Mónica
Kevin me pasa otra servilleta cuando escucha que sorbo la nariz, volteo los ojos cuando su mirada se torna lastimera, vuelvo a recostarme sobre mi almohada que ya está mojada por mis lágrimas y manchada por el maquillaje.
—Quiero estar sola, kev — le vuelvo a decir a mi amigo.
—Pequeña no te puedo dejar así, estaría tranquilo si tu padre supiera.
—Me da vergüenza decirle a mi pa que me dejaron plantada, aun peor que él estaba súper emocionado, estoy bien.
Me levanto a tirar los papeles al baño, me veo al espejo y las lágrimas vuelven a brotar de mis ojos.
—Este vestido esta precioso y yo lo estoy desperdiciando aquí en mi cuarto llorando por alguien que no me ha llamado.
—Tengo una idea y si salimos nosotros, podemos ir al antro.
Dudo un momento, igual no quiero seguir aquí llorando por un infeliz, le pido a kev unos minutos más para volver a maquillarme, salimos, esta vez me pongo una chaqueta de cuero que luce mi hermoso vestido blanco. Llegamos al antro y una canción electrónica se escucha al fondo, kev me mira y asiente, esta noche no importa hacer el ridículo.
Entre shots, bailes se pasa la noche, diana llega y nos saluda ya estoy bastante tomada como para dar la vuelta e irme, hablan de no sé qué y después ambas nos vamos a la pista de baile donde bailamos una canción movida electrónica, el sudor recorre mi frente, diana se acerca a mi quitándome la chaqueta.
—Vamos por un caballito — grita por encima de la música, asiento y la sigo.
Mientras pedimos nuestros caballitos llegan unos chicos, declino la idea de rechazarlo, pero hoy quiero olvidar a cierto imbécil, me voy con uno de ellos, marco creo que se llamaba, esperamos a que pongan una canción ya que la mitad pide perreos y la otra mitad quiere electrónica, se empieza a escuchar una canción pegajosa “Gentleman” bailo como si fuera una experta.
Marco toma mi cintura, volteo a verlo con el ceño fruncido antes de que pueda decir algo pega su boca contra la mía, al principio me resisto después me dejo llevar, me pega más a él, lo rodeo con mis brazos su nuca, cuando está bajando su mano a mi muslo me es arrebatado bruscamente.
Agitada y aturdida veo a marco en el suelo y a ¿Fernando? Abro los ojos cuando veo que lo está golpeando, a mi lado llega kev para separar a Fernando, se lo intenta llevar para afuera y yo intento ir con marco, pero Fernando me toma del brazo llevándome con él.
—Qué demonios te pasa — le reclamo alejándome de él.
—El idiota te estaba besando.
—Creí que te estaba haciendo cosquillas — habla kev ganándose una mirada retadora de Fernando.
—Quiero hablar con ella — kev enarca una ceja.
—Perdiste tu oportunidad.
Fernando suelta una carcajada, me mira, me cruzo de brazos dándole a entender que perdió su oportunidad, niega riendo, le suelta un puñetazo a kev, me jala del brazo poniéndome en su hombro, quiero luchar, pero tomar tanto me puso débil, me subo a su coche, a través de la ventana veo a kev levantándose.
—No quiero hablar contigo — murmuro.
—Necesito que me escuches.
—No.
—Mónica.
—Fernando.
Para el coche en un lugar desierto, todas mis alertas se disparan, veo a Fernando asustado y este se lleva las manos a la cara.
—Lo lamento, no te quise dejar plantada, pero ocurrió algo urgente y tuve que ir.
—Pudiste avisarme — la voz se me corta.
—Era algo importante, no tenía cabeza para estar avisando.
No digo nada, una punzada atraviesa mi corazón y una frese. cruza mi cabeza “yo no era importante para el” miro la ventana del auto y sonrió al ver mi rostro patético, pero que ilusa al pensar que le importaba.
—Espero y lo hayas resuelto.
Sin más salgo del cuarto, me tambaleo, pero puedo llegar a mi casa, busco mi teléfono, paro en seco cuando noto que ni la chaqueta traigo, estoy perdida y ni cómo comunicarle a mi padre, miro a los lados, bien vi camino hacia el terror y nadie salió vivo, empiezo a entrar en pánico o eso era hasta que una mano sobre mi cintura me sobresalta, miro a Fernando.
—¿Viste un fantasma? — pregunta y niego.
Quito la mano y sigo mi camino.
—Mónica ven al auto estas ebria.
—¿Te preocupa? Porque creí que no era importante para ti, tal vez en el camino encuentre a alguien a quien si le importe.
Frunce el ceño, niego dándome la vuelta, de nuevo me detengo mirándolo de nuevo notando que ya está más cerca de mí.
—Voy por marco a él si le importo — sonrió viendo cómo se molesta.
Sigo caminando hasta que me vuelve a cargar en su hombro, intento bajarme, pero me da una nalgada.
—Oye me no me puedes dar nalgadas, son prohibidas.
—¿Prohibidas?
—No cualquiera me puede tocar.
Se ríe, mi estómago se siente raro cuando escucho su risa, es linda. Me baja cuando ya estamos en el auto, le doy la espalda para abrir la puerta, pero él me aprisiona contra la puerta, sus dos manos toman mi cintura y bajan poco a poco a mis piernas.
—Tengo prohibido tocarte — murmura — eso me pone triste.
Mete su cabeza en mi cuello, su respiración causa que mi piel se erice.
—F-Fernando — mis nervios salen a flote.
—Déjame recompensarte por dejarte plantada.
Vuelve a murmurar esta vez depositando un beso en mi cuello, mi estómago se siente raro cuando siento un bulto, como puedo me doy la vuelta quitando las manos de Fernando sobre mis piernas, el me mira entre excitado y confundido, tomo su rostro entre mis manos.
—Si de verdad estas arrepentido demuéstramelo y no me vengas a dar unas cuantas caricias.
Me doy el atrevimiento de besarlo, luego lo empujo adentrándome al auto rápido, después de unos minutos entra y me mira con una sonrisa, le sonrió tal cual niña traviesa, cuando llegamos a mi casa él me toma de la mano antes de que me baje del auto.
—Vendré a buscarte en cuanto pueda, no sé cuántos días estaré fuera del pueblo.
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Editado: 09.11.2024