Después de esa confesión no tenía idea de que pensar, era su hijo, no su amante era lo único que podía procesar, en realidad me preocupaba ahora si saber de lo que era capaz Elithar, me había engañado todo este tiempo, decía ser mi amigo, que me cuidaría, me apoyo en todo durante mi estancia en Saturno, o más dicho en él, como no me di cuenta, aunque era difícil saberlo, no tenía gestos amorosos con Titán, más parecía que se tenían rencor, ahora que lo pienso, no le debe agradar que él tenga más esposas aparte de ella.
—Es demasiada información para mí, no puedo creerlo, ¿cómo es posible eso?
—No hay una explicación lógica, solo que los planetas y astros brillantes como el Sol, desde su formación han podido humanizarse, y sus lunas son en realidad sus parejas, ellos la eligen, hay planetas que se conforman con una o dos lunas, pero hay otros que no, quieren más y más poder, como Saturno. —Por primera vez sentía que era sincero, que me hablaba con la verdad, no lo sentía con esa coraza que lo cubría cada que se me acercaba.
—Entonces me imagino que la Tierra también puede…humanizarse.
—Así es, solo que permanece en un lugar alejado de todo, nadie lo sabe solos lo que somos cercanos a las lunas o a ellos mismos.
—¿Saturno es tu padre? —Volvió su sonrisa sarcástica.
—Claro que no, crees que si fuera mi padre lo quisiera matar, ese imbécil no es nada mío.
—Entonces ¿Tu padre quién es?
—Haces muchas preguntas, solo te voy a responder que si uno de los 2 muere se desestabilizará todo el universo y será por ti.
—Hay no, suficiente tengo con que mi hermano me odie por pedir un deseo y me sales con que sería mi culpa si de destruye el universo, no Nereus, no me quieras culpar de esto.
—Lo serias, inconscientemente lo serias.
—¿Por qué?
—Por el simple hecho que no voy a permitir que te obligue a que te cases con él, excepto que tú lo ames, que tu seas capaz de sacrificar a tu familia por él. —Sus palabras fueron cálidas, casi suplicantes de que no acepte, ¿Sentirá lo mismo que yo?, no eso nunca.
—Yo… no sé, dime que pasa si acepto.
—¿Es enserio?
—Si debo hacerlo para salvar el universo dime ¿Me queda otra opción? He pasado sola todos estos años, que puede pasar.
—¿Sabes porque Saturno no tiene hijos? —Su mirada se puso fría, como si algo malo fuera a decir.
—No, dímelo.
—Cuando una mujer lo llama con sus pensamientos, lo desea o simplemente él la ve hermosa, hace lo mismo que hizo contigo, te recluta, te entrena te enamora, pero si esa mujer tiene familia hace que se rompan los lazos y si tienen hijos, los entrena hasta que se hagan poderosos como él o como yo y los sacrifica, esa es la fuente de su poder, mata a los hijos de sus mujeres, incluso a sus propios hijos, por eso nunca veras un hijo de Saturno por más que tenga 146 esposas, Aurelio sería uno más en la lista y si te deja embarazada igual. —Su confesión me dejo congelada, mi hijo ese fue su plan desde el principio, pero ¿Por qué no lo hizo?
—No puedo creer lo que me estás diciendo, mi hijo iba a ser un sacrificio.
—Por eso acepte sacarte de ahí yo mismo, si te mandaba con alguien no iba a dejar que llegues aquí, ahora entiendes por qué lo odio.
—Entiendo, pero, tu estas vivo, no te mato.
—Mi padre es más poderoso que él, entonces no se atreverá no podemos pelearnos, esa es la razón por la cual lo aguanto si me mata mi padre se encargaría de destrozarlo.
—¿Quién es tu padre?
—Ya lo sabrás si todo se sale de control sé que el intervendrá, ahora vamos a solucionar lo de Aurelio.
—Mencionaste algo de una pócima.
—Cada que Elithar permanece en forma humana lejos del núcleo por mucho tiempo pierde fuerza, lleva así 200 años los mismo que has estado allá, no ha llegado al núcleo donde se fortalece entonces debe drogarse en términos más claros para poder vencerme, sino acabaría con él en poco tiempo. —Su manera de hablar me parecía de presumido, bueno era lo que lo caracterizaba al ser así de confiado.
Salimos y Astrid estaba arreglando unas cosas para salir a buscar a mi hijo, siento que me pase de a raya con ella.
—Ya lo sabes, ahora deja de comportarte como una niña deja el egoísmo atrás y piensa en los demás antes que ti. —Me regaño y dolió que me hablara así, sé que ella me ayudó mucho y ya me estaba cansando que me dijeran que era una egoísta cuando todo lo que he hecho ha sido pensando en los demás también.
—Lo siento, pero no debes hablarme así. —Deja de hacer lo que estaba haciendo y me mira.
—A veces es bueno ser duro con las personas para hacer que aterricen, no vives en tu mundo de fantasía, como pensabas y creo que aún no te das cuenta de todo lo que has hecho por tu fascinación por Saturno.
—Oye, la que está perdiendo aquí soy yo, tu estabas feliz de irte.
—¿De verdad lo crees? Deje a mi madre aquí, acaba de morir una noche antes, el cáncer me la arranco, no tenía a nadie es cierto, porque ella era lo que me mantenía con vida, ella era mi razón de vivir, cuando escuche que pediste la inmortalidad te comprendí de cierto modo, porque yo hubiera querido que mi madre sea eterna, perderla aun duele, pero debes entender que todo tiene un ciclo, naces, creces, maduras y mueres, es la ley de la vida, tu manipulaste todo eso, no somos para ser eternos. —Sus ojos llorosos me avisaron que yo nunca me detuve en preguntarle algo de su pasado, ella me dijo que no le importaba y nunca me interese, creo que todos tienen razón, soy una egoísta.
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Editado: 12.02.2025