Prólogo

Mi familia tenia secretos muy oscuros y guardados en las profundidades, pero sobre todo guardados para que yo no los descubriera. Según para ellos era una forma de protegerme de la dura verdad y es que en gran parte lo fue pero seguían acumulando más mentiras, una sobre la otra.

Las miradas de las personas era lo que más me atormentaba cada día, todos me miraban como si yo fuera una demente pero ellos eran los locos. Yo estaba lo suficientemente cuerda como para diferenciar la mayoría de las cosas reales. Y tambien yo era lo suficientemente inteligente para saber cuando ellos mentían, para una persona como yo era dificil de confiar en alguien y nunca creí que las voces en mi cabeza fueran de gran ayuda para jamas confiar en mi familia, por esa misma razón salí ilesa de sus mentiras pero no puse salir ilesa de la dolorosa verdad.

— ¿¡Como pudieron hacerme esto?! ¿¡como fueron capaces de mentirme de esta manera en la cara?! —dijo la chica casi a punto de explotar gracias al enojo que sentia.

Adrianne estaba enojada, triste, dolida pero sobre todo se sentia traicionada, sentía repugnancia por la familia que tenia, se sentía decepcionada de lo que ellos eran, una gran bola de mentirosos.

— No podiamos Adrianne, no podiamos decirte la verdad porqué tú eras feliz en ese mundo que creaste, no podiamos decirte la verdad y destrozar aquella mentira que te costo demasiado crear. La verdad iba a ser muy dolorosa para ti,  temiamos por tu salud mental y por ti, sabiamos que la verdad te iba a destrozar —respondío León intentando que Adrianne lo comprendiera, aunque sabia que iba a ser en vano.

— ¡Basta! no quiero más mentiras maldita sea, todos son unos mentirosos de mierda, hubiera sido mejor la verdad que destrozarme ahora luego de trece malditos años—gritó soportando las lagrimas que deseaban salir, pero ella se iba a mantener fuerte, no queria que la vieran rota y mucho menos debil.

— Adrianne por favor, lo hicimos por tu bien, era demasiado esta verdad, no podías aceptarla cuando eras solo una niña y decidimos seguir fingiendo que todo estaba bien..—dijo León ya sin saber que más decir para poder calmar a su prima.

—¡No me subestimes!, se más de lo que digo, pienso más de lo que hablo, y me doy cuenta de mucho más de lo que crees—.Nuevamente gritó completamente enojada, pasando a retirarse de ahí para poder tener un rato a solas.

Trece años habia vivido bajo muchas mentiras, su familia la destrozaron de una forma que ni ella podria describir, pero debia aceptar la verdad por más dolorosa que sea, por más que ahora no tenia a la unica persona que la comprendío durante mucho tiempo sin soltar su mano.