CAPITULO 23

Y CONVERTIRLOS EN REALIDAD.

Lena salió del baño casi temblando, miró nerviosa a su alrededor; no había sido grata aquella escena como tampoco estaba siendo grato la presencia de Ryder King cerca de ella. Casi suspiró profundamente cuando no lo vio cerca, aceleró sus pasos hacia la barra en donde la esperaba su amiga. Por algunos momentos deseó haberse ido cuando Tatiana insistió en salir del bar, pero ahora tenia que permanecer en el lugar evitando preocupar a su amiga y esperar la segunda parte del concierto de Dallas King.

Una fuerte mano la sostuvo del brazo deteniéndola. Lena tembló y se opuso tensa sin moverse.

- ¿Qué demonios pasó allá adentro?

- Sólo déjeme ir - musitó intentando discretamente liberarse, no sabia si podría aguantar un nuevo escándalo.

- No - respondió tomándola de la mano con fuerte agarre.

En un momento fue llevada entre la gente por segunda vez en contra de su voluntad. Sus piernas casi corrían tras él mientras jadeaba, de pronto él la tomó de los hombros recargándola en una pared. El rincón a donde la llevó estaba semi oscuro, se acercó a ella atrapándola con ambas manos sosteniéndolo a cada lado de su rostro confundido.

- ¿Qué esta haciendo?

- No voy a dejar pasar esto - dijo molesto -, todos los que estábamos cerca del baño escuchamos los gritos histéricos de Mandy...

- Lo siento, no le hice nada a su novia, ella sólo vino a reclamar una tontería, no sé de donde...

- ¡Ella no es mi novia! - Gruñó con intensidad -, yo no tengo novia.

- Lo sé - asintió recordando las palabras de la mujer sobre Ryder King -, así que no considero necesario que me mantenga aquí en contra de mi voluntad, si me permite me gustaría volver con Tatiana y Panther.

Ryder no se movió. Sus ojos no se apartaban de ella haciéndola sentir nerviosa.

- ¿Qué es Panther para ti? - Preguntó apenas moviendo los labios -, he notado que se han hecho muy buenos amigos.

- Si, él es un hombre muy agradable - asintió ansiosa de escapar de los brazos del atractivo rubio.

- ¿Qué tan agradable es Panther? - Inquirió sintiendo como la sangre subía a su cabeza -, ¿Tan agradable como para disfrutar de su compañía? O quizá, ¿Tan agradable como para responder como lo haces cuando estas conmigo? ¿Panther te hace sentir así cuando esta tan cerca de ti como yo ahora?

Ella no dijo nada, él ni siquiera hizo el intento de moverse, al contrario se inclinó un poco más a ella. Lena empezó a sentir la falta de oxigeno que venia en los cada vez más espaciosos ataques de ansiedad que sufría. El último había sido después de haber sido descubierta por el mismo hombre que estaba trente a ella durante la velada de la fundación. Inclinó un poco la cabeza apartando sus ojos color oliva de su ex jefe, abrió los labios buscando aire mientras surcaban por su frente pequeñas gotas de sudor.

- ¿Estas bien?

La joven subió una temblorosa mano hasta el fuerte pecho del atractivo hombre buscando la manera de apartarlo tan sólo un poco y poder tener espacio para respirar. Jadeo con los labios temblorosos, una mano la tomó firmemente de su barbilla y las obligó a levantar la cabeza hacia su altura. Lena parpadeó las lágrimas que aún no habían escapados de sus ojos le mostraron a un Ryder King borroso, del que apenas notaba el gesto de preocupación.

- ¡Por Dios! ¿Necesitas algo? - Inquirió preocupado mientras con su brazo libre la acercó a su cuerpo en un abrazo -. ¿Quieres salir a tomar un poco de aire?

Sin esperar respuesta la sostuvo con cuidado llevándola hasta una puerta trasera de doble hoja de metal y la abrió mostrando una noche cálida envuelta en el sonido de una ciudad densamente poblada. La soltó recargándola en una pared de ladrillos.

Lena se inclinó ahogando un sollozo mientras esperaba que su propio cerebro le ayudar a calmar el pánico que aún se mantenía en su interior. ¡No le gustaba estar así frente a las personas, mucho menos frente a Ryder King! Lentamente fue aspirando el aire de la noche, sus pulmones empezaron a trabajar llenándose del vital componente.

- ¿Necesitas algo Lena? - se inclinó hacia ella apartándole el suave cabello - ¿Quieres que llame a tu amiga?

- ¡No! - respondió de inmediato a media voz -, no quiero que Tatiana sepa lo... que me ha pasado, ella se pone nerviosa. No quiero que se preocupe, voy a estar bien.

- Esta bien - asintió de inmediato acariciando con un dedo su pálida mejilla -, ¿Puedo hacer algo por ti? Podemos quedarnos aquí mientras te compones, tú solamente tienes que decirme cuando quieras volver.

- Quiero volver.

Ryder la miró con extrañeza sintiéndose por primera vez en su vida inseguro por no saber que hacer. Lena se veía muy pálida, su pequeño cuerpo temblaba y algunas lágrimas caían por su rostro angustiado.

- ¿Estas segura? - limpió sus lágrimas mientras apartaba su cabello.

¡Maldición! ¡Que bien se sentían las hebras de ese rubio oscuro entre sus dedos? ¿Estaría siendo un maldito bastardo al sentir en su cuerpo esas devastadoras ganas de tomar a Lena en sus brazos y besar sus labios hasta que ambos perdieran el aliento? Lamió sus labios paseando sus ojos por ese rostro que alguna vez le pareció común, sin el atractivo al que estaba acostumbrado en las mujeres que llevaba a su cama.

Lena subió una mano hasta su pecho, esta vez no era por la falta de aire o por el ataque de ansiedad que había sufrido momentos antes; está vez era por la cercanía de Ryder King, abrió los ojos casi sintiéndose asustada por lo que él estaba haciéndola sentir. Sabia muy bien que no tenia ninguna experiencia para un hombre como él, no sentía que las palabras de aquella mujer fueran ajenas a lo que siempre había sabido. Ryder King era el hombre más peligroso que alguna vez se cruzaría en su camino y sus instintos lo sabían porque le pedían correr lejos para salvar su vida, una vida que durante muchos años fue todo menos una verdadera forma de vivir. No mientras estuviera su padre en ella y ahora se estaba cruzándose en su camino un hombre como él. Ambos podían estar cortados por la misma tijera y las sirenas de alarma ensordecian sus oídos.