Confesiones Agridulces
2 de marzo de 2024
Decir que no he dormido sería mentira. Lo cierto es que me dormí sobre pensando las cosas, pero caí rendida, principalmente porque estuve más de veinticuatro horas sin pegar ojo.
Salir de fiesta con Abby tuvo su parte negativa, pero dormir como un lirón esta noche ha sido el segundo punto a su favor. El primero fue el buen rato que echamos aquella noche.
Abby no mencionó nada del tema, algo que no me dejó tranquila en ningún solo momento desde que nos levantamos. No sabía que iba a hacer con la información y sentía que iba a morir de la tensión que cargaba encima.
Es que no ha dicho nada de nada.
—¿Vais bien con la misión?
La voz de Herman me devolvió a la realidad y no pude evitar mirar a Abby a mi lado unos segundos, pero no me devolvió la mirada.
—Bastante bien. – dice Logan con una sonrisa y el coronel eleva una ceja.
—¿A sí?
—Ya tenemos una pista que seguir, pero ya recibirás la información completa cuando acabemos, tío Herman.
Herman puso una mueca porque no quisieron darle información y yo tragué duro por las palabras de Ava. No sabía cómo iba a salirme con la mía y que Abby no dijese palabra alguna de eso no ayudaba en nada.
—Es bueno saber que os está resultando sencilla. – dice Mallory regalándonos a todos una amable sonrisa.
—No es que sea sencilla, es que somos buenos. – la corrijo con un tono mordaz que a ella no parece importarle porque no pierde la sonrisa.
—No lo dudo, los cinco tenéis de quién sacar talento para este mundo.
—Muy cierto, señora Müller – la apoya Alex con una sonrisa.
—Llamadme Mallory, por favor – pide con una sonrisa llevándose la taza de café a la boca –. Tengo entendido que vuestra misión se centra mucho en tu campo, Hazel.
—No soy de ningún campo.
—Eres hacker ¿no? Pertenecerías al de ingeniería informática. No tienes que estar en un instituto de la CIE para decirlo. – asegura Varick.
—Prefiero hacker a secas.
—Bueno, ese no es el tema. ¿Está resultando complicado conseguir información de las desapariciones? – miré a Mallory con aburrimiento, mientras ella me observaba con curiosidad.
—Si estamos avanzando más rápido de lo previsto la respuesta creo que es un obvio no – me gané una mirada con cierto reproche de parte de Ava y me contuve de rodar los ojos –. Se me da bien conseguir información en poco tiempo.
Añadí eso último en un tono menos cortante. Lo que menos me conviene es poner a Ava en mi contra en estos momentos. Tendré que decirle la verdad antes de que ella descubra más de la necesaria o Abby se la chive, y que se encuentre enfadada conmigo no ayuda en nada.
—Si sigues así terminaremos la misión en menos de dos días. – dice Abby con una leve sonrisa y creo que quería verme sufrir.
Lo peor es que lo estaba consiguiendo.
—Para eso tendríamos que terminar de desayunar ya y ponernos manos a la obra – dice Ava poniéndose de pie –. Hoy te libras Hazel, pero mañana será sesión doble.
—¿Vas a hacer algo importante? – pregunto curiosa y eleva una ceja.
—¿Lo preguntas por algo en particular?
—Tengo que hablar contigo una cosa. – eso pareció captar toda su atención porque me observó de una forma analizante.
—¿Muy importante?
—Sí.
Se pasó la lengua por los labios aun intentando leerme con la mirada.
—Tengo tiempo para escuchar lo que quieras decirme.
—Genial – murmuré más para mí poniéndome de pie.
No sabía que quería hacer Abby, lo que tengo claro es que no sé qué hará con lo que le conté ayer en la noche. Espero que no diga nada, pero no quiero arriesgarme.
Inventaré excusas a medida que le vaya contando la verdad a Ava.
Quiero confiar en Abby, me encantaría, pero quizás sea pronto o quizás soy yo que soy incapaz de hacerlo o que me pone nerviosa no saber qué hará con lo que dije. Sí sobre todo lo segundo.
Seguí a Ava hasta su habitación, la cual no me sorprendió encontrar perfectamente ordenada. La teniente aparenta ser una persona muy organizada y su habitación es el claro ejemplo de ello.
Me senté en los pies de la cama hecha. Estaba más nerviosa de lo habitual, se me estaba complicando mantener la máscara de impasibilidad y no me di cuenta de que empecé a jugar con las mangas de mi chaleco hasta que Ava clavó su mirada en ellas y detuve la acción.
—¿Qué quieres decirme? – pregunta pasando su mirada de mis manos a mis ojos.
—Hay algo que… que quizás debas saber.
—Vaaaaaale ¿y qué es ese algo?
Tragué duro apartando la mirada de ella.
—No sé cómo decírtelo sin que hagas preguntas.
—Puedes contármelo y después barajamos las preguntas que aceptas responder – propone –. Porque no puedo prometerte que no haré preguntas.
—¿Y puedes prometerme que no le dirás nada a Bárbara?
Mi pregunta la tomó por sorpresa porque elevó ambas cejas y su mirada dejaba claro que la estaba poniendo en un compromiso y no solo con la capitana también con su madre.
—Hazel si lo que vas a decirme es muy grave no pue…
—No es tan grave, yo… tú puedes conformarte con lo que te diga o tengo esa esperanza, pero sé que tu madre no lo hará y creo que aún tengo derecho a tener secretos o privacidad. Por favor.
Se mordió el interior de la mejilla poniendo una mueca sin estar muy segura de aceptar, pero Ava ya sabe que lo que diré es importante y si no promete eso último sabe que no logrará saber nada.
—Está bien, te prometo que no le diré nada, pero dime qué es lo que ocurre.
—Sé quién es el chico que vimos en las cámaras de seguridad – solté rápido viendo la sorpresa cruzar por su rostro, pero seguí hablando –. Se llama Kenneth, lo conocí un día porque tenemos un conocido en común. Es tres años mayor que yo, su padre era alemán y su madre era de Wisconsin. No, no me acosté con él por si te lo preguntabas solo comimos juntos un día. Eso es todo lo que puedo decirte.
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Editado: 21.12.2024