¿Alguna vez os han contado la historia de la luna roja?, la historia de amor, la de Marte y Luna.
"Luna y Marte decidieron no esconder más su amor y hacer un pacto de fuego y sangre. Decidieron desafiar a Zeus y acabar con el poder establecido que les oprimía, empezando por ellos. Y entonces Marte se fue a ella, y Luna se acercó a él, formando juntos una luna roja de amor rebelde."
Hasta ahí, todos nos la sabemos, pero… ¿Qué hay de la parte de los lobos y las brujas?
Atlas no era ningún lobo, pero Eirene sí que era una bruja.
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—¡Recuerda, niño, las posibilidades nunca están a nuestro favor! —gritó la chica albina mientras corría tras una pelinegra.
Atlas miró a Eirene alejarse de él, no pudo detenerla y no sabía si la volvería a ver otra vez. Pero no podía sacarse de la cabeza la imagen de Eirene, sus ojos de un gris tan claro que casi era blanco, su pelo despeinado, ondulado y blanco, sus mejillas con un leve color rojo y sus labios rojos que tanto resaltaban en su pálida piel.
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Eirene seguía a su hermana gemela, no sabía a dónde se dirigía, pero confiaba en ella, su respiración agitada y sus pasos rápidos y torpes no le impedían pensar en aquel chico de pelo castaño oscuro, ojos de colores distintos y pequeñas pecas salpicadas por su piel tostada.