Fue una tarde muy agotada examen tras examen y descubrir que la lesión cerebral había causado amnesia que es la pérdida de memoria a largo o cortó tiempo los acontecimientos o sucesos traumáticos, escusa suficiente por lo que ahora tendré que tomar medicamento. Cuando desperté estaba desorientada, pues tras sufrir el accidenté yo avía entrado en un estado de coma durante cuatro días. Por lo memos ahora tengo excusa para hacer dramática como mi amiga Sam, que cada vez que se olvida donde dejo su móvil dice que tiene alzheimer.
Me eh perdido mi cumpleaños.
Suspiro.
Después de tomar una ducha me coloco el suéter de color rosa pálido que mi madre me había traído junto con unos jeans ajustados y unos zapatos deportivos blancos, me hecho un vistazo en el espejo del cuarto de baño de la habitación que cuelga sobre el lava manos, y unos ojo color miel me devuelven la mirada. Me tomo unos minutos para analizarme. Mi cabello negro y húmedo cae por mis hombros hasta mis anchas caderas dejado marcas de diminutas gotas de agua, mi rostro era pequeño y perfilado, cejas delgadas, nariz pequeña, labios carnosos, un poco agrietados por la falta de hidratación, curvas muy bien pronunciadas, no soy tan alta pero tampoco tan pequeña, una altura normal diría yo ¡¿no?!
Podría decir que soy una réplica de mi madre en una versión más joven con unas ciertas características fisiológicas diferentes como el color de mis ojos. Me encuentro bastante linda la verdad.
Giro el grifo y este a su vez hace un ruido estruendoso al chocar el agua con el fondo de lava manos, que me hace sobresaltar y siento un aire frio recorrer por mi nuca, haciendo que cada centímetro de mi piel se erice por completo, tomo un poco de agua entre mis manos y me doy un salpicón en la cara y la cierro.
Giro sobre mis talones y busco con la mirada la mochila que estaba en alguna parte de cuarto, la recojo y me la cuelgo en el hombro.
Al salir del cuarto de baño pude contemplar la habitación en la que había estado este tiempo. Era espaciosa la camilla estaba apoyada en una de las paredes laterales y frente estaba un televisor colgando de la otra pared, y tenía una gran ventana con persianas abierta, que era adornada por unas cortinas blanca. Que dejada iluminar luz de los edificios cercanos. La noche había caído y afuera, la lluvia había empezado a caer, empapando los vidrios y dejado marcas de pequeñas y grandes gotas de agua.
Y aun no podía entender lo que me había pasado hace tan solo unas días, era un mar de líos. Tenía que hacerme una idea de lo me había pasado con la poco que me habían dicho. Simplemente frustrante. Y pensar que como la vida puede continuar sin ti sin que te des cuenta sin que puedas frenarlo y para ti es solo como despertar de un gran sueño.
-Cariño. Estas lista-una voz suave me saco de mis pensamientos. Era mi madre que estaba entando a la habitación
-Si- le ofrecí una sonrisa y ella me la devolvió. Se acercó a mí y me extendió una bolsa de plástico transparente.-Toma .Seguro que lo extrañabas.
Tome la bolsa entre mis manos que contenía mi celular y un collar de cadena con un dije en forma circular. Supongo que mi madre me lo dio por mi décimo séptimo cumpleaños antes del accidente, ya que siempre me obsequia cosas como eses en mis cumpleaños. Bueno con exención en mi décimo sexto, cuando me sorprendió regalándome un auto. Aún recuerdo mi primer día conducid un auto, ella se había ofrecido a enseñarme en su auto, para que no tuviera problema en conseguí mi licencio de conducir. Fue un desastre. Estaba segura de que me había aprendido muy bien las instrucciones pero termine chocándolo contra la vereda.
-Claro que si-ensanche aún más mi sonrisa.
Abro la bolsa que tiene un cierre zip, saco mi celular y el collar lo guardo en el bolsillo trasero de mi pantalón.
-Deberías llamar a tus amigos, especialmente a Sam, que ha estado preguntando por ti todos los días muy preocupada, para saber si has despertado. Deberías dar le la noticia-sugirió mi madre.
-Lo are cundo llegue a casa- dije, con ansiedad porque quería salir lo más rápido posible del hospital. Me sentía sofocada en este lugar.
-De acuerdo cariño. Vamonos-tomo la mochila que tenía para ayudarme con ella y se la colgó en su hombre. Y camino a la salida. Sus pasos era lo único que se escuchaba en toda la habitación.
Comencé a seguirla para salir de aquí. Al salir por esa puerta sentí un escalofrió recorrerme de la cabeza a los pies y un hormigueo se apodera de mi estómago y unas ganas de vomita me invaden pero me logro controlar.
Instintivamente volteo a mirar por el pasillo estaba completamente vacío solo había una persona sentada en una de las sillas que estaban atornilladas al suelo junta a la pared.
Era un chico.Estaba encorvado y tenía los codos apoyados en sus piernas y jugueteaba con sus dedos aunque sus movimientos eran des-coordinados, parecía nervioso porque sus movimientos comenzaron hacer más rápidos acompañado con su pie, vertía unos pantalones negras ajustados y un abrigo del mismo color, su perfil era perfecto, podría apostar que era apuesto, aunque no podía ver su mandíbula porque traía levantado el cuello de su abrigo pero juraría que la apretaba con fuerza. Su piel era muy blanca casi transparente pero era solo mi imaginación, tenía cabeza inclinada y traía el cabello negro y revuelto, con pequeños rizos aquí y allá. Su mirada estaba fija en algún sitio, parecía estar sumergido en sus pensamientos.