no van a poder contra ellos solos.

Ángeles. Una simple palabra tan arrogante como ellos mismo, nunca entable una buena relación con los ángeles, pero tampoco nunca me hizo falta en toda la historia de nuestra existencia jamás habían querido desafiar a un rey. ¿Qué los habrá hecho cambiar de parecer?




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