Sade Jones
He vuelto.....
Su auto llego y aparco frente a la gran casona antigua, la cual tenia el techo a punto de caer de lo vieja que estaba. La madera de esta se miraba de lejos lo frágil e inservible que se encontraba, a simple vista podías ver que, si tomabas entre tus manos la madera, esta se desmoronaría entre tus dedos. Las paredes de piedra eran lo único que se miraba rescatable. O quizá o único rescatable.
Sade, miro con superioridad la casa y, una rabia inmensa la lleno. Sus manos se hicieron puños y golpeo sus piernas un par de veces. Tomo sus gafas de sol y se las coloco. Dio un pequeño golpe sobre el hombro del chofer y este, bajo un poco la ventana ahumada para poder hablar con la persona que se acercaba a paso lento al todo terreno de color gris.
El desconocido, miro con superioridad al chofer de Sade pero este, no se inmuto en absoluto ante su mirada. Él simplemente mostró sus dientes perfectos en una sonrisa y el desconocido trago saliva varias veces antes de poder decir alguna palabra.
El carraspeo de Sade lo hizo regresar a la realidad y el chofer regreso a su postura e hizo su trabajo a la perfección.
De su bolsillo frontal de la camisa de manga larga a cuadros, saco una tarjeta y se la entrego al desconocido. Este, la tomo y la leyó con sumo cuidado. Para cuando termino de leer, miró fijamente al chofer y negó un par de veces antes de apretar la mandíbula hasta casi hacer rechinar sus dientes.
Administrador
Abel San Roman
Sade miró su reloj de muñeca Versace y dio la orden de avanzar. Abel bajo del auto y se acomodo su camisa y se coloco las gafas de aviador. Miró a su alrededor, solamente estaba la casa vieja, una silla mecedora rota y un pequeño granero de madera con techo de lamina, que era el que se miraba mucho mejor que la casa de donde había salido.
__¿Es el nuevo administrador?
La voz en forma de susurro le hizo levantar una ceja y mirarlo un par de segundo para luego, asentir con un movimiento de cabeza.
_Lo soy.
El desconocido se puso pálido, como una hoja blanca. Parecía que había visto un fantasma. Pero el efecto duro muy poco, a los pocos segundo recobro el sentido y tomo de nuevo su pose desafiante. Sade, al ver el gesto del desconocido sonrío de forma socarrona y negó varias veces, mordió su labio inferior y bajo un poco la ventana de su lado, solo se miraba a travez de la rendija sus gafas Versace y su color de cabello.
__¿Tenemos un problema Abel?
Abel se agacho un poco para escuchar el mensaje ya que mide casi dos metros de altura.
_Por supuesto que no patrona.
__Deja de jugar con el niño. Estamos aquí por otro asunto.
Abel le dio una mirada por el rabillo del ojos y este, se estaba comiendo las uñas de las manos, señal de que se encontraba nervioso, bastante.
_¿Puedo jugar con él mas tarde?
Sade le dio una mirada rápida y asintió con un movimiento de cabeza bastante marcado.
__No lo vayas a lastimar..... demasiado.
_No, claro que no.
Abel respondió bastante rápido para el gusto de Sade. Ya que, debido a esa respuesta, bajo un poco sus gafas hasta mostrar sus ojos y darle una mirada amenazante a este.
__Estas advertido Abel. Te voy a cortar las bolas, si lo veo llorando por culpa tuya. Termina con ese juego tuyo y vámonos que tenemos que ir al pueblo
Abel se fue a la parte trasera del todo terreno y bajo un par de maletas grandes de la LV y las dejo frente a los pies del chico. Al ver esto, este, lo miró bastante confundido.
_Mete las maletas a una de las habitaciones de la casa. Regresaremos mas tarde.
Le dio la espalda y se metió al todo terreno, lo encendió y, antes de irse, quito sus gafas y le dio una mirada de pies a cabeza, tomado su tiempo.
Este vestía unos vaqueros desaliñados, unas botas viejas y una camisa de tirantes blanca bastante vieja, ya que tenia un par de agujeros en la parte del estomago, un sombrero aun mas viejo que las botas.
_Prepara café, estaremos de regreso antes de que meta el sol.
El tono empleado fue bastante demandante, ya que este, le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo y retrocedió un par de pasos.
___¿Que carajos?
Susurro para si mismo el chico. Al mismo tiempo que su corazón latía a velocidad de la luz y una pequeña gota de sudor se deslizaba por su frente.
Se dio la vuelta de inmediato y entro a la casa cerrando con lo poco que quedaba de puerta.
Coloco su mano en el pecho y su corazón latía a toda velocidad, su rostro se había puesto un tanto rojo y su respiración se había echo un tanto errática.
___No pudo haberse dado cuenta. No puedo haberse dado cuenta.
El en todo terreno, Sade y Abel platicaban un poco de lo había pasado hace unos momentos. El camino hacia el pueblo era bastante corto, en auto estaban a una hora de camino.
Desde hace un año, Sade había tenido en la mira esa propiedad pero, el dueño no cedía en absoluto, no quería perder el patrimonio que tanto le costo conseguir con el paso de los años <Mentiras>
Se había presentado ante él con un portafolio lleno de billetes verdes, pagando por la propiedad mas de lo que valía, sin embargo el anciano no cedió ante ello. Pero eso, no amilano a Sade, simplemente se retiro con la frente en alto y con una gran sonrisa en e rostro. Pero antes de subir a su auto color cereza, Sade le dejo una tarjeta con sus datos.
Un par de meses después, el anciano había perdido todo lo que tenia, todo lo que poseía. Y, ella se había encargado de que así fuera.
Ahora, ahí se encontraba ella, en la propiedad que había recuperado de las garras ellos.
_Hiciste un buen trabajo, te felicito. Te contuviste bastante. Pero ¿Él señor Jones sabe lo que estas haciendo?
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Editado: 09.10.2024