Sangre Mestiza i: el inicio de la travesía || L1

55. DIABLOS, ¿DÓNDE ESTÁ?

Tomó su cartulina y con ayuda de Luke la pegó con cinta adhesiva sobre el tablero, haciéndose a un lado para que todos sus compañeros admiraran su obra. El tema asignado era el proceso de replicación bacteriana, tocando temas de resistencia que generan a los antibióticos como medida de protección. Le gustaba mucho todo lo relacionado con la microbiología, la genética de los microorganismos y su forma tan eficaz de adaptarse a los medios externos. Si tan solo ella fuese igual de resistente, en especial a venenos de monstruos jamás vistos.

Ya se sentía mejor, su respiración había vuelto a ser normal y su corazón latía veloz, pero reconocía esa sensación como los típicos nervios antes de hacer una exposición ante todos sus compañeros. Sin embargo, se sentía intranquila y algo fastidiada. Era la primera vez en su vida que tenía aquella sensación, como si su mente tratara de decirle que le faltaba algo o que olvidó hacer alguna cosa. Una constante picazón en su mente y cuerpo, como energía que corre sin control.

—Buenos días compañeros y maestro —inició Naomi con su porte más diplomático—, mi nombre es Naomi Nosborn y estoy a cargo de explicar el proceso de replicación y resistencia bacteriana…

Naomi respiró profundo de forma disimulada un par de veces más, dejando viajar su mirada por todo el salón detallando cada rostro de sus compañeros. La mayoría de ellos le prestaba atención, otros estaban muy centrados y preocupados repasando sus exposiciones tal y como ella lo había hecho en la madrugada. Ya más relajada y en confianza, dejo fluir las palabras que tanto había ensayado de una forma diferente.

Cada tanto señalaba su cartelera, indicando los diversos procesos y explicando con precisión como se daban. Por el momento se sentía ligera, mantenía el control de situación y hablaba con total seguridad. Al terminar, respondió algunas preguntas de sus compañeros y del profesor, como última prueba de su investigación.

—Muy bien señorita Nosborn —comentó el profesor tomando nota— ¿Usted misma hizo la cartelera?

—Sí señor —contestó con orgullo.

—Excelente, el siguiente.

Continuaron los llamados a los siguientes participantes, esta vez respetando el orden de la lista. Aún faltaban algunos para que llegara el turno de Luke, pero este estaba más centrado en ella que en su nota. En toda la exposición no había dejado de mirarla de forma escrutadora y no solo prestando atención a su presentación, tal vez con un poco de nerviosismo y cautela. Incluso, si no vio mal, pudo haber tecleado algo en su teléfono. ¿Había enviado un mensaje de texto en medio de la clase?

—¿Quieres dejar de mirarme así? —exigió Naomi— Nos van a regañar por tu culpa.

—¿Hay algo más que quieras decirme? —interrogó con semblante serio.

—¿De qué hablas? Ya dije todo lo que sucedió —contestó con fastidio.

Las sensaciones de malestar volvieron a Naomi de forma repentina, no era el típico mareo que la invadía antes de tener una de sus visiones, esta era peor y extraña. Se sentía agobiada, como si la estuviesen rodeando miles de energías invisibles, y murmuraran palabras sin sentido a su oído una y otra vez.

—Te ves tensa y asustada, sé que no estás bien —recalcó Luke— ¿Qué fue lo que pasó?

No entendía la razón de ello, miraba con cautela a su alrededor tratando de analizar o captar algo extraño con su radar. Pero no había nada, todo estaba despejado. Entonces, ¿Qué le estaba pasando?

—No es nada, es solo el sueño —se excusó.

El estrés estaba aumentando considerablemente a medida que pasaba el tiempo, la ansiedad refulgía por cada poro de su cuerpo sudando frio y moviendo su pierna con frenetismo. Como un acto reflejo para intentar calmarse, llevo su mano al pecho en busca de su collar. Sus bordes irregulares y la presión que ejercía sobre su mano al apretarla le tranquilizaban enfocando su mente en solo esa sensación. Y he allí el error, su collar no estaba.

Con desesperación, rebuscó por toda su ropa pensando que tal vez se le desabrochó y cayó dentro, pero al no encontrarlo continuó con su bolso sin tener éxito. Asustada por completo, trataba de recordar en qué momento pudo haberlo perdido.

—Naomi, ya en serio ¿Qué sucede? ¿Qué estás buscando? —insistió Luke con reticencia.

—Nada, no pasa nada, ya deja de molestar —murmuró molesta.

—¿Pasa algo allá atrás? —indagó el profesor— ¿Señorita Nosborn?

—No profesor… —contestó ella titubeante— En realidad, ¿Podría salir un momento? No me siento muy bien.

—Adelante, pero deje dar la clase.

Salió caminando con rapidez ignorando los llamados de Luke, las miradas inquisitivas de Bruno y Grace. Su cabeza daba vueltas tratando de recordar, no le cabía aún el hecho de haberlo perdido si nunca se desprendía de él. No entendía cómo pudo pasar mucho menos sin darse cuenta, hasta el momento justo antes de salir de casa lo llevaba puesto, lo recordaba a la perfección porque lo acomodó dentro de su camisa al lavarse la cara.

Con un suspiro de rabia, recordó el altercado de hace solo un par de horas. La había agarrado del cuello de la camisa con cierta fuerza, y con el doble de ella, la misma Naomi la había desprendido para tirarla al suelo. Llevó sus manos a su cuello, notando por primera vez una pequeña marca colorada, un rasguño que pudo haber sido causado por el rose de la cuerda de su collar al ser arrancada.




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