Sacrificio [yo soy fuego]

Capítulo 10

Las tres ramas. 

Darleen. 

Intentar ser civilizada nunca ha sido una de mis virtudes y todo el mundo lo sabe, pero al estar dentro de la cabeza de Ava puedo notar muchas teorías. Demasiadas cosas pasan dentro de ella, pero sobre todos cuenta con que su mente está muy protegida de mí y de todas mis influencias sobre ella. Qué mal es tener que darle la mala noticia de que ni siquiera el poder de mi abuela es lo suficientemente fuerte para corromperme la mente y no dejarme entrar dentro de su mente quebrantada.

—¡No te atrevas a dar un paso más! —me grito Ava en forma de advertencia.

—¿Qué vas a hacer matarme? O ¿Quizás intentar lastimarme?

—Peor. Muchas cosas peores de las que te estáis imaginando.

—¿Me vas a mandar al infierno? —Me burle con satisfacción dentro de mis palabras—. Lamento decirte que ni el infierno me podrá retener tanto tiempo como el que me estáis quitando en estos momentos, Ava, no es por ti, no es por Nicklaus es por qué no quieres dejarlos ir por miedo a su destino, ¿o es que me equivoco?

—No los tocaras y estás demasiado equivocada si creéis que ella los dejara ir con facilidad.

Únicamente me he quedado quiera porque vengo con Alana y solo peor esa razón le hago nada, tampoco es que quiera llamar la atención de nadie dentro del castillo. Ni siquiera llamar la atención de Adalyn que se claramente que tiene a su espía por donde quiera que yo ponga uno de mis pies, los cuervos son parte de mí especialidad, pero los de ella son mucho más notorios que los míos algo que no le ayuda en nada cuando quiere mantener vigilado a un enemigo al que quiera hacer desaparecer o peor que eso a los que me hace matar a sangre fría.

—Tú no eres nadie para decidir por ellos, ¿lo recuerdas? —la persuadí, pero tan ella como yo somos lo suficientemente orgullosas como para dejar las cosas por si solas—. No eres su madre y su hermano mayor vive con mi familia básicamente tengo el poder necesario sobre ellos y lo sabes.

Provocarla no me servirá de nada, pero ella me incentiva a quererle romper el cuello. Se que ellos deben de estar por alguna parte del castillo y, sin embargo, son tan difíciles de localizar con o sin tanta concentración, su conexión con sus hermanos fue hecho de sangre no de intuición y dudo que por el simple sonido de mi voz vayan a bajar corriendo por las escaleras más aparte sería algo poco lógico que ellos lo hicieron por voluntad propia. Ni siquiera puedo escucharlos pensar solo puedo sentir la necesidad de matar a alguien.

—No importa si seas o no sea algo de ellos, Darleen, todas las personas a tu alrededor siempre terminan muertas o lastimadas y ese no es el destino que sus hermanos mayores quieren para ellos y lo sabes mejor que nadie.

Pude haberle respondido algo que la hiciera tragarse sus propias palabras, pero la deje, no tenía ganas de demostrarle a quien se está dirigiendo en realidad. No necesito que todas las personas me tengan miedo y mucho menos tengo que desgastarme con demostraciones que no harán que me gane la confianza de las demás personas solo sirve para atormentarlas, quien me odia siempre me odiara y quien me ame siempre me amara aun sabiendo cual es el precio a pagar por tener que quedarse a mi lado. Dejar ir es difícil, pero olvidar es algo que no se puede logar en un abrir y cerrar de ojos.

Ava me sigue desafiando con la mirada, su mandíbula le tiembla por la impotencia de no poderme hacer nada sin salir lastimada. El silencio es mi arma más letal siempre terminan desesperándose ante él, mi tranquilidad me ayuda en muchas ocasiones, pero tampoco es necesario dejar notar que si me enojo solo provoco que mis nervioso salgan disparados y le quiera romper el cuello o cualquier otra parte de su cuerpo y después sacarle el corazón para que nunca más vuelvan a abrirse sus ojos. Es básico, pero no tan necesario en estos momentos.

—¿No piensas decirme nada, maldita asesina? —Gruño de nuevo intentando provocarme.

—No pienso humillarte delante de nadie, Ava, las cosas no se arreglan de esta forma y mucho menos frente a niños —sus nervios y pensamientos salieron disparados como los míos. Ambos son tan idénticos, tan hermosos aun siendo niños no puedo imaginarme como serán de grande—. Yo solo quería asegurarme de que ellos estuvieran bien, Ava, pero ya veo qué si lo están, estaréis muy feliz cuando te diga la verdad de quien estuvo detrás de esa muerte —gruñí con diversión.

En cuento nuestras miradas se cruzaron Kirtash rompió en llanto mientras que a Jaxon le comenzaron a temblar hasta los huesos de solo verme regalándome una sonrisa triste. Intente no verlos directamente a los ojos porqué sé que no seré capaz de no poderles demostrar otra cosa que no sea frialdad e indiferencia hacía su perdida. También fue una gran pérdida de mi parte, pero superficial, pero eso nadie lo sabrá. Nicklaus no está muerto, pero tampoco se en donde carajo Adalyn ha enterrado su cuerpo con vida aún.

La mano de Alana se aferró más a la mía al notar que ellos son iguales a nosotros, sin embargo, algo dentro de ambos cambió; algo que realmente me ha interesado.

—¿Cuándo paso? —me apresure a preguntarle a Ava de forma tranquila y sin llamar tanto su atención mientras ellos bajan las escaleras del laberinto.

—¿Qué cosa? —pregunto ella sorprendida.

—¿Cuándo la oscuridad llego hasta ellos, Ava?

Ella me miro con sorpresa. Sí yo también me hubiera sorprendido si no la conociera tan bien, se cómo te hace sentir y lo que te hace suele cambiar tanto por dentro como por fuera, pero sobre todo en la forma que se transmite en la forma que miras a las personas. Te consume lentamente hasta no dejar nada dentro de ti.

—¿Cómo…?

Alana me soltó de la mano en cuento los ojos curiosos de los gemelos se posaron sobre ella. Yo también la hubiera mirada fascinada si fuera la primera vez que la viera, su belleza es natural. Sus cabezas son muchas cosas menos lo que yo me esperaba que fuera en realidad Alana los impresiono como ella a ellos. La pérdida de su hermano, el sentimiento que sienten es genuino si yo fuera quien asesinara a mis hermanas para borrarlas de la faz de mi existencia me sentiría demasiado bien conmigo misma, tenerlas es como un peso más, son más fáciles de lastimas que nadie en el mundo. Son débiles y no sabes ni siquiera mancharse las manos de sangre. Pero la conexión que ellos tiene demuestra grandeza y teniendo a una aliada como Alana el mundo se puede doblegar entre ellos en un chasquido de dedos.




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