Sade Jones
Desnuda e impaciente.
Aquella noche fue totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada.
Tenia que tener el control de sus acciones, tenia que tener todo totalmente controlado, sin embargo, sus pensamientos solamente la llevaban una y otra vez al mismo lugar. Ni siquiera la voz de Sevdaliza podía calmar sus emociones.
Es como si le hubieran vertido una tonelada de corriente eléctrica sobre ella. Sus pensamientos solo iban en una sola dirección.
Tomaba con tanta fuerza el volante de su auto que sus nudillos se tornaban blancos ante tal acto.
Al llegar al café Diana, todo cambio para Sade.
El solo llegar a ese lugar la hacia sentir..... libre. A pesar de haber manejado durante dos horas para llegar a su destino, no sentía arrepentimiento alguno. Sobre todo cuando el sonido de la música electrónica llego a sus oídos.
Tenia varios años que era socia de ese club, el cual abría sus puertas al caer la noche pero, en el día, su fachada era un simple café, elegante y culto, el cual siempre tenia lleno total. Popular por sus postres caseros y el café ni se diga.
Nadie conocía su secreto, absolutamente nadie, ni siquiera sus amigas mas cercanas con las cuales compartía un vínculo bastante fuerte.
El ser socia de este lugar, no había sido mera coincidencia. Cuando abrió sus puertas, Sade Jones fue una de las primeras personas que recibieron una invitación dorada, junto con una llave. Mas claro no podía ser.
Desde entonces, el café por las mañanas se había vuelto totalmente indispensable y, por las noches, el club se había vuelto su segundo hogar, en donde podía ser ella misma, sin las ataduras familiares que conlleva tener el apellido Jones en la alta sociedad.
El club "Escarlata" era de intercambio de parejas de alto lujo. Puedes beber, puedes platicar o simplemente, puedes observar todo lo que sucede a tu alrededor.
Por su parte, Sade Jones, se especializa a observar lo que sucede dentro del club. Ya sea desde el privado, una simple mesa o desde el mejor lugar que puede existir a la vista de todos..... La barra de bebidas. Sentada sobre el banquillo de madera con su asiento de piel negra.
En el preciso momento en el cual, cruzo las puertas del Club, todas las miradas fueron puestas sobre ella. Algunos la miraban con lujuria, otros la miraban como depredadores como si fuera un cervatillo el cual, da sus primeros pasos dentro del mundo nocturno del intercambio de parejas.
Se fue directo a la barra y le hizo una señal con la mano al bartender. La música la cautivo de inmediato, tanto que, empezó a quitar de una en una las prendas que poseía sobre su cuerpo.
Al terminar de quitar su ropa y quedar únicamente en un ligero tanga y con los senos al aire, varios ojos recorrieron ese cuerpo esbelto pero con las curvas en su lugar. Un trasero redondo y unas piernas marcadas por el ejercicio. Un abdomen de infarto que haría sudar a cualquiera que intentara realizar la rutina que su entrenador le ponía.
En este lugar no hay dramas, no hay peleas. Simplemente se viene a disfrutar sin restricciones. Esta noche Sade quería beber hasta perder la cordura, quería guardar al monstruo que quería salir a la superficie sin autorización. Pero si en el camino se le cruzaba un buen cuerpo, pues, simplemente, miraría o, quizá, follaría con él o, ella.
El bartender le coloco frente a ella, un martini de lavanda y mango y se retiro de inmediato. No tenían permitido entablar amistad con los clientes. Pero a Sade le vale una hectárea de..... Ella entabla conversación con quien le da la gana.
Venir a este lugar y estar casi desnuda, le daba a Sade una satisfacción enorme. Que otros la pudieran ver y que no pudieran tenerla. Que pudieran ver su cuerpo una y otra vez y no poder tocarlo.
__Sirve un 1800, por favor
Le dije al bartender. El martini de lavanda no le agrado por lo que, solo le dio un par de tragos y lo dejo sobre la barra. Esta noche, los trabajadores tenían un pañuelo sobre la mitad de sus rostros, dejando solo a la vista los ojos.
Al recargar su espalda sobre el borde de la barra, Sade logro ubicar a una pareja que estaba al fondo, al igual que ella, también se encontraban analizando el lugar. Los tres se miraron a los ojos y sonrieron de una manera casi imperceptible. El hombre se acerco al oído de su acompañante y le susurro algo. Mientras él le hablaba al oído, ella, no dejaba de ver los senos de Sade, los cuales eran bastante voluptuosos y con los pezones ligeramente erectos.
__Esta noche será bastante emocionante y, porque no decirlo..... bastante divertida.
Cuando Sade estaba a punto de avanzar hacia la pareja del fondo, las luces se apagaron por completo, dejando el lugar completamente oscuro. De la parte central del lugar, una gran domo en forma de hexágono emergió del suelo. Cuando finalmente llego a su posición, las luces de este se encendieron, mostrando una gran orgía dentro del domo. Sus rostro estaban completamente tapados, dejando solamente al descubierto sus cuerpo. Unos cuerpos bastante trabajados por el ejercicio.
Una sonrisa un tanto tímida mostró el rostro de Sade y retrocedió un par de pasos hasta posar su trasero sobre el banquillo. La mujer que estaba al fondo con su pareja, abrió sus ojos a mas no poder y escondía la mirada sobre el hombro de su acompañante, mientras que este, le acariciaba la rodilla dando ligeros círculos. A pesar de que las luces estaban completamente apagadas, Sade podía ver a la perfección esa mirada pervertida del hombre.
__¿A que juegas? ¿Quieres atraparme de esa manera?
La chica llevaba un vestido beige de latex el cual dejaba todo a la imaginación. Podía verse a la perfección lo que había debajo de ese vestido. Para cuando Sade se dio cuenta de lo que sucedía, ya era un poco tarde. La chica se puso de pie con la mirada sobre sus pies. Mientras que su acompañante tomaba de la mesa, algo con que cortar ese vestido de latex.
#2907 en Otros
#241 en Aventura
infidelidadnarcisismoegocentrismo, posesiónpasiónamorlibertad, hermescrasisysadejones
Editado: 09.10.2024