Sangre Mestiza i: el inicio de la travesía || L1

53. MI MALDITO DESASTRE

Se sentaron en la esquina más alejada del salón, charlando y riendo sobre los acontecimientos del día anterior y la reunión de los clubes. A Grace solo le interesaba saber el chisme del momento, sus enfrentamientos con Mara y la rivalidad de baile. Al parecer era algo que no había pasado desapercibido en la escuela, y ya se estaba rumorando que próximamente Mara pasaría a la historia como la exreina del lugar. Muy a su pesar, Naomi esperaba que todo fuese solo eso, rumores. De ser ciertos, los problemas con su querida vecina serían cada vez peores, aún sin ella misma quererlos.

Había algo más, Luke aparentaba estar tranquilo junto a ella, pero a pesar de haber llegado juntos en su bicicleta lo notaba tenso y algo nervioso. Suponía que eso tenía que ver con su discusión con Jeimmy el día anterior, pero por más que estuviese ansiosa por saber cómo terminó todo, sentía que no era lo adecuado. Lo mejor por el momento, era alejarse de ese tema y desprenderse de los dos de forma sentimental, sobre todo de Jeimmy.

—¿Cómo van con el proyecto de ciencias? —indagó Bruno curioso.

—Pues… —dijo Naomi pensativa centrando su mirada inquisitiva en su compañero— ¿Bien?

—Sí, bien —contestó Luke no muy convencido.

—No lo parece —se burló Grace.

—Por lo menos sabemos que hacer y tenemos los planos —explicó Naomi en su defensa.

—A medio terminar —añadió Luke.

—Aún tienen bastante tiempo —añadió Bruno mirando con intensidad a Naomi— ¿Por qué no salimos hoy después de clases?

Le pareció extraño el tono dulzón y su sonrisa coqueta al preguntar eso, se suponía que sus intentos de ligue con ella habían parado hace varios días. Sin embargo, allí estaba de nuevo pero esta vez notó algo más. A su lado, Grace se notaba un poco irritada y trataba de ignorar aquella conversación posando su atención en su teléfono celular.

—¿Volvemos al modo acosador? —inquirió Luke en tono retador.

—Pretendía que saliéramos todos por si no lo notaste —replicó Bruno.

—Claro, lo note en la mirada de perro degollado que le diste a Naomi…

—No están hablando en serio ¿Verdad? —interrumpió Naomi.

—Los hombres no dejan de ser pendejos por más que pase el tiempo —añadió Grace sin levantar su mirada.

Una expresión de burla y comprensión iluminó el rostro de Luke, quien se reía a carcajadas señalando a Bruno quien lo miraba con algo de molestia.

—Tienes toda la razón, mi querida Grace —expresó Naomi levantándose— ¿Me acompañas al baño? Dejemos que estos dos arreglen sus problemas maritales.

—¿Cómo que maritales? —replicaron ambos chicos al unísono en tono indignado.

Grace fue la primera en salir del salón seguida por Naomi, quien antes les dirigió una mirada de advertencia ambos chicos sin saber el motivo correcto de la reprimenda. Caminaron en silencio rumbo a la cafetería, contrario a lo que se había dicho inicialmente, a pesar de eso Grace no dijo nada al respecto.

—Oye, ¿qué tienes, estás molesta? —inquirió Naomi curiosa al ver su expresión distante.

—No, ¿Por qué lo estaría? —contestó con indiferencia.

—Grace, ¿Qué pasa? —se interpuso frente a ella tomándola por los hombros—, somos amigas, puedes contarme qué sucede, te ayudaré.

—Le gustas a Bruno —dijo con pesar en sus ojos.

—¡Wow, espera! —exclamó— ¿Estás completamente segura? ¿Él mismo te lo dijo?

—No lo dijo textual, pero…

—Entonces no puedes asegurarlo —interrumpió Naomi con firmeza en sus palabras—, y yo sé que no gusta de mí, eso si te lo puedo asegurar.

—Dame una razón para creerlo —dijo Grace un poco exaltada—, llevamos años de compañeros de clases y jamás me ha mirado como te mira a ti.

—Bien, no soy quién para interferir o decirte esto, ¿Recuerdas la primera reunión del club de música? —Grace asintió en respuesta— En el momento en que empezaste a cantar no fui la única que quedó maravillada con tu voz. Bruno se quedó idiotizado mirándote. Hasta Luke se dio cuenta de eso y es medio tarado para esas cosas, de verdad le importas y no creo que sea algo reciente.

—¿Entonces por qué sigue coqueteándote? —insistió con voz quebrada.

—No lo sé, pero no dejes pasar el tiempo —sugirió con calma—, hace años que te gusta y jamás le has dicho nada, ¿No crees que tal vez pueda pensar que no lo ves más que como un amigo? Él tampoco es adivino para saber las cosas así no más.

—¿Tú crees?

—Sí, haz el intento —comentó Naomi con una sonrisa tranquilizadora—, de vez en cuando las mujeres podemos tomar la iniciativa. Pero ya no sigas así, vas a arrugar esa carita tan bonita que tienes, mejor comamos algo o me desmayaré.

—Está bien, pero nada de dulces —exigió Grace entre risas.

—Estás peor que Luke.

Regresaron al salón justo antes de sonar el timbre, al llegar ambos chicos reían como si fuesen los mejores amigos de toda la vida. Extrañadas por ese cambio repentino, permanecieron alejadas de su conversación tratando de analizar qué clase fenómeno catastrófico había sucedido.




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