Decidió relajarse un rato viendo televisión, de todas formas, era domingo y muy a su pesar será de los últimos que tenga libres. Hizo palomitas, preparó refresco y sacó uno de sus doritos de reserva, pensaba hacer maratón de una de sus series favoritas, Friends.
Tres capítulos después estaba totalmente inmersa en las descabelladas aventuras de los personajes principales, riendo a carcajadas ante todas y cada una de las estupideces que algunos de ellos cometían o decían. Tanta era su concentración, que casi derrama todas las palomitas al sentir un par de brazos rodearla por la espalda. Allí, sentada en el suelo de la sala frente a la tv, descalza, vestida como loca con una corta blusa por encima del ombligo, el cabello suelto y alborotado, no se sentía apta para ser visitada de ninguna de las maneras posibles.
—¡Luke! —exclamó sorprendida— Te voy a matar, hijo de la chingada.
—Primero quiero decirte algo, después si aún quieres me asesinas, ¿sí? —susurró a su oído sin soltarla.
—¿Y si mejor te asesino, y después me dices sea lo que sea que quieras decir? —sugirió sarcástica— Esa idea me parece más tentadora.
—Pero si me asesinas, ¿cómo podré hablarte? —replicó entre risas— Los muertos no hablan, que yo sepa.
—Por ahí tengo una tabla Ouija —contestó Naomi forcejeando—, no te preocupes, ahora suéltame. Ni deberías estar aquí, recuerda que estoy molesta contigo.
—¿Pero por qué? —preguntó Luke quejoso— No entiendo bien porque estas molesta.
—¿Te parece poco el show que tú y el baboso de tu hermano hicieron en frente de mí? —recalcó molesta— Hasta me ignoraron por seguir discutiendo, ¿Qué? ¿Quién es el mayor acosador?
—No es eso —le dio un suave beso en la mejilla para tratar de calmarla—, es solo que no me gustó el tono en que me habló, pero no te enfades, las discusiones entre nosotros dos son más comunes de lo que crees.
—¿Seguro? —insistió algo incrédula— ¿O solo lo dices para que te perdone y no tome represalias en el asunto?
—Cien por ciento seguro —reafirmó entre risas— No seas así, no me regañes ni te molestes conmigo, hieres mi corazoncito.
Susurraba palabras cursis a su oído causándole cosquillas, mientras aún la mantenía abrazada con los brazos inmovilizados pegados a sus costados.
—Ni creas que con tu falso cariño me vas a comprar —amenazó más calmada con fingida molestia, empezaba a ceder bajo los encantos de Luke—, acabas de interrumpir mi maratón de Friends, eso es un insulto imperdonable.
—¿Prometes no asesinarme si te suelto? —preguntó suplicante y divertido.
—Trataré —contestó con poca convicción.
—Está bien.
Despacio, fue retirando los brazos de su cintura sintiendo la suave piel desnuda de su abdomen, atento a cualquier intento de homicidio por parte de Naomi. De todos modos, muy veloz, tomó el cojín entre sus piernas golpeando de lleno el rostro de Luke tirándolo de espaldas al suelo.
—Eso fue por entrar arbitrariamente a propiedad privada —explicó Naomi.
Las quejas de Luke no se hicieron esperar, el golpe no fue tan fuerte y el cojín era demasiado suave para causar algún tipo de daño, sin embargo, replicaba como si le hubiesen golpeado con una bota industrial. Permanecieron un rato uno al lado del otro, tirados en el suelo con la espalda apoyada en la pared viendo atenta la Tv. Pero como casi siempre ocurría desde que trata con sus vecinos, otro visitante llegó a interrumpir.
—¿Qué onda? —saludó Peter sonriente.
—Otro —se quejó Naomi— ¿ustedes no se cansan de interrumpir mis muy importantes actividades personales?
—No —contestaron ambos al unísono.
—Los odio.
—Sí, yo también te quiero —replicó Peter sonriendo—, y es por eso que vengo a interrumpir. ¿Qué tal si jugamos béisbol? El sol ya bajo así que no te quemaras esa blanca piel de vampiro que tienes.
Naomi le dedicó una de sus miradas asesinas, esa que solo estaba reservando para ellos tres, los únicos que la habían obligado a usarla tan seguido en tan poco tiempo.
—Peter, hazme un favor —dijo con seriedad—, lárgate.
—Cuanta amabilidad —se burló.
—Y eso es cariño, a mí me golpeó con el cojín —aseguró Luke—, casi me rompe la nariz.
—Y la exagerada soy yo —exclamó Naomi.
—¿Qué dices, mi querida Naomi? —interrogó Peter sonriente.
—Digo que no, estoy muy, pero muy ocupada —contestó con firmeza, centrando su atención nuevamente en la Tv para realzar su punto.
—Está bien, entiendo que no quieras perder contra nosotros, pero bueno…
—¿Disculpa? —su expresión denotaba indignación exagerada— Te recuerdo que aún sin saber jugar les gané.
—Suerte de principiante —se encogió de hombros.
—¡Luke! —dijo Naomi centrando su atención en el pelirrojo a su lado.
—¡Dime! —contestó este tratando de no reírse a carcajadas.
—¿Quieres ser mi compañero de béisbol y patear cierto trasero presumido que hay por ahí? —inquirió sarcástica, pero con gesto divertido.
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Editado: 29.10.2024