Saturno

La Gran Batalla

Después de descansar, llegó la claridad, el sol no salía del todo, el frio se sentía demasiado, nos llamaron, diciendo que sigamos a Icarus, creo que nos llevaran a ver la batalla de la que hablaban la noche anterior, aquí se siente el tiempo como estar en la tierra, a pesar de estar a millones de kilómetros, creo que esto de adapta a nuestro entorno.

—Crees que sean tan feas esas batallas. —Me hablo Astrid, siempre tan inoportuna, estaba concentrada en mis pensamientos.

—No lo sé, lo único que quiero es que pase el tiempo, me urge irme de aquí.

—Como no tengo a nadie a mí me da prácticamente igual, disfruto estar aquí.

Avanzamos y llegamos a un campo bastante grande, el sol se podía ver muy lejos, pero estaba más claro que donde están los dormitorios, estaban muchos guerreros en el campo, allí frente estaba Nereus, podía ver sus ojos azules, concentrado en lo que va a pasar, pero algo distrajo mi mente, era Saturno, estaba demasiado cerca, se veía realmente hermoso, sentía que si saltaba podía tocarlo con las manos, me estire, pero era solo una ilusión, estaba más lejos de lo que podía pensar.

—Woo, es realmente hermoso. —Dice Astrid igual de sorprendida que yo, me quedé sin aliento, cada vez que lo soñé, cada vez que me imaginaba verlo quedo corta para lo que estaba presenciando, sus anillos brillaban era algo que simplemente no podía explicar.

—Lo es, cumplí mi sueño, pero estoy sola, no los tengo a ellos. —Mis ojos empezaron mojarse, mis lagrimas querían salir, quería gritar que dejaba todo esto por ellos, quería decir que quiero regresar.

—No estás sola, me tienes a mí, sé que no es lo mismo, pero me tienes aquí, puedo ser tu amiga, tu compañera. —Quise ignorarla, pero en realidad no me había sentido así desde la muerte de mi padre, él siempre me consentía hasta después de casarme, para él siempre era su niña adorada.

—Gracias.

Después de esta vista y de reflexionar un poco se escuchó muchos gritos, ellos se prepararon y empezaron a acercarse unos seres bastante aterradores, eran de color negro de una apariencia delgada alargada como de dos metros y no se les veían los ojos, Nereus hace la señal y todos corren hacia ellos, eran una batalla como de película, luchaban con todo, yo nunca tendré ese valor de hacer eso, el miedo nos inundó a todos, los de nuestro lado iban ganando hasta que uno de esos seres nos descubrió y se dirigió hacia nosotros, todos empezamos a correr, pero algo me decía que si corríamos era peor, muchas de esas cosas nos seguían poco a poco mis compañeros iban desapareciendo, Astrid y yo estábamos juntas, hasta que una de esas cosas se para frente a nosotras, el miedo se apoderó de mí, no me movía y Astrid tampoco, se notaba que eran ciegos, hasta la respiración contuve hasta que se fue.

—Estas cosas son ciegas, se guían por el sonido.

—Así es Astrid, solo no hables más.

—Están acabando con nosotros, debemos hacer algo. —Astrid tenía razón, pero ¿Que podíamos hacer?, solo demasiado débiles.

—No hemos entrenado aún.

—Mira, hay dos espadas, toma y hagamos lo que se pueda, pero no moriremos sin intentarlo.

Astrid persiguió a uno de ellos que trató de atacarla, ellos solo luchan con sus manos, que eran alargadas y sus uñas muy afiladas, Astrid trató de cortarle la cabeza, pero no podía, así que vi como ella lo distraía, está sería la primera vez que ataque a algo, mire la espada la tomé con mis manos y corrí para ayudar a Astrid, no sé cómo lo hice, pero de un salto le corte la cabeza a esa cosa, Astrid solo sonríe.

—Si se pudo amiga, vamos a ayudar a los demás.

Veíamos como quedábamos poco alrededor de nosotras, unos se quedaban inmóviles, otros estaban muertos, otros heridos, no quería que esto siga sucediendo, así que buscamos a más de esas cosas. Así fue como empezamos a atacar a los más pequeños, era bastante sencillo porque eran ciegos, pero justamente aparece uno el doble de grande, me tomó por el cuello y me acercó a él, sentía que sería el fin cuando lo único que vi fue que su cabeza fue cortada y su cuerpo perdía estabilidad, esto me dolería, caí al suelo y su mano iba aplastarme, pero algo intervino y la corto.

Astrid me ayudó a levantarme para ver a Nereus al lado de nosotras.

—Sabían que serían un estorbo, buena suerte pequeña, todo tú pelotón ha sido destruido, solo quedaron las dos. —Pude ver que casi todos estaban muertos, una gran tristeza se apoderó de mí.

—No puede ser.

—Esto sucede cuando no conocen a lo que se enfrentan, pero ustedes si tienen valor, por lo menos no las mataron.

En eso llego Elithar con otros guerreros y acabaron con los pocos seres que quedaban.

—Esto fue terrible.

—No debieron venir todos, Elithar solo quería que venga está mujer para que vea a lo que se enfrenta, no pudimos protegerlos a todos, eran más de 130 personas además de pelear.

—No es tú culpa Nereus, vete yo hablo con Illianis.

—Haz lo que quieras, solo no pienso volver a hacer niñera nunca más. —Nereus se fue con sus hombres, Elithar nos subió a su nave y nos llevó, de camino podía ver que solo habíamos sobrevivido 8 personas, mis lágrimas comenzaron a salir.

—Illianis no llores, así es la vida aquí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.