Sacrificio [yo soy fuego]

Capítulo 37

Luna traicionera 

Darleen 

Mi madre siempre había sido la clase de mujer que da todo por sus beneficios, pero matar a quien siempre me hizo ver quien era por fuera fue la gota que derramo para que todo me quedara más que claro.

Todo tiene asentido ahora que está parada junto a Aubery, limpiándose la sangre de Mera de entre las manos y como observa con desprecio a Bain. Al principio creí que las sombras mentían, al principio creí que era solo parte de mi imaginación todo lo que estaba pasando a mi alrededor, pero ahora me voy cuenta de que todo era cierto intente ver que ella era buena cuando no existe ser tan bueno en esta tierra.

Por eso hizo que mataran a Aleska, por eso hizo que dejara de creer que Jaden era el hombre perfecto, por eso hizo que Charlie se fuera y buscara amor en otro parte, su desprecio y falta de aceptación todo fue parte de un plan especialmente de su propio plan. Ella no quería que yo fuera libre, pero esa opción a mí nadie me la ofreció yo la tuve que buscarla, yo siempre la idolatraba hasta que ella me rompió me destrozo y me convierto en un ser desalmado. Aún recuerdo sus miradas, su forma fría de hablarme y de cómo me trabada después de arruinarle la vida. No me había dado cuenta de lo satisfactorio que era destrozarle la vida a mi madre hasta el día de hoy.

Adalyn y yo somos iguales al final de cuentas ella es mi madre y yo soy su hija, es como si ella hubiera iniciado el juego, pero las reglas las he puesto yo. Bain no nació por accidente siendo solo un maldito bueno para nada, él era más de lo que ella jamás imagino y cuando se vio cuenta de lo que me hacía lo hizo convertirse en mi dolor de cabeza, teniéndolo lejos a él de mí, claro está que sus influencias creían más y más, me hizo terminar con millones de vidas las mismas que disfrute de principio a fin, pero ahora ella está de regreso en el juego, mi juego, nuestro juego.

Nadie la ama por qué todos aprendieron a odiarla.

Alguien en alguna parte me dijo esa frase, pero nunca suelo recordar quien me la dijo. Pero ahora mismo lo que menos me importa es quien me la haya dicho, lo que me importa es que me él levantado, me he levantado con una sonrisa bastante amplia dibujada en mis labios que me dejo bastante aturdida en realidad creo que a todos. Shadow retrocedió tanto que sentí la aceptación de mi hermano aun sin sentirme del todo segura de ser capaz de salvarlo. No puedo perderlo a él también por qué si lo pierdo a él entonces yo también me perderé y no sabre como regresar a casa. No tengo el valor ni tampoco la fuerza suficiente para verlo a los ojos y aceptar que él también ha aceptado que su muerte no será en vano.

No. No. No. No.

El momento es completamente perfecto. Levante mi rostro, deje mi espalda recta mientras los observo como si fueran mis presas favoritas que en cualquier momento comenzaran a correr, pero entonces mi peor miedo se hace presente y la voz de mi madre suena tan segura y tan neutra que la rabia dentro de mí hacia ella crece tanto que le quisiera arrancar la cabeza de una buena vez. No me daría la satisfacción de disfrutar su muerte. No teniendo en cuenta que ella siempre me atormentara.

—No te muevas o lo mato a él también, Charlotte —me amenazo.

—Mátalo si tanto lo deseas, al final de cuenta es tu sangre, tu hijo no él mío.

—Eres tan...

—¿Ta qué? —La rete—. Soy el monstruo que tu misma creaste, pero con la diferencia de que me necesitabas para obtener el mundo, pero resulta que el mundo me tiene a mí y tú eres quien sale sobrando de entre todos nosotros, Adalyn.

—Siempre te has parecido tanto a Charlie —gruño sin dejar a Bain en paz.

—Tal vez por eso se dio cuenta de que contigo ya no volvería a ser feliz, que contigo ya jamás podría ser feliz y por eso fue a buscar amor en otra parte, con una mujer que no le hace daño y no lo lastima como tú lo hacías, Adalyn, por qué, aunque a ti y a mi nos cale la idea de que se enamoró de nuevo, de que se quiere casar con ella y de que ese niño nació del fruto del amor es la realidad. Él está mejor sin nosotras que solo le hacemos mal solo le hacíamos daño sin darnos cuenta.

—Lo dices con tanta tranquilidad que hasta yo puedo llegar a pensar que podrías llegar a vivir una vida eterna sin tu padre.

—Si el noventa y nuevo por ciento de los vampiros sobreviven sin su madre no veo por qué no podría sobrevivir sin ambos padres, Adalyn. Tú y yo únicamente estamos jugando un juego en donde tú quieres algo del infierno y yo te quiero a ti dentro de él —suspire de felicidad.

—Pero tú tienes la llave que yo busco y tú sabes en donde esta —sus juegos de palabras nunca fueron de mi agrado, pero creí con ella siendo mi madre, claro que tengo idea de lo que habla, pero no le dará las respuestas que ella tanto busca.

—Buscas respuesta en donde sabes que jamás las encontraras, buscas y buscas, pero entre más las buscas menos las encuentras —le respondí.

—¿Será que siempre buscas las respuestas en las personas incorrectas o en los lugares incorrectos?

Retire mi vista de ella para intentar no sonreír.

—Buscaste siempre en donde un corazón roto yace, pero olvidaste que detrás de un hombre herido existe una mujer que lo supo herir sin morder el han suelo. El cielo podrá llorar por dolor, pero el viento se lleva siempre con ellas las nubes grises y con ellas las tormentas que evitas por ser valiente e inteligente. —Suspire—. Detrás de toda mujer no existe un hombre valiente solo existen mujeres que comienzan a valerse por sí mismas.

—Yo nunca lo busque, querida, al contrario, él fue quien me busco y henos aquí frente a ti.

Sonreí, verdaderamente mi madre sabe cómo hacerme sonreír genuinamente.

—Entonces tuve que herirte tanto como para que lo buscaras a él, ¿no lo crees?




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