Sarah
Nora y Abbie me dieron el recorrido por el instituto, es inmenso y grandioso. Se que este ultimo año lo disfrutare, y pensar que no estaba segura de venir aquí. Entro al baño de chicas y acomodo mi cabello. La clase de Anatomía con el profesor Erick Hutton no fue tan mala, mi mente me dice que el no me reconoció, y si lo hizo seria una total vergüenza para mi, se que soy el tipo de chica que no piensa en cosas subidas de tono o opina sobre un chico, pero soy una adolescente que esta apunto de cumplir 18, y me es inevitable pensar que el profesor Erick es guapo. Aunque en lo único que quiero concentrarme es en sacar con 10 su clase y todas las demás.
La siguiente clase es Matemáticas, odio aceptar que no me gusta la materia, pero sigo teniendo buenas notas. Aunque mi madre me obligo a subirlas por que el segundo semestre del año pasado saqué: 8,56.
Quitó la goma de mi cabello para acomodar los mechones rebeldes y volverla a colocar donde estaba. Tomo mi mochila y voy directo a mi casillero, pongo la clave y guardo unos libros, sacando otros de matemáticas.
Camino al salón asignado y me siento en la penúltima mesa.
“Okey Sarah, esta vez no la dañes ” digo mentalmente.
La clase ha empezado y solo faltan 3 horas para salir de aquí.
***
Íbamos en el auto directo a la mansión, ya han pasado seis días desde que estoy en Los Ángeles y a pesar de que no he conocido mucho y solo me la paso en la mansión, me encanta. El clima es algo caluroso, pero es algo a lo que me puedo acostumbrar. En todo el trayecto a la mansión, mis ojos no se han despegado de la ventana del auto, muero por salir y conocer todo esto.
— Sarah, ¿puedes preguntarle a tu mamá, si te deja salir hoy? .—La miro—. Es que quiero salir, y se que tu quieres conocer un poco el lugar, seria buena idea; además invitare a Nora, se que le encantará la idea —Aletea sus pestañas como suplicándome, y yo no puedo negarme, hace días he querido salir de esa enorme casa.
— Le mencionaré tu idea, no creo que se niegue —hablo, y las dos bajamos del auto. Subimos unas escaleras y entramos por la puerta principal, yo camino directo a la cocina, y ella sube las escaleras.
— Hola, Mamá. —La saludo con un beso en la mejilla.
— Sarah, ¿como te fue en la preparatoria mi amor? muero por escuchar. —Me devuelve el beso y sigue cocinando lo que sea que este haciendo.
—Señora Anne, creo que eso no se podrá —informo haciendo voz de grande.
— ¿Y porque será? —Frunce el ceño.
— Porque es mi vida privada. —Suelto sin más. Ella suelta una estruendosa carcajada, haciendo que la mire mal.
— Cariño, ya cuentame como te fue hoy y deja de bromear —dice entre risas.
— ¡Mama! ¡no te burles de mi! —chillo “enojada”.
— Pero si lo que dijiste causo mucha risa, mi amor. Ahora si, cuentame.
— Normal mamá, todo estuvo bien, y el instituto es enorme. —Comente, abriendo mis brazos a ambos lados refiriéndome al instituto.
— Bien, ahora ve a cambiarte, necesito que me ayudes aquí.
— Esta bien mamá.
Subo las escaleras, y tomo una ducha de cinco minutos.
Veo la hora y son las 4:20 de la tarde, no creo que pueda salir hoy con Abby, pero nada pierdo con intentarlo.
— Mamá, Abbie me invito a salir con ella y Nora, puedo aprovechar para conocer un poco la ciudad ¿me dejas?.
— ¿A que hora regresaran?
— Creo que a las ocho.
— Eso es muy tarde Sarah, dile a la Señorita que no.
— ¡Mamá, por favor!, sabes que nunca te he pedido salir, sabes que soy responsable, y sabes que no haré ninguna locura. Además no nos iremos lejos, y no estaremos en lugares peligrosos.
— Si haces algo que me moleste, no te dejo salir hasta que tengas veintiuno y sabes que hablo en serio. —Salto encima de ella dándole un fuerte abrazo.
— ¡Gracias, gracias mamá! —digo emocionada por salir de la mansión.
— Ahora ayudame, que mientras mas rápido terminemos, mas rápido podrás salir con la Señorita Abbie.
— Okay, mamá.
— ¿Podrías darme algo de dinero para la salida con Abbie? Por favor.
— Claro, Sarah —señala el refrigerador—. Toma las galletas que están ahí, y ponlas en el horno.
Yo obedezco a lo que me ordena, para poder salir mas rápido de este lugar.
***
Camino a la habitación de Abbie y toco dos veces su puerta.
— ¡Adelante! —grita.
— Soy Sarah, Abbie. Mi mamá me dejo.
— ¡Cool! Pensé que no irías. Nora viene en camino, no te demores .—Me acompaña a la puerta—. Ponte algo casual y lindo.
Salgo de su habitación y voy casi corriendo a la mía. Entro, me doy otra ducha, y abro las puertas corredizas de mi closet. No se que ponerme, Abbie dijo algo lindo y casual, así que después de buscar entre todas mis cosas decido ponerme: unos jeans negros y ajustados, con un crop top de lentejuelas, dorado y de tirantes. Me coloco unas Vans negras y procedo a peinarme, recordando siempre que debo apresurarme.
Echo una crema hidratante en mi cabello, para que se haga más fácil desenredarlo. Me maquille sencillo y muy rápido. Tome mi celular, mi bolso y unas cosas de emergencias y salí de mi habitación.
Fui directo a donde estaba mi madre, y me encontré con Abbie.
— Te estaba buscando. Ya nos vamos. —Toma mi mano, y me jala.
— ¡Espera, tengo que decirle a mi mamá! —Me suelto, y corro a la cocina buscando a mi mamá—. Mamá ya me voy —hablo rápido y le doy un abrazo. Ella me lo devuelve y luego busca en su bolso unos billetes, y me los da.
— No llegues tarde y cuidate. —Ordena y deja un beso en mi frente.
— Esta bien, mamá.
Camino a la salido y me adentro al auto.
— Hola, Nora —La saludo con un beso en la mejilla.
— Hola, Sarah —Me da un abrazo corto.
— Buenas tardes, Elliot —le doy una sonrisa amable.
— Igual, Señorita.
— ¡Hoy sera emocionante! —chilla Abbie, acción que no me parece rara, ya que ella siempre es así de, alegre y divertida.