Freno y salgo del auto furioso. De una vez hay que dejarle claro a esta niñita quién es el que manda.
— ¿Dónde está?— Es lo primero que digo al entrar a la mansión. Yuri, señala hacia arriba.
—Esta con el Señor y...— De nuevo la ignoro y subo las escaleras de dos en dos hasta llegar a la habitación de Andrew.
Doy unos golpes y escucho un pase. Abro la puerta y encuentro al señor Andrew, sentado en un mueble y su hija sentada en el suelo con su cabeza en el regazo de su padre. Este le acaricia el cabello como una niña pequeña.
—Señor— Mi jefe levanta su rostro y puedo ver sus ojos llenos de lágrimas.
—Pasa Lucas — Susurra mi jefe limpiando las lágrimas de sus ojos —Cariño — Susurra llamando a su hija y ella sigue en su regazo con su rostro escondido —Cariño —Repite y su hija levanta el rostro y empieza a limpiar sus lágrimas sin dejarme ver su rostro —No sé si te recuerdas de Lucas, es hijo de...—
—Dorothea, claro que lo recuerdo — Dice ella con voz ronca sin voltearse — Padre, iré a darme un baño y vuelvo — Sarah se levanta y besa la frente de su padre.
—Andrew — Mi jefe me mira — ¿Le has dicho las reglas?—Digo porque quiero aclarar todo de una vez. No quiero que ella piense que tiene el control de todo.
— ¿Qué vas a ser mi niñera?— Sarah se pone unas gafas oscuras y se voltea dándome la cara —No te preocupes, mi padre ya me dijo todo— Aprieta sus labios y hace una mueca con su boca —Me retiro— Camina por mi lado y sale de la habitación. Andrew tiene la mirada perdida en un punto fijo y decido salir para dejarlo solo.
Voy por el pasillo y la veo llegar a su dormitorio y antes de entrar el tomo del brazo haciéndola voltear.
—Por tu bien, espero que te comportes— Le digo —Si me traes problemas, problemas vas a tener— Las gafas ocultan sus ojos pero ladea un poco su rostro y me da una media sonrisa.
—Y espero que por tu bien no te metas en mis asuntos — Pone sus manos en mi pecho y siento la tensión en sus manos al tratar de empujarme, pero no me muevo —Estás invadiendo mi espacio personal— La suelto y doy un paso hacia atrás.
—No puedes salir sin mí, no puedes perderte de vista en ningún momento, si necesitas algo me lo haces saber, si...—
—Ya. Ya. Ya — Dice ella dándose la vuelta — Como diga su majestad — Hace una pequeña reverencia — Si me disculpas, iré a darme un baño — Se da la vuelta y abre su habitación y se detiene — A no ser que desees acompañarme, así me mantienes vigilada — Aprieto mis manos en forma de puño conteniéndome y la veo entrar y cerrar la puerta.
Esperó unos segundos y sonrió al escuchar un grito de su parte.
— ¿Pero qué está pasando?— Sonríe al verla tan molesta — ¿Qué mierdas es eso?— Dice señalando la otra cama que se encuentra al lado de la de ella.
—Nada, solo que tú y yo vamos a compartir habitación— Digo con una sonrisa en mis labios.
—Yo necesito mi privacidad, no puedes venir e invadir mi cuarto y...—Levanto la mano haciendo un gesto para que se calle.
—Tu padre no quiere que te deje un minuto sola — Digo — Ya no confía en ti, nadie lo hace — Da un paso hacia atrás y baja su rostro — A mí tampoco me parece la gran idea de compartir espacio contigo, pero haré lo que sea para evitar que vuelvas a salir de control, tu padre está enfermo y no soportaría otra impresión más de tus faltas — Digo con rudeza y puedo ver como una lágrima resbala debajo de sus gafas y ella se la limpia antes que caiga de su rostro.
—No soy la misma, no volveré a fallarle a mi padre— Susurra dándose la vuelta y cierra la puerta.
Suspiro y camino unos metros para entrar al que es mi verdadera habitación, que está situada al lado del dormitorio de Sarah. Pero eso ella no lo sabe.
En las noches compartiré habitación con ella durmiendo en otra cama al lado de la cama de ella, pero mi armario y el baño será el de mi cuarto.
Escucho que ella grita y lanza algunas cosas en su habitación. La ignoro y me preparo para domar a esa fiera.
En la tarde, Sarah comparte tiempo con su padre y yo les doy espacio esperando afuera de la habitación. Al salir, se limpia las lágrimas y saca un frasco de su bolsillo y observa como se quita las gafas y se pone algunas gotas en sus ojos. En ese momento me doy cuenta que los tiene rojos, irritados.
— ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?— Preguntó un poco preocupado.
—Necesito que me llames al médico que trata a mi padre y a la enfermera—Hace una pausa —Por favor...—Enarco mi ceja al escuchar y pedir el favor y no exigirlo. — ¿Tú sabes quién es la persona encargada de llevar su historial y todo lo que le ha dado el médico?— Asiento — Necesito tener toda la información y hacerle llegar al despacho de mi padre.
—No soy tu secretaria— Sarah se detiene y se da la vuelta para encararme.
—Sé que no eres mi secretaria, eres mi niñera — Suspira como si se tratara de controlar — Solo te pido el favor, necesito esa información para verificar que mi padre este siendo tratado bien de su salud — Hace una pausa — Vengo a cuidar a mi padre, no a matarlo — Se me queda mirando por un momento y siento que va a decir algo pero se da la vuelta y empieza a bajar las escaleras.
Suspiro y saco mi móvil para llamar al médico. Gabriel y yo hemos sido los encargados por el momento de la salud de mi padrino.
Una hora después el médico llega junto con la enfermera que ha atendido este tiempo a Andrew. El doctor y ella vienen dos veces al día para revisarlo, ella se encarga de estar con el día y la noche, pero como hoy venía Sarah, Andrew le había dado el día libre.
El médico, la enfermera, Gabriel, Sarah y yo estamos en el despacho. Sarah ha estado revisando todas las fórmulas, los exámenes y todo el informe médico de su padre. Hace preguntas y ellos responden. Yo me he quedado a un lado de ella, observando su perfil y estudiando todos sus movimientos. Necesito saber de ella, saber si es sincera o si se trae algo entre manos.