Kaleb

Me recosté sin poder quitar de mi mente la imagen del cuerpo desnudo de Jane. Me sentí como un violador al desnudarla con la excusa de ponerla cómoda. No sé porque le preocupan tanto las cicatrices, en realidad no eran gran cosa una estaba bajo su costilla derecha atravesando levemente su esternón y la otra recorría el costado se su cintura pero en realidad no se notaban tanto. Pero su cuerpo era delicioso, realmente hermoso, sus pechos llenos, su cintura pequeña, la curva de su cadera redonda y sus piernas, por dios sus piernas eran preciosas, lo único que cortaba su piel de porcelana eran las marcas de la aguja dentro de sus muslos. Pequeños pinchazos y algunos leves morados pero igualmente se veía preciosa.

Me dormí y soñé otra vez con Jane. Yo teniéndola contra la pared, profundamente enterrado en ella y sus hermosas piernas enredadas en mi cintura. No sabía que quería sacar de este viaje a Paris, pero definitivamente quería tenerla conmigo.