Por Mikaela Channing
Patrocinio "Letras Blancas en Tiempo de Aiyar"
"Ella no puede escapar de la oscuridad y algo más la acompaña"
Desde que desperté en este lugar, esa cosa ha regresado repetidamente. No puedo moverme y todo alrededor es oscuridad. Sé que eso está cerca porque todo se llena de un hedor, de algo putrefacto que se mezcla con un vaho gélido.
No sé cuánto tiempo lleva visitándome... Ahora está aquí. Se ha subido a mi pecho, permanezco inmóvil, no puedo verlo, pero su peso sobre mi lo delata. Siento que algo filoso penetra rompiendo las costillas y el dolor se dispara extendiéndose hasta los pulmones. «¡ARRRRRRG!» Grito, pero nada sale de mi boca, solo grito en mi interior. «¿Qué haces? Déjame, déjame en paz... quiero salir de aquí».
De repente, la misma sensación metálica que destrozó mis huesos, se incrustaba como una garra en la pierna izquierda y como navajas a una hoja de papel, rasga piel y músculo, subiendo hasta el muslo. El dolor es insoportable, sigo gritando. La tortura de lo que sea esa cosa no se detiene.
Las tinieblas me agobian, eso vive en ellas y yo soy su presa más fácil. Es un depredador que juega con el animal más débil de la manada que no pudo escapar. Ahora no se mueve, pero su pestilencia lo delata y un seseo que se va haciendo más extenso y cercano a mi oreja:
─En este minuto exacto cumples la novena noche desde el accidente ─.
«Eso tiene voz... una que irrumpe en mi mente y despierta recuerdos... ¿un accidente?» Llueve. Conduzco un vehículo, es mío... siento un leve temblor y el alud me toma por sorpresa, con una oleada de rocas que arrastran el auto hasta el fondo del barranco, dejándome enterrada en una prisión de metal retorcido que poco a poco se va llenando de fango... Me ahogo, desfallezco y luego despierto aquí.
De nuevo la escabrosa voz proveniente de la oscuridad:
─¡Debemos marcharnos! ─el sadismo fue evidente─. No te resistas, ya eres carne preparada para mi infierno.
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violencia explicita, terror paranormal y psicologico, referencias demoniacas
Editado: 30.12.2018