Sálvame

Capitulo 8. Cerca del peligro

Monica 

—Son los seres más despreciables que he conocido — nos grita diana.

Kevin y yo nos miramos y soltamos una carcajada.

—Solo fue un poco de lodo — se excusa Kevin, diana lo mira furiosa.

Hoy cuando salimos de la universidad estaba lloviendo, a medio camino a Kevin se le ocurre hacer una guerra de lodo, diana parece que en cualquier momento explotara de lo roja que esta, sin esperármelo Kevin me aviento una bola de lodo que cae en mi camisa blanca, lo miro con la boca abierta mientras el, muestra una sonrisa de oreja a oreja yo agarro un pedazo de lado y lo empiezo a perseguir, nos paramos en seco frente a un rancho abandonado.

—Miren hay camioneta tipo narcos — habla diana.

Todos intentamos mirar dentro la casa, vengo a un montón de hombres acomodar y meter unas cajas a la casa.

—Son narcos, hay que conquistarlos y así salimos de la pobreza — menciona diana tan seria que da miedo.

—Deja ya de ver esas tontas series turcas — se queja Kevin.

—Idiota, te quejas porque sabes que no hay narcos gais — se cruza de brazos diana.

—No soy gay, además yo para que quiero que me mantengan si puedo ser el del dinero.

—Pueden dejar de pelear, le hace daño al bebe — ambos me voltean a ver confusos — o sea yo.

Los tres soltamos una carcajada que hace que la puerta del rancho abandonado se abra, gritamos, nos quedamos mudos cuando vemos salir a un señor, parece estar en sus veintitantos, castaño y alto muy alto.

—Lo sentimos, señor — se disculpa diana por nosotros.

Nos damos la vuelta en busca de nuestra huida que se ve interrumpida por la carcajada, volteamos a ver al señor.

—¿Señor? ...tan acabado me veo, Dios necesito volver a usar mis cremas regeneradoras — no puedo evitar reír.

Cruzo mirados con aquel señor. Miro a diana que está más roja que un tomate, Kevin me codea levantando las cejas de arriba abajo.

—Díganme Jorge — asiente, jalo a diana que parece que ha salido del plano astral.

Miro por última vez al hombre que nos ve una sonrisa, después que estamos lejos de aquel racho nos paramos.

—Vieron siento que mi tipo ideal — se abanica Kevin, me rio negando.

—Es guapo, pero intimidante.

—Nunca lo había visto por aquí, pero si es un criminal es mejor mantenernos alejados — hablo y ellos se miran asintiendo.

—Yo quiero mi romance mafioso — habla diana.

—La ficción y la realidad están muy lejos de parecerse — recuerdo aquella historia que se rumora por mi pueblo.

Al final la chica murió, ella fue la que perdió, por eso preferiría matarme antes que estar con un criminal.




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