Fernando
—Eres muy astuto — me habla el jefe — siempre creí en ti.
Hace un mes más o menos descubrí que el jefe estaba vivo y estaba ocultado en el club para saber si yo sabría tomar el mando.
—Quiero ver las caras cuando des el golpe — una carcajada sale de su garganta.
Desde que volví, hace como dos horas, el jefe no ha parado de parlotear, el tuerto de dar informes y alma no para de mirarme, sinceramente la he estado evitando.
—Debo irme, aún faltan cosas por preparar.
Sin más me pongo de mi pie y me marcho, salgo a la parte trasera del rancho donde están las furgonetas, miro a los hombres que se preparan, son las cinco de la mañana, les ayudo a subir las armas y a terminar todo. Pasan alrededor de tres horas en las que el sol ya reluce sus rayos, me quito la camisa, aún falta empacar la merca en los camiones que no tardan en llegar. Hago círculos con el cuello, estamos atrasados.
—Realmente no sé si estoy trabajando con nenitas para que estén tan lentos — hablo llamando la atención de todos — para ya necesito todo listo.
—Estoy tan orgulloso — llega el jefe con dos mujeres a lado — mi princesa se está convirtiendo en reina.
Ruedo los ojos y paso por su lado, me voy a recibir los camiones, en el camino me topo con alma quien no se contiene más y me toma del brazo.
—Me evitas porque aun sigues enojado o por la zorra que abandonaste.
Mi mandíbula se tensa, disimulo cuando la tomo de la mandíbula y la acerco a mí.
—Quien te crees para tocarme, como te darás cuenta las cosas han cambiado y en mi mandato ya no abra perdones.
—Sé que no me mataras, me amas.
Sonríe, en mi distracción se abalanza a mí, la tomo de la nuca para profundizar, una de mis manos baja a su trasero que aprieto con ganas, me pongo duro, la separo bruscamente de mi cuando el rostro sonriente de Edna moda me invade, mi respiración esta agitada, me paso las manos por el cabello, miro a alma quien tiene los labios hinchados y la respiración un desastre.
—Aun tienes un poco de tiempo, podemos ir a desquitarnos a la cama.
Esa sonrisa seductora aparece en su rostro, por mi parte me largo antes que cometa una locura, me voy a recibir los camiones, alma viene detrás de mí. El sol se está ocultando, miro a mis soldados formados, los camiones listos para salir, miro a mi derecha donde el jefe me mira con orgullo.
—Hoy invadiremos territorios, a los García los quiero fuera de aquí, a los Castro les quitaremos tierras y zonas de aterrizaje, si se ponen al brinco los matan, a los Martínez los unimos a nosotros y quien no quiera lo matan, a los demás les quitan tierras y merca — todos asienten.
Cada soldado se sube a la furgoneta que le pertenece, la merca se divide, los camiones amarillos se van para el norte, los verdes para el noroeste, los rojos para el sur y los blancos se quedan en el centro de la ciudad. Por mi parte me subo a mi auto no sin antes despedirme del jefe.
—Ha sido un placer trabajar con los Montero.
—Sera un placer aliarme con el nuevo clan Castañeda — me ofrece su mano, la tomo — será un gran honor pelear con mi mejor soldado.
Me despido del tuerto y del jefe, alma se va conmigo, será mi mano derecha, ambos nos adentramos a la ciudad donde nos esperan los socios, me quedo tranquilo saber que Jorge está muy ocupado buscándome, la guerra con ellos será el postre ahora mismo me enfoco en fortalecer mi castillo.
Estaciono el auto en la mansión color marfil, me voy directo a mi habitación, me desvisto, a través del espejo veo a alma en el marco de la puerta, me examina de pies a cabeza.
—Busca a alguien más que te de placer niña.
Me mira con intensidad, sé que eso no hará que se vaya, se acerca peligrosamente, me voy para el baño, dejo caer el chorro de agua mientras alma me abraza por detrás.
—Así que la zorra esa me ha quitado el puesto, pero no te preocupes mi amor, tu y yo estamos en el mismo mundo y ella…ella vive en un mundo normal, eres inteligente sabes que si ella entra a este mundo la destruyes.
Mi mandíbula se tensa, tiene razón, ya no pertenezco al mundo de Mónica, hoy más que nunca me he vuelto un peligro para ella, me volteo y estampo a alma contra la pared devorando su boca, aunque quisiera devorar otra, una más inocente que me deja mandar, mi mente me grita que me aleje y vaya por Mónica, la puedo proteger, mi lado razonable me dice que alma es mi aliado más leal y alguien quien no necesito proteger, me dejo llevar...en el horario acordado voy llegando al restaurante donde me reuniré con los rusos.
Me veo en el espejo, mi primera vez usando traje, mi yo del pasado se pondría feliz de cumplir uno de mis sueños de usar traje, pero también estaría decepcionado por el camino donde estoy, alma llega a mi lado con un vestido rojo que se amolda a su cuerpo, toma mi mano y juntos caminamos a nuestro nuevo destino.
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Editado: 09.11.2024