«Danielle…»
«¡NO ME TOQUES!»
«No recuerdo qué pasó esa noche…»
«¡TÚ ABUSASTE DE MÍ!»
«Escúchame…»
«¡ERES UN VIOLADOR! ¡UN MALDITO VIOLADOR!»
«Dame la oportunidad…»
«LO ÚNICO QUE SIENTO POR TI ES ODIO…»
«No te vayas…»
«ME REPUGNA TENERTE CERCA…»
«Por favor…»
«CADA VEZ QUE TE VEO ME CAUSAS NÁUSEAS…»
«Perdóname…»
«¡ME DAS ASCO! ¡TANTO ASCO!»
«Danielle…»
«Danielle…»
«Danielle…»
«Danielle…»
«ARTEMIS FREEMAN FUE UNA VÍCTIMA MÁS…»
Las voces del pasado me golpearon con furia, retumbando en mi mente sin piedad. Mi cuerpo se desplomó, tembloroso. El aire se volvió tan denso que respirar parecía una tarea imposible.
—Danie… —la voz de Darren me alcanzó mientras me sostenía, abanicando mi rostro desesperadamente.
—Señorita… —escuché a lo lejos.
—Tranquilízate… Danie, por favor… —insistía Darren con urgencia—. ¡Llame a una ambulancia, por favor!
No sé cómo describir lo que sentía en ese momento. Solo sé que pensé que iba a morir.
—La ambulancia está en camino… —comunicó esa mujer.
—Resiste, todo va a estar bien…
—¿Q-quién fue? —logré murmurar.
—¿Quién te ordenó drogar las bebidas? —preguntó Darren, con un tono lleno de rabia contenida.
—Diré el nombre… a cambio de dinero —respondió la mujer débilmente.
—¿Cuánto quieres? —cuestionó Darren.
—Necesito…
Antes de que pudiera terminar, una serie de detonaciones retumbaron. Darren me arrastró rápidamente, intentando cubrirme, pero una bala me alcanzó en el muslo izquierdo. El dolor al sentir el plomo atravesar mi piel fue lo último que recordé de aquel momento mortal.
[***]
—Danielle… —me giré al escuchar esa voz.
—Lo siento…
—Desconocíamos la verdad… —dijo antes de desaparecer con una leve sonrisa.
Abrí los ojos de golpe, y la primera persona que vi fue a Darren, quien, sin dudarlo, me envolvió en un fuerte abrazo. Sentí su desesperación, su preocupación… y su alivio.
—Por un momento temí lo peor —dijo, sosteniendo mi rostro entre sus manos—. Tuve tanto miedo de perderte.
—Estoy bien… —mentí.
—Tus ojos dicen lo contrario.
Desvié la mirada, inhalando profundamente, tratando de reprimir las emociones que amenazaban con desbordarse.
—Esa mujer… ¿te dijo quién ordenó alterar las bebidas? —pregunté, con la frustración filtrándose en mi voz.
—No —respondió Darren, con un tono de decepción.
—¿Dónde está? Necesito hablar con ella.
—Danie… ¿no recuerdas lo que pasó antes de perder el conocimiento? —me cuestionó, y de pronto, los recuerdos inundaron mi mente como una ola implacable.
—Debe ser una broma… —intenté levantarme, pero un dolor agudo en mi pierna me obligó a detenerme.
—Estás herida… —me recordó.
Solté un grito de frustración.
—Danie, estamos en el hospital.
Lo miré directamente a los ojos.
—¿Qué voy a hacer ahora? Si esa mujer muere, nunca sabré quién lo ordenó… No podré vivir sin saberlo.
—Cálmate, por favor… —dijo mientras sostenía mis manos, intentando evitar que me alterara más.
—¡¿Cómo quieres que me calme?! Hice de la vida de ese hombre un infierno —mi voz se quebró—. Lo traté peor que a un criminal, y ahora resulta que, al igual que yo, fue víctima de alguien sin escrúpulos. ¡Necesito justicia!
—La obtendremos —me aseguró, envolviéndome en otro abrazo—. Te prometo que encontraré a la persona que te hizo tanto daño, y pagará por cada lágrima que derramaste.
—¿Y quién hará justicia por él? —sollocé—. ¿Quién me hará pagar por todo el daño que le causé a Artemis y a Noelle? ¡¿Quién?!
—Danielle… ¡mírame! —me obligó a enfrentar su mirada—. No te atrevas a culparte otra vez. No te atrevas a ser tu propio verdugo. ¡Te prohíbo cargar con esa responsabilidad que no te corresponde! ¡Tú fuiste una víctima!
—¡Una víctima que también juzgó, castigó y se vengó sin piedad! —grité entre lágrimas—. Soy culpable de haber destruido la vida, la mente y el alma de las dos personas que solo querían mi amor. —El llanto se hizo eco en la habitación—. Merezco este dolor y más. Merezco sufrir hasta el último día de mi vida…