Kaksuki dormía profundamente en la enfermería. Pero su cuerpo sudaba frío, y su respiración se aceleraba.
Estaba atrapado en un sueño...
o algo más profundo que eso.
Frente a él, un océano negro se extendía hasta donde la vista no alcanzaba. En el cielo no había estrellas, solo una silueta gigantesca que se movía entre las nubes con forma de garras y alas rotas.
Una voz rugió dentro de su mente:
—Portador del Gen... ha llegado el momento de tu primer juicio.
Kaksuki giró en círculos, buscando la fuente. Pero la voz no venía de un lugar. Venía de dentro.
—¿Quién eres?
—Soy el eco del primer rugido... el origen de la sangre que arde en ti.
Soy el Kaiju Primordial.
Y tú… mi heredero.
Del vacío surgió una figura flotando frente a él.
Era un arma.
🔺 Una guadaña de triple filo, roja como la sangre del universo, unida a una cadena dorada que vibraba con energía.
Flotaba con majestuosidad, pero al mismo tiempo parecía estar viva. Respiraba.
—¿Qué es esto? —preguntó Kaksuki, sin atreverse a tocarla.
—Es una de las Armas Celestiales Kaiju.
Un regalo… y una maldición.
La guadaña giró lentamente, y una luz descendió desde el cielo, marcando la muñeca derecha de Kaksuki con un símbolo:
🔥 Tres garras entrelazadas formando un círculo.
—Solo tú puedes blandirla. Si otro la toca… morirá al instante.
Y aún no has despertado todo su poder. Cuando llegue el momento… te entregaré la segunda.
—¿Por qué a mí?
—Porque solo un humano con sangre de monstruo puede matar a los verdaderos demonios del mundo.
La guadaña se lanzó hacia él y lo atravesó como un rayo de luz.
No hubo dolor. Solo calor.
Y luego, oscuridad.
Kaksuki se despertó jadeando.
La habitación estaba en silencio.
Pero al mirar su muñeca derecha... el tatuaje ardía con un brillo tenue.
—¿Fue un sueño… o una advertencia?
Se sentó, respirando profundo. No entendía del todo lo que acababa de pasar.
Pero cuando abrió su mano, la sintió:
la cadena de la guadaña estaba ahí, invisible, conectada a su alma.
Y aunque aún no sabía usarla, algo en su interior susurraba:
“Muy pronto… la necesitarás.”