El Génesis del Nuevo Orden
Hace más de quinientos años, el mundo se encontraba al borde del colapso total. Las guerras entre naciones, impulsadas por el deseo insaciable de poder, recursos y dominio, habían arrasado continentes enteros. Millones de vidas fueron sacrificadas en el altar de la ambición y la supremacía política. La humanidad, desgarrada por sus propios líderes, se tambaleaba al filo de la extinción. Las armas biológicas y nucleares habían convertido ciudades en cementerios de cenizas, y las fronteras dejaron de existir en medio del caos.
Los gobiernos que alguna vez habían proclamado la paz y la democracia fueron consumidos por la desesperación. No existía economía, solo saqueo. No existía sociedad, solo tribus de sobrevivientes luchando por las sobras de un mundo moribundo. En este panorama desolador, los últimos líderes de las antiguas superpotencias decidieron reunirse en lo que quedaba de la ciudad flotante de Nova Genova, el último refugio de la civilización.
Allí, en una mesa redonda, se sentaron aquellos que aún conservaban el poder: presidentes, primeros ministros, monarcas y dictadores. El aire estaba cargado de tensión. Cada uno de ellos sabía que era la última oportunidad de salvar a la humanidad de sí misma. No se trataba de ideologías ni de naciones; se trataba de supervivencia.
Fue entonces cuando emergió la propuesta que cambiaría el destino del mundo. Un solo gobierno. Un solo líder. Un nuevo orden.
El Nacimiento del Presidente Supremo
Los debates fueron feroces. La idea de eliminar las soberanías individuales y someterse a un gobierno unificado era impensable para muchos. Sin embargo, la alternativa era la aniquilación total. Se necesitaba un símbolo de poder absoluto, alguien que gobernara con puño de hierro y que asegurara que el mundo jamás volviera a caer en la autodestrucción.
Así nació la figura del Presidente Supremo, un gobernante que no respondería a ninguna nación, sino a la humanidad en su conjunto. Para evitar la corrupción y la decadencia, se estableció que cada Presidente Supremo solo gobernaría por un ciclo de 100 años, después del cual se elegiría un sucesor.
Pero, ¿cómo elegir al próximo líder en un mundo donde la política y la democracia habían fracasado? Fue entonces cuando surgió la idea más radical de todas: La Prueba Mortal.
El Origen de La Prueba Mortal
Los líderes comprendieron que el único modo de mantener el control sobre la humanidad era infundir miedo y reverencia en cada ciudadano desde una edad temprana. Así nació la Prueba Mortal: un evento diseñado para seleccionar a los individuos más fuertes, inteligentes y leales al nuevo orden. No se trataría solo de un espectáculo de supervivencia, sino de una forma de control poblacional y de eliminación de los elementos rebeldes antes de que se convirtieran en amenazas.
Cada generación enviaría a sus jóvenes más prometedores a la Prueba Mortal, enfrentándolos a laberintos letales, bestias modificadas genéticamente y desafíos psicológicos que pondrían a prueba su voluntad. Solo los más aptos sobrevivirían, y de entre ellos surgirían los futuros líderes, soldados y guardianes del sistema.
El mundo fue reorganizado en Demarcaciones, cada una con su propia especialización en la reconstrucción de la sociedad. Se erradicaron los nombres de los países antiguos y, en su lugar, surgieron ciudades-estado regidas por una estructura jerárquica implacable. El dominio, la más poderosa de todas, se convirtió en el corazón del nuevo mundo, hogar de:
Los Cónclave de Campeones: Un grupo selecto de antiguos ganadores de La Prueba Mortal. Son la guardia élite del presidente y, en ocasiones, sus consejeros.
Los Altos Arquitectos: Científicos e ingenieros encargados de diseñar los laberintos, bestias y trampas de La Prueba Mortal. También crean la tecnología avanzada utilizada en el Dominio.
Los Observadores: Funcionarios encargados de supervisar La Prueba Mortal, monitorear a los tributos y asegurarse de que el espectáculo sea inolvidable.
Los Invitados de Honor: Los más ricos e influyentes del mundo, que asisten cada año a ver la prueba en directo y hacen apuestas sobre los tributos.
El Presidente Supremo: La autoridad máxima. Su poder es absoluto, y su gobierno está basado en el orden, el entretenimiento de las masas y la supervivencia del más apto.
El Legado de Sangre y Poder
Durante siglos, la Prueba Mortal ha sido el pilar del orden mundial. Los ciudadanos la temen y la veneran. La idea de rebelión es inconcebible, pues el control es absoluto. Aquel que es seleccionado para competir en la Prueba Mortal no solo enfrenta la muerte, sino que también se convierte en un símbolo del poder inquebrantable del gobierno.
Ahora, en el quincentenario del Nuevo Orden, el dominio se prepara para celebrar la mayor Prueba Mortal de la historia. Los ciudadanos observan con incertidumbre, los líderes conspiran en las sombras y el futuro del mundo vuelve a pender de un hilo.
Porque en este nuevo mundo, solo una verdad se mantiene constante:
El fuerte sobrevive. El débil es olvidado. Y el Presidente Supremo reina sobre todos.
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Editado: 25.04.2025