¿Indeciso? no, bueno si.
Había pasado ya un mes y sin duda todo estaba vuelto un caos por lo menos no un caos malo aunque creo que estoy hablando tonterías porque no creo que haya un caos bueno. En fin.
Las cosas se han vuelto un tanto alocadas, mi exnovio estuvo jodiendo un par de días después de la fiesta hasta que le patee el culo, literalmente lo hice, junto a un puñetazo y eso fue suficiente para que me dejara de estar acosando y hostigando.
Nadia encontró otro chico mucho mejor, sin embargo ella misma fue la que decidió darse un tiempo para estar sola.
Aún seguimos sin conocer a la novia de Miguel, Levi esta tan solo como siempre y los demás seguimos igual.
— Días, porque buena estas tú. — Mateo me beso la frente y yo me reí burlonamente de su comentario.
Bueno quizá entre nosotros las cosas si habían cambiado un poquito.
Antes no amanecíamos juntos y ahora sí...
— Así que ¿en qué momento me dormí?
— Uhhh la verdad es que no me he dado cuenta, en un momento sentí demasiado sueño que solo apague el tv, me di media vuelta y cuando me choque contra ti fue que recordé que estabas ahí.
— Si, ya estaba muy somnoliento en ese momento.
Si somnoliento y cariñoso porque prácticamente nos habíamos dormido abrazados.
— Ujuh.
Yo sonreí mientras me ponía a recoger un poco el desorden que teníamos aquí.
— ¿Por qué estas ordenando? En realidad estaría mejor que nos tiráramos a la cama un rato más.
— Estoy ordenando porque esto realmente necesita un poco de orden parece que has sacado todo tu guardarropas.
— En realidad lo hice. — Él se tiró a la cama y suspiro, mientras lo hacía tiró la mitad de la ropa que acababa de levantar del piso. — No creas que siempre soy así de desordenado, es solo que. — Él se quedó pensativo.
— ¿Que...? — Pregunte viéndolo.
— Bueno pues es que tú me has dicho que íbamos a cenar y digamos que estaba indeciso sobre que ponerme así que he sacado medio guardarropas.
— ¿Enserio? — Lo vi incrédula y sonreí burlonamente. — ¿Y por qué has llegado con lo mismo de siempre?
— Bueno, pues no he podido decidirme así que me fui por lo seguro. — El negó.
— Bien, pues ya que no has pensado en el desorden párate y ayúdame a ordenar aquí. — Dije mientras le tiraba una de sus camisetas a la cara.
— Oblígame.
Fui hacia él y le tome la mano para intentar jalarlo.
Sin embargo en lo que yo lo intente jalar el hizo lo mismo conmigo solo que con un poco más de fuerza lo cual me hizo caer encima suya.
Y el empezó a reírse aún con su camiseta encima.
Me quedé medio recostada encima de él y le aparte la camiseta de la cara.
— ¿Por qué me miras así? — Dije viéndolo, hacia días que me miraba raro y no de mala manera, simplemente no había visto esa mirada en él y estaba muy curiosa por saber que significaba.
— No te miro de ninguna forma. — El me dio un toquecito en la nariz. — Solo estoy encargándome de recorrer tus facciones.
Yo empecé a recorrer su rostro con mis dedos. Realmente lo hacía tan seguido que ya era una costumbre con él y a él parecía encantarle.
El pasó sus brazos alrededor de mi cintura y suspiro.
Justo sentí que su corazón se aceleró más.
— Mi mamá va a regresar de su viaje el viernes. — Dijo él. Era fin de semana así que podíamos pasar tirados cuanto tiempo quisiéramos. — Y quiero saber si puedes venir a cenar con nosotros.
Yo me acerque aún más a él hasta que se mezclará nuestro aliento. — ¿Quieres que conozca a tu mamá?
— Uhh, si y también que no te muevas de esa manera porque amanezco algo sensible en las mañanas. — Dijo el mirando hacia otro lugar y entendía a que se estaba refiriendo cuando sentía algo que no estaba antes, entre mis piernas.
Yo empecé a reírme. — Ya arruinaste el momento. — Dije riéndome aún más. Y le di un beso en la mejilla.
El me miro con una sonrisa también.
— Bien, pues entonces claro que iré a cenar contigo y con tu mamá el viernes. — Dije.
Y luego me levante para volver a mi tarea de ordenar un poco la habitación y al pareció no gustarle el hecho de ya no tenerme encima suyo.
— Por cierto ¿irás hoy a mi entrenó? — Dije emocionada.
Había vuelto a practicar taekwondo.
— En realidad que no me apetece verte a ti dándote de golpes con alguien más, pero si a ti te hace ilusión que vaya lo haré. — Él se paró y se acomodó levemente el pantalón.
Y yo me quedé viendo a su entrepierna ya que sus intentos de que pesara por desapercibida no funcionaron.
— Para que sepas que tengo los ojos en la cara eh. — Yo alce la mirada y el me miraba con las cejas alzadas.
— Si, pero no te quería ver los ojos. — Dije y sin más me di media vuelta para seguir recogiendo cosas, escuche una última risita de su parte antes de que se pusiera a ordenar conmigo.
Dos horas después yo ya me encontraba bañada y arreglada esperando por iniciar mi entrenamiento, Anne y Nadia también vendrían a verme practicar y de hecho las había invitado por que hoy estaría luchando contra algunos compañeros.
Ya tenía la ropa adecuada y estaba decidiendo hacer un par de estiramientos para iniciar con el entrenamiento.
Anne y Mateo estaban chismeando mientras esperaban a Nadia y me sorprendía lo bien que se llevaban esos dos juntos, Anne me había agradecido mucho porque gracias a mi Mateo había vuelto a hablarle normal y ya nada era incómodo entre ellos y Dios parecía que se habían vuelto el equipo de los chismes. Ambos eran tan metidos que incluso se sabían hasta con quien había salido la vecina el día de ayer.
Y que no les pusieran a mi hermano a la par porque Dios, no paraban de hablar entre ellos 3.
— Así que Palencia ¿Estas lista para darlo todo contra mí? — Andy una chica que también entrenaba conmigo estaba sonriendo frente a mí.