No volví a hablar con Nereus por un largo rato, sé que no le caigo bien, es demasiado autoritario, odia a Elithar cuándo es quien ayuda a todo ahí, el intercedía por nosotros, el día paso muy rápido y la noche igual, no podía dormir, por una ventana podía observar al planeta Marte, era precioso, todo lo que extrañare es ver a Saturno todos los días en la mañana brillando en el cielo era lo que me encantaba, pero ahora solo tengo a mi familia. Fui por un vaso de agua y pude escuchar a Nereus hablando por el monitor, decía que el tiempo estaba cambiando, que regresaría pronto, que la quiere mucho, esas palabras me dolieron muy en el fondo, tantos años sola que pensé en lo más profundo de mi ser que Nereus me volteara a ver.
Tan despistada que hago ruido y Nereus apago el monitor enseguida y salió a ver quién era.
—Tu mamá no te enseño que es de mala educación espiar a las personas. —Parado en la puerta con los brazos cruzados y en ceño fruncido.
—No estaba espiando a nadie, salí por un vaso de agua. —Respondo sin moverme mientras él se acerca a mi despacio con las manos en los bolsillos.
—¿En serio? Aparte de curiosa, mentirosa, deberías dormir, en pocas horas llegaremos.
—No tengo sueño.
—No eres la única, deberíamos comer algo. —Dice caminando a la cocina mientras yo lo sigo, al llegar empieza a buscar que comer y yo tomo mi vaso de agua mientras se forma un ambiente incómodo.
—Vas a regresar enseguida supongo. —No sé porque dije eso, era obvio que sí, extraña a su novia.
—Tengo que cerciorarme de que todo esté en orden, si veo algo raro me quedaré. —Un rayo de esperanza se formó en mí.
—Espero que todo esté en orden entonces. —Digo acabando el agua que estaba tomando.
—¿Seguro que quieres que todo esté en orden? —Algo me decía que sus palabras eran desafiantes, vi cómo se acercó demasiado, coloca sus manos en mi cintura y me acerca a su cuerpo, sus ojos preciosos me miran y no puedo evitar ponerme nerviosa.
—Si, quiero que todo esté en orden.
—Si claro. —No puedo decir nada más, junto sus labios con los míos en un beso caliente y desesperado, deseaba tanto este momento que le correspondí sin dudarlo, no me importaba nada, hasta que escucho una voz.
—Amor me dejaste esperando. —Era Astrid desnuda envuelta en una toalla, mi corazón se rompió aún más, ella era la verdadera amante de Nereus, sabia de Astrid era medio zorra pero no pensé que, a esta altura, ella sabía que Titán estaba con él, claro yo también, pero ellos pasaban la noche juntos.
—Astrid, ¿Qué demonios haces? —Nereus le grita y no entiendo porque es más que claro que ellos tienen algo.
—Nereus, es lo mejor y lo sabes, Illianis tenía que enterarse de lo nuestro. —Dice en un tono serio, sinceramente no sé cómo procesarlo, me alejo de Nereus y me dirijo a la puerta.
—Illianis, yo....
—No te preocupes, no tienes que darme ninguna explicación, solo fue un insignificante beso, buenas noches. —Camine fuera de ese lugar, pase junto a Astrid y no la miré, me sentía tan mal, ellos eran amantes, me odiaba por desearlo, por disfrutar ese beso.
—Illianis. —Grita Nereus mientras camina hacia mí, pero Astrid lo detiene y dice. —Es lo mejor. —No sé porque me siento así de mal, si siempre Nereus se ha comportado distante y frio conmigo.
Paso por la habitación de mi hijo y puedo notar que se mira al espejo de manera extraña, no puedo evitar entrar.
—Mama, soy más joven, lo ves. —En verdad que era extraño, parecía un adolescente de 16 años, Nereus tendría la explicación, pero, aunque no quería verlo, debemos preguntarle.
—Ve y pregúntale a Nereus que te está pasando. —Puedo ver sus ojitos de tristeza, me hubiera gustado verlo crecer, acompañarlo en su primer día de clases, ver algún festival, ver como juega con sus amigos y aunque no quiera sé que él ahora me necesita. —Está bien vamos.
Lo acompaño, aunque creo que ahora deben estar muy ocupados, en sus cosas, pero no me interesa sé que Nereus podría responder mis dudas.
—Nereus, necesitamos hablar. —Digo y escucho como se dirige a la puerta, espero no haber interrumpido algo importante, abre la puerta y se queda extrañado al igual que yo.
—¿Qué demonios?
—Es mismo quiero saber, ¿Qué pasa con mi hijo?
—Debe ser lo que me imagino, estamos acercándonos a la Tierra, me imagino que volverá a ser un niño, Titán dijo que perderían todo lo que ganaron, pero no me imagine que a este extremo. —No tenía sentido lo que Nereus me decía, mi hijo era un adulto inmortal.
—Ósea ¿Perderemos la inmortalidad?
—No, porque Elithar les concedió el deseo estando en la Tierra, al salir de ahí ustedes dos ya eran inmortales, pero todo lo que ganaron en Saturno solo lo podrán usar en Saturno, al llegar a la Tierra, Aurelio tendrá la misma edad que tenía cuando Elithar los secuestro y tú será una simple humana sin habilidades —Recordé las palabras de Titán, ella lo mención.
—No podre pelear en caso de que algo suceda en la Tierra, como lo hacía en Saturno.
—No, pero por lo mismo me quedare para ver que todo esté en orden, los protegeré.
—¿Y tú porque puedes viajar entre planetas?
—Soy diferente a ti, mi madre es humana como tu reclutada hace millones de años, pero yo nací en Saturno y mi padre…. Mi padre es especial. —No tenía la intención de hablar mucho con él, ya faltaba muy poco para llegar y el regresara con su amor.
En las últimas horas mi Aurelio se volvía más niño, pero eso me daba la oportunidad de verlo crecer, de compartir muchas cosas con él, no volví a ver a Astrid, hasta que estábamos más cerca de llegar, que salió de su habitación y se sentó a lado e Nereus, él la ignoro, pero aun así ella no se movió.
Cuando ya pude ver a la Tierra, mi hijo era el niño que una vez recordé, no tenía ropa, todo le quedaba grande, Astrid le presto una camiseta ella siempre ha sido más pequeña que yo, pero aun así le quedaba grande, yo me sentía más delgada, sé que en Saturno me entrenaron demasiado y me hice más fuerte, no me recordaba con este físico y me gustaba, porque así me todos me verían una mujer normal.
#349 en Ciencia ficción
#6734 en Novela romántica
otrosplanetas, amor y sacrificio, reencuentros segundas oportunidades
Editado: 12.02.2025