Las carcajadas de aquellos pequeños e indefensos niños que solían jugar en el Palacio, retumbaban en mi memoria, solo en ella. Terminado el verano, la maldad comenzó a azotar el pueblo de Castleville. Cuando el ultimó rayo de sol desaparecía tras la muralla, se rumoreaba acerca de la presencia de un ser despiadado y sediento de sangre que tenía como preferencia deleitarse secuestrando niños y la desgracia sucedía.
Cada mañana como era de esperar, se reportaba nuevos casos de niños encontrados sin vida en el bosque que presentaban mordidas en el cuello, como si de un vampiro se tratase.
- Señorita Adhara, es hora de levantarse y gozar de este nuevo día. - mencionó Gemma, una críada del reino y mejor amiga mía.
- Hoy se reportó un caso, lamento decirte que se trata del hijo de Pedro, el de las herraduras.
Dejé que el silencio reinara en la inmensa habitación. Luego de unos minutos me preparé siguiendo la rutina rigurosa de mi madre. Fui retirándome la bata para entrar en la bañera y así relajarme con el agradable olor de los pétalos de rosas rojas. Elegí uno de los mejores y preciados vestidos que poseía, uno blanco que me llegaba hasta las rodillas.
A paso lento me dirigí al comedor principal del Palacio para degustar la exquisita comida y mi expresión fue de sorpresa al darme cuenta de la presencia de la familia Lombardi, Roderick Lombardi, Gisselle Lombardi y sus tres afortunados hijos, Criss Lombardi de 22 años de edad, mi mejor amigo, piel pálida, con el cabello negro muy bien peinado y un traje sofisticado, Venecia, de 16 años de edad, la adolescente más amada por el pueblo, con cautivadores ojos azules y cabello rizado, con una destacable belleza y Gohan, de 19 años de edad, de piel pálida, cabello rubio y ojos azules. Lograba apreciar a un chico más, sentado en una de las cómodas sillas del comedor.
- Buen día reciban de mi parte cada uno de ustedes y bienvenidos sean, Lombardi.
Todos comenzaron a responder mi saludo y mi padre al ponerse de pie, hizo señas al señor Roderick Lombardi.
- Ya que tengo el honor de estar presente en este Palacio, es de mi agrado presentarles a Drake, Drake Lombardi, mi primogénito- dijo Roderick con orgullo.
Al culminar lo dicho, todos nos miramos entre sí, tratando de procesar cada una de sus palabras. En lo personal no tenía conocimiento que Roderick Lombardi tenía un hijo más a parte de los que conocía. Aquella dinastía poseía una historia heroica al salvar previamente a Castleville de temibles enemigos, batalla en la que la vida de la reina Kamille, madre de Roderick, se desvaneció para siempre.
- Es un placer conocerte, Drake, ten presente que el Placio Barbieri tiene las puertas abiertas si desea honrarnos nuevamente con su visita.- mencionó mi padre.
- El placer es mío señor Estephano. De antemano agradezco su cordial invitación y su amable recibimiento.
- Quiero aprovechar esta oportunidad para presentarte a mi amada esposa Amadea, madre de mis dos princesas Adhara y Thiara Barbieri. Mi espectativa es una respetuosa y buena relación amical con mis hijas, ya que se llevan de maravilla con tus hermanos y espero que lo mismo suceda con tu persona.
Thiara y yo dimos una corta mirada a Drake, pero él no se mostró interesado en ello.
- Roderick esta noche realizaré un baile en honor a mi aniversario de bodas y ustedes están cordialmente invitados. Luego de culminar dicho evento, trataremos sobre cómo erradicar la tragedia que azota el pueblo.
Los Lombardi agradecieron y pasaron a retirarse.
Decidí dar un paseo por el pueblo con la cálida compañía de Gemma, y atender algunos asuntos en los que podía brindar mi ayuda.
- Princesa Adhara no fue una idea adecuada venir al pueblo en medio de este caos.
- Gemma, como hija del rey Estephano debo estar para ayudar.
Oíamos a las personas especular y mostrar su preocupación por sus menores hijo, cada día aumentaban más los casos y eso afectaba negativamente nuestra estabilidad emocional.
Abrumada, tomé la mano de Gemma y nos dirigimos hacia la profundidad del bosque. Vizualizamos el mágico lago de Castleville, que según mi abuela solo personas de puro corazón podrían sumergirse en sus aguas y salir de él con vida, por lo que la gente del pueblo no lo frecuentaba.
Algo fuera de lo común, fue notar prendas en una roca cerca de él y ver una figua masculina en las aguas cristalinas. Me resultaba familiar y pude confirmar cuando este se volteó directo a mí y sus ojos azules penetraron los míos, se trataba de Drake, Drake Lombardi.
- ¿Qué la trae a este solitario lugar, princesa?- cuestionó saliendo del lago con una toalla tratando de secar su pálida piel mojada.
- Acabo de notar tu presencia Lombardi y permíteme decirte que no es un lugar solitario, aquí habitan muchos animales.
- Puede que tenga cierta razón en lo que menciona estimada señorita. Sería adecuado que volteara para poder colocarme mi traje y darme la suficiente privacidad que necesito.
Solté una risa nerviosa y procedí a voltear mi vista y me llevé la sorpresa de no ver a Gemma por ningún lado.
- Es momento de que regrese a Palacio, la acompañaré, no puede ir sola.
- Puedo ir sola, además mi amiga estaba aquí hace un momento.
- Lamento decirle que vi como la señorita Gemma se retiraba, parecía que tenía prisa.
- ¿Conoces a Gemma?¿O cómo sabes...
No me dejó terminar mi interrogación interrumpiéndome con un hermoso ramo de rosas rojas.
- Aprovechando que nos estamos dirigiendo la palabra, es un honor para mí entregarle este obsequio. Espero que las rosas rojas como sus labios e igual que el aroma que desprenden sean de su agrado. tomé en cuenta cada uno de sus gustos.
¿Cómo podía saber sobre mis gustos? Acabo de conocerlo.
- ¿Qué te da el derecho de regalarme algo?- crucé los brazos esperando una respuesta contundente.
- Seré directo con usted, solo anhelo llevarme bien con su persona. Estoy enterado que Venecia hizo unas cuantas fechorías contra usted y le pido una disculpa, suele ser díficil controlar sus impulsos. Ahora, ¿me acepta este presente?