Epilogo

POV: Tetsuro Xóchitl

Al abrir la puerta me recibió un silencio inigualable, mira hacia la sala la misma en la que mis padres reían a carcajadas cada que veían una película.

La mesa donde mi papá Hinata me daba galletas mientras me contaba historias.

El pasillo por dónde caminaba papá tetsuro y yo corría para abrazarlo y que me cargará en el aire.

La casa se sentía muy vacía sin ellos,camine hasta llegar a una puerta, su habitación,con el corazón arrugado la abrí,pude aspirar el aroma a margaritas que se conservaba.

"Huele a ellos"

Mi vista recorrió el lugar, todo estaba en orden, como si nadie hubiera estado ahí sin embargo no había ni una pizca de polvo de eso me había encargado por si decidían visitarme.

Mis padres murieron a la edad de cuarenta y cinco años, una mañana cuando volvía de la ciudad para pasar mi vacaciones con ellos, los encontré abrazados en la cama, con las manos unidas, les hable sin obtener respuesta.

"No, No puede ser apenas anoche hablé con ellos"

Al tocarlos sentí sus cuerpos helados, sus rostros pálidos, olvide cuanto estuve de rodillas llorando a su lado, rogando porque no fuera verdad.

De eso han pasado dos años, camine hacia la mesa de noche fijando mi vista en cuadro donde estaban mis padres vestidos de blanco, al cumplir 19 años se casaron legalmente aún cuando a los 16 tuvieron una boda sagrada.

La boda legal se llevó acabo al aire libre en el campo de margaritas, es el lugar favorito de ambos, papá Hinata me contó que ahí fue cuando sientio la conexión con mi papá tetsuro.

Ellos me contaron su historia, que no fue sencillo adaptarse, ellos me adoptaron tres años después de su boda, dijeron que fue muy difícil por su edad, al ser tan jóvenes no los creían capaces, pero ellos demostraron tener una casa, un trabajo y estabilidad y logré llegar a sus vidas.

Vi la foto donde estaban ellos, y estaba en sus brazos el día que salí del orfanato, no pude evitar sonreír.

Salí de la habitación, recogí las flores de sak Nikté que compre, son sus flores favoritas de hecho mi nombre es la abreviatura de cacaloxóchitl que es otra forma de llamar a está flor en náhuatl.

Saque el cacao y el maíz de mi bolsa, me dirigí hacia el altar, el camino es como lo recordaba un sendero de piedras, los árboles gigantes hacie el cielo que brindaban una sombra fresca para este clima de verano.

Al llegar me recibió el gran árbol de ceiba con un fuerte resoplido del viendo, aunque recuerdo que cuando estaba pequeña el árbol se estaba marchitando, mis padres hicieron de todo para revivirlo solo por eso sigue aquí.

Me acerque al altar, prendí un poco de incienso en el copal, deje las ofrendas.

"Gracias espíritus del bosque que cuidan y protegen la naturaleza, la casa y los recuerdos de mis padres"

Desde que murieron vengo cada fin de mes, me encargo que el altar y la casa siempre estén en buenas condiciones, también para disfrutar del ambiente estar en ese lugar me hacía sentir que estaba con ellos.

Estuve ahí un rato hasta que la noche comenzó a acercarse, prepare unas flores, miel y zanahorias.

Salí al patio frente a un árbol que daba directamente a la casa deje las cosas.

Cada fin de mes cuando hay luna llena nos visita un conejo blanco, cuando era pequeña no entendí muy bien porque.

Mi padre decía que era un mensajero de la diosa Ixchel para visitarlos, asegurarse que su amor siguiera intacto porque su historia de amor de ellos era algo inusual en los cielos.

Cuando murieron creí que dejaría de venir pero el se presenta puntualmente cada luna llena.

Saque las ofrendas y me senté a esperarlo, no me di cuenta en qué momento me quedé dormida.

- Xóchitl mírame, no le tengas miedo a los destellos

-Pero papi me siguen a todos lados

-Ellos son espíritus que te protegerán, solo debes guardarles respeto y ellos te respetarán.

La sonrisa que me dio ese día no la olvidaré, fue cuando empecé a verlos, tenía 5 años estaba tan asustada, pero el estuvo conmigo en todo momento, mi padre tetsuro no podía verlo pero podía distinguir ciertos colores de algunos espiritus, papá Hinata decía que era debido a que estamos en constante contacto con la esencia mágica que él tuvo.

-Nunca olvides que ver esos destellos es el mejor regalo que puedo dejarte

"Tap, tap"

Unos sonidos de pasos me alertaron eh hicieron que despierte lentamente, al abrir los ojos por completo pude notar que la luna ya estaba en su punto más alto, la noche era más fría, observe cómo un conejo con el pelaje tan blanco como la nieve apareció, acercándose cautelosamente a las ofrendas.

Alce mi mano acercándola lentamente, cuando me asegure que supiera que no era una amenaza lo acaricia, su pelaje era tan suave, de igual forma olía al rocío de la mañana.

-siempre me visitas, sabes que ellos ya no están ¿Verdad?

Lo mire pero no esperaba una respuesta,la noche era fría ya mero era invierno,este no era el mejor día.

Apenas ayer me pelie con mi mejor amiga porque destruyó un pequeño altar que estaba en la ciudad, se que no fue su intención pero solo procedió a burlase de esas creencias.

Vivo con mi abuela en la ciudad para poder ir a la universidad, ella me escucho llegar triste, dijo que venir me haría sentir mejor, tenía razón.

Nunca le eh contado a nadie mi lado espiritual,al pasar tanto tiempo con papá Hinata empecé a mezclarme con ese ambiente, ahora podía distinguir destellos de energía que el me explicaban que eran espíritus o dioses que conviven al rededor.

El cenote era mi lugar favorito era el lugar con la cantidad más grandes de destellos, había uno en particular gigante de color azul que cada vez que llegaba se quedaba a mi lado.

"Tengo que hacer el ritual de la lluvia igual"

Recordé como mis padres me llevaba para realizarlo al igual que al inicio de las cosechas nos bañabamos ahí para purificarnos.