Fernando
Pasado mañana es el gran día, veo al jefe pasearse de un lado a otro, me está empezando a dar dolor de cabeza.
—Entonces Fernando en la azotea, yo recojo la merca, llega usted los mata a ustedes y…
—Habla despacio hombre — lo regaña el jefe.
—Si van a estar así mejor me voy solo — murmuro y ambos me miran mal.
—Estoy de acuerdo con la princesita — habla el tuerto — es una misión arriesgada, debemos estar tranquilos, repasemos el plan una vez más.
***
—Quiero todo perfecto, con Ignacio muerto nuestro imperio se expandirá.
Las ínfulas que se carga este tipo son tremendas, asiento, después de que sus hombres cargaron las armas, nos empezamos a subir a las furgonetas.
—Antes que entres — me detiene el heredero.
Lo volteo a ver con desdén, luce nervioso, no lo culpo es su primera misión peligrosa.
—Sabe…no nos podemos retrasar, aun debemos ver unos detalles cuando estemos haya.
—Tienes razón, disculpa, solo quiero desearte suerte, esto definirá nuestro futuro en el liderazgo — lo dice con optimismo, una sonrisa adorna su rostro.
Mi rostro se mantiene sereno, aun no entiendo el afán de este chico por querer ser cercano a mí, una y mil veces le deje claro mis intenciones, sin embargo, no se da por vencido al querer que yo sea su mano derecha.
—Igual para ti — le digo antes de entrar a la furgoneta.
Llegamos a la media noche, cada uno toma su cuarto correspondiente, mañana debemos madrugar, afortunadamente me toco con pinocho, él se tumba a la cama, me acerco a la ventana, la vista es hermosa.
—No te sientes nervioso — pregunta juan.
—No.
—Qué tal si algo falla, tengo un mal presentimiento.
—Nada va a fallar y si ese llegara a ser el caso, debemos ser fuertes — él se queda callado.
Sabe que la organización fue más dura para mí, vi morir a gente importante, si lloraba me castigaban encerrándome, me dejaban sin comer y beber agua, me quedaba solo con el cadáver de la persona, ser débil en este mundo solo lleva a un camino y es la muerte, me aterra pensar que puede fallar algo.
Soy humano, prefiero morir a ver a alguien más morir, soy fuerte, mas no tengo el poder de impedir imaginar los terribles escenarios, debo ser fuerte por aquellos que confían en mí, no puedo caer. Solo dormí dos horas, me reuní con el jefe para ver los últimos detalles.
—Bien, hoy tendrán el día libre — dic el don.
Cada hombre se va a disfrutar de la playa, me quedo admirando el mar, cuando era niño tuve la ilusión de venir con mi madre, ambos caminaríamos de la mano por toda la orilla, haríamos castillos de arena, entraríamos al agua, disfrutaríamos.
—Puedo ver la melancolía en tus ojos — volteo a ver a Jorge.
No digo nada, solo lo miro con una ceja enarcada.
—Todos tenemos fantasmas que nos persiguen, puedo ver que en ti más que un fantasma es una oscuridad tan grande, llevas un gran peso encima de ti.
Me levanto dispuesto a irme, no quiero escuchar mas estupideces.
—Estar en dos organizaciones debe ser difícil y más si son enemigas.
Me paro en seco, volteo a verlo, corazón está latiendo a mil, él está tranquilo con su cerveza en mano, me dedica una sonrisa.
—No soy de admirar al primer imbécil que va a pedir trabajo.
—¿Cómo? — es lo único que logro articular.
—Ventajas de tener una madre política, tienen influencia hasta con el mas haya.
Maldigo para mis adentros, la primera falla, si continuo así mañana será una carnicería, me dispongo a irme para avisarle al jefe, no me importa si me disparan, me detiene el heredero tomándome del hombro.
—Con Ignacio no serás más que un gato, quédate conmigo, te daré poder — sonrió.
—Ya te lo dije, no soy la sombra de nadie — trata de hablar, pero lo interrumpo — con Ignacio estoy por lealtad y porque él estaría dispuesto a darme mi propia organización, l cosa aquí es que estoy donde quiero estar.
—Tan buen elemento que eras — hace un puchero — le diré a mi padre que no sea tan duro.
—Quieres que le diga yo — me mira enojado — tal parece que el principito no tiene los suficientes huevos como para encargarse por sí mismo.
—En estos momentos no estás en la posición de burlarte — amenaza.
—Piensas que por saber algo mínimo de mí ya me tendrás a tus pies, estas pero si bien pendejo — me le burlo —anda ve y dile a papi que tenía razón, que tu capricho no se podrá cumplir.
Aprieta la mandíbula, aunque no estoy en posición de arriesgarme estoy disfrutando esto.
—Es mejor que huyas, escuche que Ignacio ya se enteró de tu traición y quiere tu cabeza.
Su comentario me toma por sorpresa, tenía entendido que Ignacio haría algo así para no levanta sospecha, pero creí que el imbécil este ya sabría sobre el plan, así que toca arriesgarlo.
—Veremos mañana quien mata a quien, quiero una última petición.
Me mira con los ojos entrecerrados, se cruza de brazos.
—Quiero un cara a cara con Ignacio, tu padre y yo — el frunce el ceño.
—A que te refieres.
—Mañana me delataras frente a ellos, quiero ver quien tiene los huevos de acabar conmigo.
Sonrió satisfecho de su reacción desconcertada me marcho a disfrutar mi último día, es probable que mañana muera por mis pendejadas.
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Editado: 09.11.2024