Sana las heridas de mi corazón-Sanemi Shinazugawa x lectora

Capítulo 10

 

  • Sa… Sanemi Cálmate…- le susurraste a tu futuro esposo mientras caminaban lentamente hacia el templo.

El ex cazador de demonios estaba tan rígido que no entendías como movía las piernas, sus movimientos bruscos y sus gotas de sudoración demostraban claramente su nerviosismo ante la boda. Aunque se la pasó diciendo que no le importaba esa molesta ceremonia, sabias por tu hermano que había estado practicando todos los pasos, con Josh, mientras decían que se iban a  entrenar.

  • ¡Es…estoy calmado!- te respondió el peliblanco, aunque claramente no era verdad, siempre se guardaba todo para sí, no decía lo que sentía en realidad, pero en este escaso tiempo lograste descifrar su comportamiento. Solo te limitaste a acaricia con suavidad su mano para transmitirle tranquilidad.
  • Yo también estoy nerviosa,- reconociste- pero estoy segura que todo estará bien, después de todo… estamos juntos en esto.- El peliblanco al oírte decir eso coloco su mano sobre la tuya y la acaricio suavemente, regalándote la primer sonrisa de todo el día. “Es hermoso cuando sonríe”, pensaste.

Caminaban despacio, debido a tu pesado atuendo que consistía en un kimono ajustado de color blanco sujeto con un obi de igual color, en tu mano llevabas un abanico rosado y tu cabello estaba recogido con pequeñas flores decorándolo, mientras que Sanemi llevaba un hakama azul y en la parte superior llevaba un dibujo de un molino que representaba su atributo del viento, llevaba el cabello corto pero no se hizo ningún peinado en particular, de igual manera se veía muy apuesto así como estaba.

Al llegar al tempo todos sus amigos estaban esperando, había mucha gente que había venido de lejos, eran conocidos de Sanemi de los cazadores de demonios. Sanemi se tomó el trabajo de presentarte a todos y cada uno de ellos, inesperadamente para ti él era muy admirado y respetado por todo el cuerpo de cazadores, pensabas que su carácter irascible lo alejaba de la gente pero notaste que muchos los trataban con afecto, sobretodo unos hermanitos un poco más jóvenes que tú que no paraban de sonreír. Te daban mucha ternura y te recordaban a ti y tu hermano así que no pudiste no encariñarte con ellos. Pronto te presento a un joven niño que resulto ser Ubuyashiki Kiriya sama, el patrón de Sanemi, el ex Pilar del viento se inclinó respetuosamente ante ese niño, cosa que no había hecho con nadie más, se ve que lo respeta mucho, así que hiciste lo mismo que él. El niño sonrió amablemente y, no sabías porque, te genero mucha paz y tranquilidad. Luego de que Sanemi le agradeciera su presencia en la boda, el joven patrón te miro y te dijo.

  • _______ san,- lo miraste a los ojos y agrego con voz seria,- Te encargo que cuides bien de Shinazugawa Sanemi, él ha sido una pieza fundamental para salvar al mundo de la amenaza de los demonios y yo le estoy profundamente agradecido…
  • Ubuyashiki sama no… no diga eso…- dijo Sanemi… ¿avergonzado? El joven de cabello negro sonrió amablemente.
  • Mi familia estará en deuda toda la vida contigo y todos los del cuerpo de cazadores, si necesita algo, lo que sea, cuenten conmigo sin dudarlo.
  • Muchas gracias Ubuyashiki sama.- respondiste con seguridad,- así lo hare.

Cuando finalmente acabaron las presentaciones se encaminaron hacia el interior del templo donde un sacerdote prescindiría la ceremonia.

Allí ofrecieron sus votos y prometieron hacerse felices el uno al otro, luego el sacerdote pidió la bendición al dios del templo y culminaron bebiendo el sake que les fue ofrecido mientras todos los demás desde atrás observaban. A pesar de su nerviosismo el joven de las cicatrices realizo correctamente todos los pasos al igual que tú y cuando la ceremonia acabo lo oíste suspirar aliviado.

Cuando salieron del templo todos les gritaron ¡Banzai! Y les arrojaron arroz para que tengan una vida llena de abundancia. Mientras se cubrían para que el arroz no entrara en sus ojos pudiste ver a Sanemi sonreír nuevamente, estaba feliz, su ceño fruncido y su mirada triste ya eran cosa del pasado, te gustaba ese nuevo Sanemi que estaba a tu lado. Rogabas al cielo que, por mas poco que sea el tiempo que estén juntos, puedas hacerlo sonreír así todos los días que le queden.

Cuando todo acabo la gente se fue acercando uno a uno a felicitarlos y les dejaban un pequeño presente. El primero en hacerlo fue tu hermanito quien, olvidándose de las formalidades, los abrazo con fuerza a ambos y les dijo casi al oído que su regalo era irse por unos cuantos días a la casa de uno de sus amigos, así podrían tener su “luna de miel” y darle muchos sobrinos cuando vuelva. Como por arte de magia ambos se ruborizaron. El albino golpeo en la cabeza al mocoso diciendo que era muy pequeño para hablar de esas cosas y tú te limitaste a cubrirte l cara con el abanico mientras, internamente, agradecías a tu hermanito.

Cuando todo ya acabo y la gente se marchaba tú y tu ahora esposo volvieron a tu casa, la que ahora sería su nuevo hogar. Sanemi decidió dejar atrás el pasado, vendió su casa que tantos recuerdos dolorosos le traían y a cambio recibió el dinero necesario para hacer la boda.

Luego de que se pusieran más cómodos comenzaron a abrir los regalos que les habían dado, algunos eran humildes y otros muy llamativos, pero el que más llamo la atención de ustedes fue una pequeña caja de madera que les había dado Kiriya Ubuyashiki, al abrirla casi te desmayas al ver que había: Dinero. ¡Tanta cantidad como para vivir cómodamente por el resto de sus vidas! Luego de meditarlo mucho decidieron tomar un poco y guardar el resto, comprarían cosas necesarias para su hogar pero el resto permanecería como un respaldo, así, el Pilar del viento estaría tranquilo de que, al momento de partir, su familia de seguro no pasaría necesidades.

Era doloroso pensar en el momento en el que tu amado ya no este, aunque él siempre lo tenga presente tu tratabas de negarlo, olvidarlo, ocultarlo como quien barre bajo la alfombra.




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