Salvame

Capítulo 1

Lucas se encontraba en la cocina bebiendo su café mientras observaba como los empleados lucían nerviosos por la llegada de la hija del jefe.

—No puedo creer que esa mujer regrese — Dice con molestia Yuri, una de las empleadas — Les aseguro que nos hará la vida imposible —

—No creo — dice Margaret, una de las cocineras — Puede que haya cambiado y se comporte — Hace una pausa — Ya no es una jovencita y las personas cambian —

— ¡Esa mujer jamás cambiará!— Dice Yuri con molestia. — Se los digo, esa mujer hará de nuestra vida un infierno como lo hizo antes —

—Deben calmarse— Digo levantándome del asiento — Ustedes no pueden hacer nada por su regreso, además el señor Bennett la necesita, es su hija y él ahora está muy enfermo—.

—Lo dices porque tú no la conoces y no sabes lo que esa mujer es capaz de hacer — Dice Yuri — Lo que si debes hacer es prepararte porque a ti es el que va a tener que lidiar con ella y te aseguro que no será fácil —

—Deja de estar metiendo miedo a todos — Murmuro con molestia — Yo me encargaré de ella y les aseguro que no se meterá con ustedes —

—Lucas tiene razón — Dice Roberto entrando a la cocina — Dejen de hablar de la señorita Bennett, que al fin y acabo es su jefe. — Me mira — Ve al despacho que el jefe te espera — Asiento y salgo de la cocina.

Desde que llegué a esta casa he escuchado hablar de la señorita Bennett sobre cómo una niña mimada y caprichosa terminó acabando con la vida de un hombre por sus malas acciones.

Conocí a Sarah, hace unos años. Cuando mi madre vino a trabajar en casa del señor Bennett. Solía ser una niña muy bonita, aunque caprichosa. Su padre siempre la mimó y accedió a sus caprichos. De alguna manera era su forma de retribuir la falta de su madre, ya que había muerto de cáncer. Pero lo que no se dio cuenta que eso iba a terminar dañando a su hija y la convertiría en una chica sin control.

El señor Bennett, cuido de mi madre y de mí. Cuando yo tenía quince, me mandó a una academia militar ya que sabía que mi sueño era convertirme en militar. Siempre me gustaron las armas, el combate, las tácticas de defensa. Estuve unos años en el ejército y fui el mejor de mi equipo. Desee en algún momento seguir, pero la salud de mi madre se había deteriorado y tuve que regresar.

Ahora ella está mejor, vive en una cómoda casa y no le hace falta nada. El señor Bennett me recibió como un hijo y desde hace un año he estado en su lado.

Ahora me ha recomendado una tarea de cuidar de su hija, ser su sombra por así decirlo. El señor Bennett no confía en ella y tiene miedo de que vuelva a fallar. Se siente culpable de la muerte de aquel hombre, si hubiera hecho un pare a su hija, nada de esto hubiera pasado.

Él ama a su hija, pero le duele en lo que se convirtió. Espera que todo sea diferente ahora que está de regreso. Eso espero, no voy a permitir que le haga daño de nuevo a su padre o algunos de sus empleados.

—Buenas tardes, señor Bennett — Saludo entrando al despacho.

—Lucas, cuantas veces te he dicho que me digas Andrew— Sonríe, pero su rostro luce cansado.

—Andrew — Digo y asiente con la cabeza.

—Así está mejor— Dice —¿Estás preparando? — Asiento.

— He combatido en Irak, tu hija no será un problema —

— No te fíes Lucas, no te fíes — Murmura tomando un portarretrato donde está la imagen de su hija cuando era una niña — Es mi hija, la amo pero Dios sabe que no volveré a cometer el mismo error que hace unos años — Dice.

—No lo harás, yo me ocuparé de ella—

— No te fíes en ella, mi hija es inteligente y muy manipuladora — asiento con mi cabeza.

— Estaré encima de ella — Andrew me mira levantando sus cejas.

— Digo, no la dejaré sola — Susurro incómodo.

—Ve a recogerla, su vuelta no demora — Asiento y salgo de su despacho.

Mierda, me sentí incómodo por el comentario.

Subo a la camioneta y les hago a los otros hombres de seguridad que me sigan. Esta chica da tantos problemas que tengo que llevar respaldo.

Observe el aeropuerto y el móvil empieza a sonar. Lo ignoro y entro al parqueadero y vuelve a sonar.

—Diga— Contesto en tono seco.

— Ella está aquí — Susurra Yori — Te lo dije, esa mujer no sigue las reglas...— No la dejo terminar y cuelgo el móvil maldiciendo una y otra vez.

—¡Maldita mujer!— Enciendo el auto y salgo de prisa del estacionamiento.

Si esa mujer piensa que va a pasar por encima de mí está muy equivocada.

Voten y comenten... este capítulo está sin corregir. Gracias



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En el texto hay: romance, drama, salvame

Editado: 21.10.2023

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