Fernando
La amiga de Edna moda no está nada mal, podría cogérmela se nota que es de la que acepta un polvo y ya, pero sinceramente no quiero estar con alguien que ya paso por muchas manos, la investigue y su historial es largo, mi otra opción es Mónica se nota que ni su primer beso a dado, aunque también quiero que se enganche a mí, sería un dolor de cabeza.
Salgo de la casa estar encerrado tanto tiempo hace que me enfrasque en pensamientos tontos, me siento en el árbol, que está a lado de mi casa, desde aquí puedo ver la tienda y casa de Mónica, me cruzo de brazos, la veo salir corriendo y un perro detrás de ella, cuando la alcanza ríe y abraza al perro vuelve a repetir la acción.
Un rato más tarde sale su padre de la tienda y la llama ella corre a él con una sonrisa, algo le dice que hace que ambos se rían, un recuerdo vago llega a mi memoria, una hermosa mujer de ojos verdes riendo por una estupidez que dijo el pequeño de ojos color miel. Un maldito nudo se forma en mi garganta.
“En este mundo debemos aprender a controlar la mente o ella terminara jugando con nosotros”
Me levanto y emprendo mi camino, me quedare solo por tres meses y en esos tres meses no quiero quedarme sentado aburriéndome, debo buscar armas prácticamente estoy solo, no sé qué paso con la organización del jefe, mando mensaje a un tipo que distribuye armas.
Está haciendo un calor infernal, cuanto odio junio, siempre hace mucho calor, sobo uno de mis hombros estoy tenso el tipo de las armas no me lo puse fácil, no tengo con que pagar, debo conseguir un empleo o ser la perra mandadera de un gato que distribuye armas.
Me detengo bajo la sombra de un sauce, sus hojas cayendo como cortinas son lo más llamativo de estos árboles, me siento en el tronco del árbol he caminado demasiado, a lo lejos puedo distinguir una silueta para ser exactos la de Edna moda, sonrío, recuerdo que hicimos una apuesta.
—No sabía que Edna moda era enfermera — la molesto cuando está más cerca.
Me mira con el ceño fruncido, le sonríe, relaja su cara intentando disimular quien sabe que, parece un jitomate cada que la veo.
—Eres un imbécil — habla y me rio.
—Eso es una declaración de amor.
Enarco una ceja y ella frunce el ceño.
—Te acabo de insultar.
—Todas las mujeres que me rodean me alaban y tú me insultas — suspiro — debo tomarlo como una muestra de amor verdadero.
—¡No! — se acerca — Porque querría estar con un pu…
—Un ¿Pu?
—No digo groserías.
—Es que eres todo lo que busco.
Me levanto ella alza la cara para poder verme mejor, podría robarle un beso en este instante, pero temo que sería lo último que haga.
—¿Disculpa?
—No dices groserías, te pareces a mi personaje favorito, me demuestras amor a tu manera y es una manera única.
Me inclino acercándome mas a su cara, puedo sentir su respiración descontrolada, por lo roja que esta puedo asegurar que en cualquier momento le dará un paro cardiaco, ella sonríe acercando su boca a la mía, quedando casi en centímetro.
—Eres como cualquier imbécil que he conocido — susurra — así que tú no eres lo que busco.
Me empuja añejándose de mí, rio para mis adentros.
—Que quede claro que solo soy amable por mi padre no porque me agrades.
Se va caminando como si hubiera ganado el premio nobel, asiento, tomo mi mochila y me marcho a casa.
Mónica 1
Fernando 0
Debo admitir que sabe jugar, pero hasta el mejor jugador cae y lo digo por experiencia. Se llega la noche, estoy preparando de cenar, alguien toca la puerta me encamino y la abro, me encuentro con una castaña mirándome cual gata en celo.
—Cenar solo no debe ser lindo.
Habla de manera seductora, veo sus grandes tetas apretándose en ese corset, su mini falda a nada de revelar su trasero, enarco una ceja, debo admitir que alma ha sido la única mujer en mi vida, no necesito de un culo para sobrevivir, lo de Mónica es meramente un juego, pensé en tirarme a esta tipa sin embargo no me atrae.
—Prefiero comer solo — menciono y ella ríe.
—Déjame entrar seguro hay cosas más interesantes que hacer — se muerde el labio.
—Sí, debo limpiar 5 ratas muertas que están en la planta de arriba, debo reparar la ventana que rompí, debo lavar las sabanas y trapear, lavar los baños — sonrió, me cruzo de brazos — dime que quieres hacer primero.
—No me refería a eso — habla entre dientes.
—Diana me gusta tu amiga, así que búscate alguien más que satisface tus necesidades.
—¿Esa mojigata?
Enarco una ceja, bien ahora entiendo la frase de “Los amigos son enemigos que aún no han atacado”
—Pues esa mojigata parece tener más decencia que tú.
Es lo último que digo antes de cerrarle la puerta en la cara, Dios me libre de tener amistades así, prosigo en mi Tarea de la cena, cuando la termino me siento a cenar, mañana mismo debo conseguir trabajo, el tiempo se me agota y siento que no estoy haciendo nada aquí, aunque mis heridas ya están casi curadas.
***
Nota de la autora: Esa tension que se traen esos dos, hay de dos o se agarra a wuamazos o a besos. Nos vemos en el proximo cap, cuidense :)
Instagram: tavy_cr
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Editado: 09.11.2024