En medio de la noche, un joven hombre de cabellos lilas, camina entre las calles, buscando una dirección que pareciera no encontrar por ningún lado.
Ya había estado recorriendo las calles desde hace un buen rato, pero no está la fortuna de su lado.
Se supone que se iba a ver con un amigo en casa de este, para celebrar ambos su cumpleaños, pero…
¿Por qué el pelirrojo debe vivir a una distancia considerable?
Y… ¿Las calles debían ser un laberinto?
Ya se está desesperando, pero no desiste, ya que siempre ha sido alguien terco en sus convicciones, aunque no es de explotar tanto al momento de no conseguir lo que desea, como su gemelo.
Si bien, hoy en día se ha alejado mucho de con quien comparte día de nacimiento, no significa que no se hablen, ni quieran, cada uno está haciendo su vida, uno en el país natal y otro en uno complemente ajeno, pero tratan de hacer lo mejor posible para mantenerse en contacto.
Aún recuerda esa conversación
---Flash Back---
-Entonces, les dije que no hicieran nada por mi cumpleaños, pero están insistiendo y fue así que ahora tengo una reunión en un bar saliendo porque soy un año más viejo- La risa del mayor se puede escuchar atreves del teléfono.
-Vaya… Como si no te gustaran las fiestas- La pequeña risita por parte del hombre de cabellos sueltos, se hace presente.
-Ya me conoces, no les puedo decir que no- Un suspiro se hace presente, dibujando una sonrisa del otro lado –Me gustaría mucho más pasarlo con Avenir, pero… Aun soy demasiado torpe para decirle lo que siento-
-Te entiendo- Cierra sus ojos, de igual forma dejando escapar un suspiro triste.
-¿Sigues sin decirle nada a Gateguard?- La curiosidad plasmándose en la voz del mayor.
-No es tan fácil…- El tono de sus palabras se puede notar decaído.
-Tu siempre me dices que me arriesgue y le diga mis sentimientos a mi amado borreguito de lana blanca, pero…- Gira sus ojos, como si el menor pudiera verlo –Tu tampoco eres capaz de hacerlo-
-No es lo mismo y lo sabes- Le alza algo la voz, pues… Le duele recordar ese tiempo.
-Sé que el novio de Gateguard lo trato muy mal- Cruzado de brazos –Estaba allí contigo, cuando lo tuvimos que ayudar para llevarlo al hospital y te confeso los maltratos que sufrió-
-Aún no está listo para una relación, no pienso forzarlo a una- Suena decidido, aunque ese no es su verdadero anhelo, desea mantener primero la salud mental del pelirrojo antes que su propio beneficio.
-Bien, pero algún día deberá saber que lo amas con todo tu corazón y tienes una caja llena de fotos de él, que le pagaste a Zaphiri que tomara- La burla del mayor no se hace esperar, revelando el mayor secreto confiado del otro gemelo.
-¡¡¡HAKUREI!!! ¡¡¡CÁLLATE!!!- Rojo como un tomate, sintiendo que con lo boca floja que es su hermano, lo más seguro que en el extranjero ya conozcan sobre su amor por cierto pelirrojo malhumorado como es conocido por muchos.
---Fin Flashback---
-Hakurei… Eres un gran idiota cuando quieres- Aun con el ceño fruncido, haciendo un rosto de puchero, y las mejillas sonrojadas –Pero… Tienes razón, ¿Cuánto tiempo soportare, sin poder decirle lo que siento a Gateguard?-
Su vista abajo se mantiene, ya que al estar pensando en este hecho le causa cierto conflicto.
Dividido entre dos cosas en su corazón.
Uno es el amor tan grande e inmenso que siente por el hombre que esta por visitar, de querer protegerlo, mantenerse e a su lado a toda costa, aunque no como pareja.
Y por otro lado… Siente tantos deseos de confesarle lo que siente, besarlo, abrazarlo, proclamarlo como suyo, jamás permitiría que alguien lo volviera a herir, o lo acabaría.
¿Cuantas veces en el pasado, tuvo Hakurei que detener a Sage que se fuera a los golpes con el ex del pelirrojo?
No lo perdonará por haberlo lastimado tanto.
Tanto físico, como psicológicamente… Hirió a quien ama y deseaba hacerlo pagar.
Su puño se aprieta, gracias a ese infeliz…
Gateguard tuvo que cambiar de departamento, irse a uno más lejano, sin que nadie más lo sepa…
Incluso pedir cambio de su trabajo, todo por el miedo de que ese idiota volviera…
Por esa razón no podía estar tranquilo en ningún momento, hablándole cada noche al de cabellos rojos, asegurándose que estuviera bien.
Quedándose horas al teléfono si el otro tenía una pesadilla, o lo atacaban los traumas que se quedaron en su mente.
No importaba nada, Sage estaría a su lado, odiaba verlo mal… Si tan solo pudiera cuidarlo siempre… Si pudiera confesarle lo que siente, decirle que a su lado, nunca será herido, que lo cuidaría como el ser tan valioso que es.
Los malos recuerdos y experiencias se deben quedar en el olvido, ya nunca volverán a su presente.
Pero… Podría decir todo aquello y por su vida lo cumplirá sin duda.
Sin embargo… No puede obligar a Gateguard a confiar en él.
Sus miedos vienen, al pensar que si confiesa lo que siente su corazón, Gateguard se aleje… Creyendo que la bondad y amabilidad recibida, era una truco para poder llevárselo a la cama.
Sage sobre analiza las cosas, sin embargo es posible que lo que píense el pelirrojo… Tiene grado de verdad, sobre la última parte…
Lo ama tanto y desea, claro que le gustaría tener una relación con Gateguard, con todo lo que eso conlleva.
Rápidamente niega con la cabeza, ante sus pensamientos que está teniendo desprevenidamente.
-Cálmate Sage… No pienses de más en esta situación- Suspira, para calmar sus mejillas sonrojadas y sus ojos reflejan algo de tristeza, alza la mirada intentando de nuevo buscar la dirección –Solo concéntrate en encontrarlo, Gateguard fue muy amable en invitarme a su casa, dijo que tendría una sorpresa…-
Pensando en que podrá llegar a ser la sorpresa que le he está preparando el pelirrojo, es como sus pasos se van dirigiendo a donde creía que es la dirección correcta.
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Editado: 01.07.2025