Sangre Mestiza i: el inicio de la travesía || L1

56. AHORA TODO TIENE SENTIDO

Decenas de auras rojo brillante se acercaba a la escuela, aún estaban muy lejos, pero ella podía sentirlas con nitidez y con tanta facilidad que le atemorizaba aún más, como si ese don se hubiese agudizado de un momento a otro sin razón alguna.

Nunca las había captado con tanta facilidad y menos con tanta distancia separándolos, pero no le dio importancia a ello, solo se centraba en una cosa: debía salir de allí y desviarlos de aquel lugar. Había demasiadas personas inocentes como para permitir que llegaran, por eso se había estado alejando de la gente a lo largo de su vida. La querían a ella, no a sus compañeros.

—… Naomi —le llamó la atención chasqueando los dedos muy cerca de su rosto.

—¿Qué? —dijo exaltada.

—¿Segura que estas bien? —insistió.

—No… —titubeó— Tengo que irme…

Dicho esto, salió corriendo todo lo que sus pies le permitían, regresar a su salón y recoger sus cosas para no dejar nada que pueda tener parte de su esencia era importante. Teniendo esto, ya no habría nada que la relacionara con ese lugar. Con toda seguridad puede ganarse una amonestación por parte del coordinador por salir sin permiso, pero era algo que no tenía importancia dada la situación. Con todo eso, era muy probable que deban mudarse lo más pronto posible porque, muy a su pesar, la habían encontrado y no había marcha atrás para lo que se avecinaba.

Aprovechó el desorden del receso para escabullirse entre los estudiantes rumbo al parqueadero, donde aún había grupos pequeños de estudiantes charlando y algunas parejas conversando muy cerca unos a otros. Estaba ya cerca de la salida, solo era abrir la puerta y sería libre de irse al bosque donde podría enfrentarlos o desviarlos. Su collar debía esperar, primero perdería de vista a esas criaturas y después huir una vez más.

—¿A dónde crees que vas? —exigió saber Jeimmy interponiéndose en su camino.

—Se completó el trio, el que faltaba —exclamó frustrada.

—¿Por qué no estas con Luke? —insistió Jeimmy con brazos cruzados sobre su pecho— Deberías estar con ellos y no tratando de salir de la escuela, ¿A dónde pretendes ir?

—¿Ahora sí quieres que este con él? ¿Por qué? —preguntó con nueva rabia creciendo en su interior— Ayer no parecías muy contento cuando me viste bailando con Luke, ¿Qué fue lo que cambio ahora?

—Eso no tiene importancia ahora, no cambies el…

—Ah cierto, ya me acordé —interrumpió con sarcasmo—, me necesitas lejos para no hacer enojar a tu novia. Bien, tampoco los quiero cerca, ni a ti ni mucho menos a ella.

—No es lo que te estás imaginando, Naomi —vociferó Jeimmy con frustración.

—Tampoco me interesa, lo que hagas o dejes de hacer no es ni nunca fue de mi incumbencia, ahora quítate y déjame pasar —exigió haciéndolo a un lado—, y ni se te ocurra seguirme. Estoy hablando en serio, te juro que no respondo.

—¡Naomi!

—Te quiero lejos de mí, y a tus hermanos también, no los quiero ni de amigos ni de vecinos, no necesito eso.

Sin prestar atención a sus llamados insistentes, logró salir de la escuela sin ser vista por ningún profesor ni por el guardia de seguridad encargado de vigilar la entrada, al parecer evitar que algunos de los estudiantes rayaran las paredes cerca de las canchas era más importante.

Se aseguró de ir sola, percatándose que nadie la estaba siguiendo. Decidió ir directo al bosque, en su casa del árbol tendría refugio y disiparía su aura para no ser detectada. Además, podría colocar algunas trampas para eliminar algunos de ellos. Eran demasiados, por sí sola no podía enfrentarlos sin salir herida o incluso peor. Entonces los recordó, había dos personas siguiendo sus pasos muy de cerca y aunque no los había visto nunca, si los había sentido un par de veces por lo que esperaba hicieran acto de presencia de una buena vez.

Ya era hora de conocerlos, saber sus verdaderas intenciones y de hacer algo útil si de verdad esperaban poder ayudarla con su desastrosa existencia.

A solo un par de metros de la entrada al bosque sintió un cambio, muchas más de esas presencias estaban cerca. Fue tan repentino que no le dio tiempo de pensar en que haría a continuación, como si hubiesen aparecido de la nada a través de portales mágicos. Según sus cálculos, estaban cerca de su casa del árbol, por lo que no tuvo de otra que arriesgarse y atacarlos antes que el resto llegara allí también. De lo contrario, estaría en muy serios problemas.

Corrió con rapidez a su interior, sintiendo a lo lejos una serie de gruñidos y el crujir de las hojas secas al ser pisadas. Se escondió detrás de un grueso árbol, observando con atención a su alrededor, sabiendo que estaban cada vez más cerca.

A unos cinco metros vio a uno de ellos, era de pelaje negro brillante y bastante grande. A él se unieron otros tres, y después más de ellos. Olfatearon el aire a su alrededor hasta señalar en su dirección, uno de ellos gruñó con rabia y empezaron a cambiar. Tal como aquella vez, se irguieron en sus patas traseras creciendo en altura hasta el doble del tamaño que demostraban tener, optando por formas semi humanoides. Sus colas crecieron hasta parecer la de un cocodrilo, escamoso y lleno de púas afiladas.

El más grande de ellos con pelaje color cobre y ojos verdes venenosos, dio dos pasos hacia ella mientras los demás terminaban de transformarse e invocar sus armas. Se estaban preparando para la batalla.




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