Un campo lleno de flores, mi rosas rojas favoritas, mi hijo estaba a mi lado y delante de mí tenia a Nereus, su cabello rubio, sus ojos azules que me fascinan, hacían que me pierda la dirección de mis sentidos, me acerca tanto a mí que puedo escuchar su corazón, siento su respiración, veo sus labios y escucho un estruendo, suena la puerta y despierto de golpe, era un sueño, un loco sueño, un de tanto pero este se notó más real, no lo quería aceptar pero hasta hoy me doy cuenta que me gusta Nereus, pero lo único que me importa ahora es regresar a casa.
Me levante, me arregle y Sali a buscar a Elithar y lo enfrenté.
—Elithar tenemos que hablar.
—Dime.
—Quiero ver a mi hijo, quiero regresar, son 200 años que he estado aquí, quiero volver.
—Illianis, en realidad son 500 años terrestres los que has estado aquí, tú familia aún sigue viva, he cumplido tú deseo, ahora solo tú tienes que cumplir el del amo Saturno. —Me quede helada, son 500 años lejos de mi familia, cuantas cosas sucederían.
—Sabes que he entregado mi alma en cada batalla, mi hijo está aquí y no lo puedo ver, sabes lo que me duele.
—Lo sé, pero Júpiter no se rinde, mientras no conquistemos a ese planeta no irás a ningún lado.
—Nereus se encarga de eso, además no quisiste que lo acompañáramos como siempre lo hacemos.
—Porque no era necesario.
—Tenemos que ganarle para lograr mi libertad, que no entiendes. —Siento que Elithar es quien no, me quiere dar mi libertad, aún no sé porque, pero creo que si no hago algo rápido será demasiado tarde.
—Mañana vendrán los monstruos de Júpiter, como siempre, quiero que tu este al frente.
—Elithar.
—Nereus no llega hasta mañana, no puedo dejarte ir, mis mejores guerreros son Nereus, Astrid, Polo y tú, sabes bien que Polo no puede aún está en recuperación.
—Pero esta Astrid, los demás siempre luchan bien, no creo que sea tan necesario.
—Si ganamos a Júpiter el amo Saturno no necesitará más de ustedes, sabes bien que solo será un tiempo más antes que puedas regresar, pero dime ¿En realidad quieres volver? —Su pregunta estaba fuera de lugar.
—Por supuesto que sí, amo a mi familia.
—Han pasado demasiadas cosas, no creo que puedas volver a encajar ahí.
—Elithar, no hay nada más importante que mi deseo de regresar, pero está bien, peleare como siempre.
Sali de ese lugar, con el corazón roto, moría por salir de ahí, el lugar que tanto deseaba ver ahora se siente como una tortura, fui y descanse lo suficiente para tener fuerzas, aunque a veces pienso que me lo merezco, yo deseaba tanto verlo, pero no vivir aquí, y lejos de mi familia, ellos siempre han sido lo más importante.
**
Recuero como jugaba con mi padre cuando tenía 10 años, mientras mi madre estaba sentada en el suelo descansando con su pancita bien grande.
—Mami mira como ando en mi bicicleta. —Ella sonríe me siento la más afortunada, muero porque sea una niña, quiero que sea mi mejor amiga.
Cuando mi padre regresa con él bebe, me dice que es un varón, aunque mi corazón se quiebra un poco, prometo que nunca le harán daño, que siempre lo cuidare.
—Es tu hermanito, se llamará Taren tu como hermana mayor debes de cuidarlo y protegerlo de los peligros, enseñarle lo que debe hacer y lo que no. —Mi padre me aconseja mientras lo cargo torpemente, veo su carita tan pequeña y sé que es mi obligación cuidarlo.
—Si papá. Lo cuidare nada le pasara mientras yo esté cerca.
**
Me despierto después de ese sueño que más bien recuerdo, y eso es lo que estoy haciendo, te cuido de todo lo malo que hay aquí, los golpes, las cortadas, las veces que quise quedarme en esa cama descansando después de un largo día en el campo haciéndome fuerte para que tu no pases por esto, pero sé que no será en vano, regresare y seremos felices nuevamente.
—Es hora de partir. —Dice Icarus con su voz carrasposa, odio a ese hombre, siempre tan prepotente y mal educado.
Vamos al campo de batalla, donde todo empezó, donde vi como eliminar a estos seres, donde él me salvo por primera vez, miro al horizonte y como siempre Saturno resplandece en el cielo, su magnífica forma hace que cualquier cosa sea insignificante para él.
—Astrid, como siempre juntas para lo que sea.
—Así es amiga, juntas.
Un ruido fuerte se escucha, no estábamos muchos porque la mayoría estaban con Nereus, pero nos superaban en número por mucho, demonios como Elithar no nos advirtió de esto.
—Illianis, ves eso.
—Si,
— Ahora ¿qué hacemos?
—Pelear, solo pelear.
Di la señal y todos fuimos con toda la furia que teníamos, ahora solo existían 2 pelotones, el de Nereus y los que estábamos ahí, quise rendirme al momento de ver tantos monstruos, pero recordé porque estaba aquí, ocupando el lugar de mi hermano, luchando por regresar a casa, eran muchos, pero tenía la agilidad suficiente para no dejarme vencer por miedo, Astrid como siempre cuidándome la espalda íbamos perdiendo, pero yo no me dejaba vencer.
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Editado: 27.12.2024