Saga Blackdalion

18- Las historias del León

Colin tenía un largo viaje por delante, no es que lo afligiera pues le gustaba viajar y conocer nuevos lugares pero le molestaba tener que hacer de representante de su familia.

Los viajes "oficiales" no eran lo suyo, prefería tener más libertad, de hecho cuando tenía unos trece años se había escapado con la caravana de comerciantes que pasaba cada año por su hogar para poder conocer mundo, su padre había ido tras él. Al año siguiente Connor le había permitido que viajara con ellos bajo su supervisión , pero le había quitado todo el placer porque se había encargado de que fuera un viaje útil y aprendiera sobre el comercio y las rutas, aunque ahora que lo veía a la distancia no había estado tan mal, había aprendido mucho.

Sin embargo, aquello de tener que acudir a una invitación a tierras lejanas como representante de su familia, no le hacía gracia.

Tampoco es que hubiera muchas opciones, su hermano mayor estaba demasiado ocupado ayudando en la administración de Levany y cuidando a sus hijos, Kristana era, desde hacía muchos años, la Señora de Ildrake así que no se podía contar con ella. Su otra hermana, Shennara, no era una opción...uno no podía confiar en Sheny para esas cosas, era demasiado impredecible. Su hermano menor andaba de viaje, y su padre, bueno, Connor Blackdalion había argumentado estar muy ocupado para ir personalmente.

Si bien aquello no era una mentira, tampoco era del todo cierto, porque a pesar de los deberes y responsabilidades, Connor nunca dejaba de hacer algo que quisiera, de lo que se deducía que no tenía ganas de viajar.

Colin frunció el ceño, tenía la sensación de que su padre le había tendido una trampa. No obstante, era un Blackdalion, y los Blackdalion no se amedrentaban muy fácilmente, así que se acomodó bien en su montura y siguió avanzando mientras silbaba su melodía favorita. Cabalgó lentamente hacia el norte, muy al norte, más allá de Ildrake, más allá de las rutas de los mercaderes que él había conocido.

Colin Blackdalion había heredado de su padre el amor por la música, al igual que el parecido físico , en su casa decían que él tenía "las formas de Connor y los colores de Shara", ya que tenía los masculinos ,aunque bellos, rasgos de su padre y su estructura física, pero también tenía el cabello oscuro y los ojos color dorado de su madre.

Y tenía ,al igual que Connor, una personalidad alegre y despreocupada, lo que le había valido muchos retos en la infancia , ahora, a los veintitrés seguía conservando el espíritu travieso. Además era curioso por naturaleza lo que hacía que las aventuras lo encontraran frecuentemente, porque en realidad parecían salir a su encuentro en lugar de que él las buscara.

Aquel viaje no iba a ser la excepción. De pronto una sonrisa se dibujó en su atractivo rostro, aquello iba a ser divertido.

Tres días después de llegar a su destino, Colin estaba mortalmente aburrido. No había nada que siquiera tuviera un eco de aventura, sólo era un castillo como muchos que había conocido, con nobles provenientes de distintos lugares y no mucho más. Lamentaba no haber traído a nadie consigo, pero se había negado a llevar hombres del ejército de su familia, no le gustaba andar custodiado, ya estaba grande para ello, aunque sus padres pensaran diferente. Y sus amigos estaban ocupados en la cosecha o con sus propias familias, últimamente se les había dado por casarse, así que tampoco había podido pedirles que lo acompañaran.

El lugar era majestuoso, un castillo al pie de montañas boscosas, pero eso era todo, allí acababa el atractivo.

El resto se trataba de los mismos rituales cortesanos de siempre, más el entusiasmo por los torneos que se desarrollarían, de hecho, sus anfitriones se habían desilusionado cuando él rechazó participar en los combates. Para ser sinceros era un buen espadachín como cualquiera de su familia, pero no le entusiasmaba en demasía hacer gala de sus habilidades con la espada. Si fuera necesario, por una buena causa, peleaba y ganaba, pero no por exhibirse ni por probar nada a nadie. Le gustaba seguir sus propias reglas y no las de los demás.

Afortunadamente, la expectativa por la llegada de clanes guerreros de la alta montaña había desviado la atención de él, así que se dedicaba a vagar por el lugar tratando de encontrar algo que lo entretuviera durante su estadía.

Si no encontraba nada que llamara su atención, o saldría huyendo de allí o crearía algún problema, se conocía bien.

Había evitado exitosamente las provocaciones para hacerlo combatir y las risitas y miradas femeninas ,que también buscaban provocarlo, podía no ser el correcto Sean, pero pensaba defender el nombre familiar tanto como le fuera posible. Había sido enviado como embajador de los Backdalion y pensaba actuar en consecuencia, al menos tanto como pudiera.

Para evitar complicaciones se había refugiado en la biblioteca, una siesta le había parecido una buena idea y había encontrado el lugar perfecto. Un sillón de respaldo alto, semi escondido entre las altas estanterías. No parecía ser un lugar muy visitado y el sillón era perfecto para su cuerpo grande. Corrió los gruesos cortinados para bloquear la luz y luego se arrellanó cómodamente, con suerte nadie lo molestaría hasta la noche.

Cuando sintió pasos, trató de quedarse quieto, sabía que su ubicación estratégica lo hacía casi invisible, pero la curiosidad pudo más y espió al visitante.

Era una mujer, alta, más de lo habitual y vestida con ropa masculina de combate, llevaba el cabello atado en una gruesa trenza que colgaba en su espalda y tenía el ceño fruncido como si estuviera tensa o muy concentrada. La joven caminó grácilmente, apenas haciendo ruido y deslizó sus dedos por los lomos de los libros de una forma que no había visto antes, era algo casi afectuoso. Tomó un libro y lo hojeó, luego lo devolvió a su lugar y tomó otro. En ese instante alguien más ingresó y la chica se puso alerta y se giró rápidamente hacia el hombre que había llegado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.