Scanya. Academia de Artes Mágicas.

17. ¡Quiero ser una Senn!

Amanda había metido la pata hasta el fondo y se arrepentía por ello. El miedo le había jugado una mala pasada y le había hecho a Áxel la promesa de ayudarlo a traer a su hermana de entre los muertos, cosa que era imposible. Si que era cierto que Haro le había hablado sobre la existencia de hechizos inimaginables en esos libros, incluido algún hechizo para resucitar a los muertos, así que tampoco había mentido totalmente a Áxel sobre ello.

Amanda se encontraba sola en su habitación tumbada en la cama compadeciéndose de sí misma, cuando se le ocurrió que quizás en uno de esos libros existía algún hechizo para anular maldiciones. Con la ayuda de Áxel le sería más fácil encontrar los libros y, si existía un hechizo para romper maldiciones, ella podría acabar con su maldición y él ya no necesitaría utilizar el hechizo para resucitar a los muertos. Además, así no tendría que darle los libros a Hesme, quien a saber que haría con unos libros tan poderosos en sus manos… Era un plan perfecto y Amanda, en ese momento, se sentía más optimista que nunca.

Comenzó a notar una pequeña vibración en su muñeca, en la que llevaba puesto el brazalete de Haro, se levantó de un salto y fue corriendo al cuarto de baño, cerrando la puerta para que nadie la pudiera molestar. Frotó el brazalete hasta que surgió una luz blanca, esperaba ver la imagen de Haro dentro de esa luz, pero no era a él a quien vio, sino a Hesme.

— Ya veo que te alegras mucho de verme mocosa— le dijo Hesme al ver la cara de decepción de Amanda—. Espero que ya sepas cómo conseguir los tres libros del poder…

— Todavía no Hesme, pero estoy intentando averiguarlo…

— ¡Niña estúpida, eres una inútil!— vociferó Hesme quien se veía claramente disgustada— ¿Qué has hecho durante todas estas semanas? ¡Pronto terminará el primer trimestre y aún no sabes nada!

— Lo siento Hesme, es que es más difícil de lo que pensaba, pero estoy haciendo todo lo que puedo…— se disculpó Amanda, ya que no quería enfadarla más.

— Te volveré a llamar antes de las Navidades y más te vale que ya sepas cómo conseguirlos, por el bien de tu querido hermano, claro…— Hesme río exageradamente tras decirle esto a Amanda y cortó la comunicación.  

Amanda se echó a llorar por el miedo ante la amenaza de Hesme, pero también por la impotencia de no poder contestarle como se merecía y por no poder hacer nada para pararle los pies. Estaba muy cansada de tener que ser sumisa frente a ella para no enfadarla, siempre tenia que darle la razón y disculparse con ella por cualquier tontería, porque todo le hacía enfadar.

Aquella noche tuvo pesadillas horribles, todas terminaban con su hermano muerto y Hesme riéndose de una manera siniestra. Al día siguiente, Amanda estaba muy cansada por haber dormido poco. Después de las clases decidió ir a la hermandad Senn, quería ver a su madre y ayudar a cuidar el gran jardín. Cuando llegó vió a varias chicas Senn ensayando para el baile de invierno; le encantaba verlas bailar y dibujar formas diferentes con el agua. Se dio cuenta de que una de las chicas era, ni más ni menos, que la chica que había visto bailar con Peter en el festival de otoño. Se veía tan perfecta con ese precioso pelo rubio y era muy guapa, Amanda se sentía muy inferior si se comparaba con ella; estaba claro que Peter jamás se fijaría en ella pudiendo elegir a una chica tan atractiva y eso le entristecía mucho.

Pasó varias horas ayudando a Myriam, le encantaba pasar tiempo con su madre. Amanda soñaba con poder ser algún día una Senn, le encantaría aprender a utilizar ese poder, pero no podía hacerlo y, a veces, pensaba que jamás podría utilizarlo. Para ello tenía que acabar primero con la maldición, por eso estaba decidida a empezar a buscar los libros pronto.

Esa noche soñó que era una Senn y que bailaba un bonito baile, vestida con un precioso vestido blanco y Peter se enamoraba de ella al instante. Era un sueño precioso, por eso le fastidió tanto despertar de aquel sueño. Se había despertado justo cuando estaba amaneciendo, aún faltaban unas horas para comenzar las clases. Amanda intentó volver a dormir pero no podía, en su mente no dejaban de aparecer las chicas que ensayaban el baile de la hermandad Senn. Amanda no pudo evitar sentir un poco de envidia, ella deseaba con todas sus fuerzas utilizar su poder Senn. Entonces tuvo la gran idea, a esas horas de la madrugada no habría nadie levantado y quizás ella podría ir al lago que rodea la hermandad Senn e intentar hacer un baile sobre el agua como el de aquellas chicas. No lo pensó mucho más, se aseguró de que su compañera Mary seguía durmiendo antes de salir de su habitación y fue directa hacia el lago.

Por el camino se aseguró de qué nadie le siguiera. No se veía a nadie, estaba todo muy tranquilo; todo el mundo seguía durmiendo. Amanda se quitó el brazalete de Haro para desbloquear su poder Senn. De repente, en su brazalete de Scanya apareció una línea blanca con el símbolo en color plateado de la hermandad Senn. Ella se asustó mucho, pensó que quizás ya no lograría que el símbolo Senn desapareciera de su brazalete y que todos descubrirían que posee ese poder y sabrían que miente sobre su verdadera identidad. Le empezaron a sudar y temblar las manos por el miedo a ser descubierta, cogió el brazalete de Haro y se lo puso, entonces la línea blanca con el símbolo Senn desaparecieron de su brazalete. Amanda se sintió muy aliviada, se había imaginado lo peor, pero afortunadamente el brazalete de Haro era muy eficaz y ocultaba perfectamente su poder Senn. Se volvió a quitar el brazalete de Haro y se lo guardó en el bolsillo; Amanda estaba decidida a aprender a usar su poder Senn, nada le iba a hacer rendirse tan fácilmente.

En casa de los Yuna, Amanda había intentado usar ese poder, pero lo máximo que había logrado era hacer que el viento moviera unas hojas que había en el suelo durante el otoño del año anterior. Le parecía que era difícil usar ese poder, pero Myriam le había explicado cosas sobre ese poder y había estado observando a los estudiantes de la hermandad Senn cuando iba a ayudar a cuidar el jardín y había aprendido alguna cosa; se sentía más preparada que antes para aprender a usarlo.



#7144 en Fantasía
#1493 en Magia

En el texto hay: hermanos, magia, academia

Editado: 29.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.