Sacrificio [yo soy fuego]

Capítulo 42

El principio del fin 

Darleen 

El sonido de los pasos pesados de los enanos me despertó de golpe sin saber bien en donde me encontraba hasta que comencé a buscar con la mirada a Wrath o a Abaddon que aún siguen a mi lado sin dejar de mirar desde detrás de la gran muralla de piedra frente a nosotros.

No sé ni como llegamos aquí lo último que recuerdo fue escuchar la voz de Rhysand hasta ahí.

Las funciones del veneno son mucho más letales con el paso del tiempo sin el tratamiento.

No parece ser una pelea justa de parte de los enanos contra los elfos desde aquí puedo escuchar todos y cada uno de sus movimos de ambos ejércitos y como es que se pelean entre ellos mismo. Los elfos les lanzan flechas mientras que los enanos mientras que ellos lanzan al aire sus armas que las rompen y avienta a los solados provocando que se coloquen en una barrera que bien pueden derribar los enanos con sus cabras hasta que de la tierra se comienzan a escuchar chillidos. Había olvidado por completo de lo que es capaz de hacer Aubery hasta que escuche su voz. Hasta que nuestras miradas se volvieron a encontrar y recuerdos del pasado comenzaron a llegar a mi cabeza.

—Qué comiencen los ataques —les grito desde lo lejos. La tierra comenzó a temblar indicándome de que no será aun pelea nada justa, pero al intentar levantarme la cabeza me comenzó a dar tantas vueltas que el brazo de Wrath fue el que me detuvo de haberme caído hacia atrás.

Los pasos de los orcos y sus gruñidos de guerra resuenan desde la profundidad.

Al mismo tiempo los enanos comienzan a correr hacia ellos.

Protegen la entrada del castillo sin importar nada, formando un muro con sus lanzas y con sus escudos en doble final mientras de fondo se escucha una canción demasiado familiar para mí. Odio sentirme de esta forma, odio que estén ahí a fuera peleando una pelea que no es para nada justa:

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá?, que por matar a un rey una reina colgara de él, dijeron que mato a cien, cosas extrañas pasaran por aquí, no pueden ser más extrañas, si n nos encontramos a la media noche el arco de la oscuridad nos encontrara.

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá?, donde la reina muerta llamo, a su amor para huir, cosas extrañas pasaran por aquí, no pueden ser más extrañas, si no nos encontramos a la media noche el arco de la oscuridad nos encontrara.

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá?, donde dijo que ambos huirían, para que los dos pudieran ser al fin libres, cosas extrañas pasaran por aquí, no pueden ser más extrañas, si no nos encontramos a la media noche el arco de la oscuridad nos encontrara.

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá? Usa una corona llena de espinas, lado a lado siempre conmigo, cosas extrañas pasaran por aquí, no pueden ser más extrañas, si no nos encontramos a la media noche el arco de la oscuridad nos encontrara.

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá?, donde dijo que ambos huirían, para que los dos pudieran ser al fin libres, cosas extrañas pasaran por aquí, no pueden ser más extrañas, si no nos encontramos a la media noche el arco de la oscuridad nos encontrara.

¿Vendrá?, ¿Vendrá?, ¿Será que la oscuridad ya vendrá?

Escuchar como los dos ejecitos cantan la canción al mismo tiempo me hace sentir extraña.

Es como esa clase de sensaciones que por más que intentas encontrarle un nombre es difícil aun vez que comienzas a sentir que te aclaman, pero al mismo tiempo te odian por ser diferente a ellos. La mitad de mi vida la he pasado peleando contra ellos y ahora ellos pelean con los nuestros. No es para nada una batalla justo y no lo será jamás, pero es lo que obtenemos los guerreros.

Tan solo fue un momento en el que pareció que cerré mis ojos cuando los elfos comenzaron a saltar por encima de los enanos y su muralla. Ellos juraron proteger al reino sin importa las indiferencias que todos presentemos. Es como si el karma de acciones pasadas regresara. Los elfos hacen rodar las cabezas y algunas partes de los cuerpos de los orcos mientras que los enanos arrasan con la mayor parte de los que comienzan a llegar haciendo caer sus cuerpos. Aubery no se detendrá hasta que no salga a pelear con ellos, pero el veneno corriendo por mi torrente sanguíneo me comienza a matar desde dentro.

—¡Envíen a las bestias a la guerra! —volví a grita él al mismo tiempo que hace sonar una clase de alarma que únicamente los orcos entiendes pero que a mí me molesta.

Las bestias son barbaridades que si un niño o un hombre las tuviera de frente no tardaría dos segundos en olvidar como es respirar con calma antes de morir por causas naturales. Ni siquiera yo sé qué clase de alimayas son esas.

—El rubio se preparó demasiado bien —comenta Mason cruzándose de brazos.

—Fue demasiado tiempo lo que paso lejos de la vista de todos nosotros —agrega Elijah.

—Cuanta más libertad tuvo más deseos de pelea tuvo guardados —dice Abaddon sin resentimiento en su voz— no es mucho mejor que nosotros, pero tampoco es mucho peor que todos juntos.

—Nadie nunca nos advirtió que él regresaría por más —Wrath tiene mucha razón. Tuve la oportunidad de matarlo y lo deje vivir, no tenía en ese momento idea de lo que sería capaz de hacer en cuento regresara, pero cuando más sentía que bajara la guarida más vulnerable me volvía yo solo quería que se detuviera que entendiera por las buenas, pero razonar con él fue mucho peor de lo que había imaginado—. Muchas almas hoy perderán la vida y su valor será ratificado y bien visto durante algunos años más pero el simple hecho de recordar la batalla de los siete ejércitos sería una terrible aportación a la historia de nuestras vidas.




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