sangre de un Phoenix

Prologo

                                                                                                                                                   Toronto Canada                                                                                                                                                     15:12 pm 

 

Mi cuerpo de detiene, pero a la vez tiembla. Estamos en una carretera que se encuentra afuera de la cuidad de toronto.  Felix enarca las cejas viendo el mapa, que tiene en sus manos. Y Ryan toma agua de su botella.

—esto no tiene sentido —dice Felix con las nariz todavía en el mapa—. ¿Caminamos durante horas para estar en una carretera?

Yo todavía sigo mirando a la carretera, viendo como pasan los vehículos, Pero algo me llama la atención y no estoy hablando por los policía que pasaron en su camioneta y nos saludaron, creyendo que somos viajeros común y corriente. Algo que no es cierto. Todavía me parece una locura, pero lo que me causa mas horror es que la locura es real.

—todavía sigo sin comprender. El mapa termina hasta acá —sigue diciendo mi primo Felix—. No me vendría mal un poco de ayuda.

No lo sigo escuchando su voz se convierte en un susurro. Lo que me llama la atención es el hombre colorín o eso creo, en este momento lo estoy viendo un poco azulado. Y si se están preguntado si soy daltónica, la respuesta es un No. El irradia luz azul, todo es de color menos el, aparece mas allá de nosotros mirando la carretera. Tenia una mochila de color gris con rojo, usaba una capucha acompañado con un gorro, tenia su manos en los bolsillos de su chaleco, camina en medio de la carretera para poder pasar hacia el otro lado. El chico colorín. Mira hacia atrás, antes de irse a un camino de ripio, que conduce hacia no se donde, con los arboles haciéndole sombra.

Un escalofrió escapa por mi espalda y se extiende por todo mi cuerpo y un dolor de costilla se produce en ese mismo instante.

—Anastasia? —dice Ryan sacándome de mi trance—. Te encuentras bien?

Por lo visto Ryan y mi primo notaron mi comportamiento. Últimamente esto me sucede mucho, y ellos colocan el doble de su cuidado en mi. Hace poco que se todo esto. Y se me hace complicado manejarlo, quien estaría en su sano juicio preparada para esto. Un niño común puede decir que tener unos superpoderes o como sea que se llame esta cosa es genial. Pero no, no lo es. Menos cuando te enteras a los diecisiete años que tus padres te ocultaron todos estos años la verdad. Y que te tuvieron que empezar a disparar para saber que es lo que tenia dentro de mi.

—Supongo que yo sé, hacia donde debemos ir.

—ocupaste tus.....

—No lo se. Se presenta sin avisar —digo recordando una escena que se me presento delante mi hace unas semanas y digamos que no fue muy agradable ver eso, por lo menos luego  pude delatar al profesor pervertido. Un escalofrió recorre mi cuerpo al recordar eso y muevo la cabeza hacia ambos lados para sacarla y al final agrego—. Creo que necesito urgente controlar esto.

Ryan coloca una sonrisa en sus labios, al darse cuenta que estoy dispuesta a controlar lo que sea que tenga dentro de mi cerebro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.