Capítulo 19

El demonio 

Omnisciente 

En cuanto Rhysand dejo a Darleen en el balcón de su habitación al igual que le ofreció ayudarle a Darleen a hablar con los demás reyes, pero como ya es de costumbre Darleen se negó dejando demasiado claro que ella necesita que él este en el cielo vigilando y estando al pendiente de si algo cambia o si algo peor se avecina.

Antes de bajar a la sala en dónde están todos reunidos se cambió por algo más decente y más apropiado de una princesa para poderse dirigir a los reyes de los reinos que probablemente se pongan en su contra, —pero no existe reino que no se deje persuadir por su poder. En cuanto Rhysand dejo a Darleen en el balcón de su habitación al igual que le ofreció ayudarle a Darleen a hablar con los demás reyes, pero como ya es de costumbre Darleen se negó dejando demasiado claro que ella necesita que él este en el cielo vigilando y estando al pendiente de si algo cambia o si algo peor se avecina.

Antes de bajar a la sala en dónde están todos reunidos se cambió por algo más decente y más apropiado de una princesa para poderse dirigir a los reyes de los reinos que probablemente se pongan en su contra, —pero no existe reino que no se deje persuadir por su poder—, pero al igual ya es con algo con lo que ella ya cuenta, y aun así no le importa. Sabe que, aunque los problemas entre sus padres y ella dependan de un hilo siempre la apoyaran si eso solo atrae lo suficientes beneficio al reino de ellos y les asegura que todo estará bajo control si la dejan manejar la situación a su forma y no a la de los demás.

Darleen nunca ha seguido un orden monárquico para saber gobernador.

En cuanto Darleen salió de su habitación noto que el aire estaba ya cargado de suficiente tensión, los gritos y gruñidos de advertencia se respiraban como si fuera un mar de sangre a punto de surgir y no exactamente por qué ella lo haya provocado.

Muy pocas veces utiliza el color negro en sus vestidos para estar en el castillo y no siempre los suele utilizar para evitar una guerra; pero ahora más que nunca debe de asumir su papel como princesa y no como reina, ya que la futura reina esta embaraza Darleen es quien debe ver por el bien de los reinos y no su hermana que no sabe ni cómo manejar su vida menos a los reinos. El ligero sonido de la risa de Lara y la de Jaden llega hasta sus oídos haciendo que cierre tan fuerte sus puños que su sangre comienza a correrle por la palma de su mano, pero aún no los visualiza hasta que llega al inicio de las escaleras y las comienza a descender con sus manos perfectamente recargadas en su espalda ocultando que tiene heridas demostrando porte y seguridad.

Su rostro contrae cualquier tipo de emoción al notar que Jaden sostenía de la mano a su hermana y sonreía con alegría y no con falsedad como lo hace con ella. Darleen nunca ha sido divertida y jamás lo será.

Jaden estuvo a punto de formular algo, pero Darleen simplemente negó con su cabeza y sigo tranzando su camino hasta dejar a atrás a la pareja y adentrarse en lo que verdaderamente le importa en esos momentos. Jaden como futuro rey también deberían de estar presente pero la lujuria y el poder que tiene su palabra contra la de su padre es superior aun así Jaden puede escuchar desde la habitación de Lara a la perfección de todas las cosas que se hablen en la reunión.

Las puertas se abrieron frente a ella dejándola ver a los siete reyes alrededor de la mesa hechos furia. Eso le causo algo de gracia verlo intentar matarse mutuamente es diversión para ella.

Darleen también se sorprendió al darse cuenta que no solamente están los reyes sino también los príncipes y las princesas futuros reyes. Poseedores de lo que sus padres han construido, pero menos Jaden, Shadow y Abigail.

Qué martirio tener que ser la cara del reino, pensó, aunque a ella en realidad no le molesta serlo.

—¡Darleen! —La llamo Charlie.

—Charlie —el orgullo nunca ha sido algo que pueda dejar aun lado con tanta facilidad.

—Hemos conversado un poco los reyes y yo, y hemos llegado a un acuerdo —le informa Charlie.

—¿Y cuál es ese dichoso acuerdo? —Pregunto sin interés. Ya lo leyó en sus pensamientos.

—Le daremos lo que el rey Aubery pida para evitar la guerra —esta vez la palabra la tomo la reina de los elfos.

Claro denle lo que él pida y si quiere que tome a sus hijas para ser sus esclavas, ¿no?, Darleen nunca estará de acuerdo con semejante petición; mucho menos dejara que su propio padre le de la cabeza de su hijo, de su hermana y su vinculo que aun la mantiene estable.

—¿Ósea que le darán la cabeza del príncipe Bain quién es tú hijo también, Charlie?

Su pregunta dejo a todos los presentes helados.

Por ninguna de la cabeza de ellos pasaba le hecho de que él había pedido algo de esa clase. Aubery era conocido por ser el rey de la mitad de todo el imperio del cual ahora la familia Kane es poseedora pero también fue conocido como el verdugo de la vida de Darleen. El rey que quería a una reina con el poder de Darleen y su seguridad para poder ver arder los reinos que no le eran fiel al pie de la letra. Eso fue antes de que Darleen dejara ver quien era ella y por qué debía de ser él quien estuviera de rodillas pidiéndole perdón por todas esas humillaciones que le hizo y por las cosas terrible por las que la hizo pasar.

La hizo tragarse sus propias palabras más de una vez, la hizo llorar hasta sentir que ella era una basura insignificante que no debía de seguir viviendo, la hizo estar presente cuando el sostenía relaciones sexuales con algunas criadas que servían al reino de él.

Le decía lo inútil que le era para él si no accedía a ser su esposa y darle el heredero que merecía para su reino. También muchas veces la agredió hasta hacerla vomitar su propia sangre y nunca se defendió, por miedo a que le hiciera algo a su hermano menor de quien Aubery estaba complemente celoso por tener a la mujer que quisiera a sus pies como solo sonreír. Bain dejo bastante claro que jamás dejaría que Aubery se acercara a Jalila, pero eso cambio. Él la obtuvo al igual que a Darleen y después a desecho como las demás, pero no como a Darleen.